Comienzo del curso liguero en el pabellón Príncipe Felipe en el que se enfrentarían Casademont Zaragoza tras conseguir la primera victoria del año a domicilio contra Herbalife Gran Canaria y Monbus Obradoiro que mostraba una gran cara en casa ante F.C.Barcelona aunque eso no lo permitiría estrenar su casillero de victorias.

Parcial de salida muy eléctrico por parte de los rojillos que conseguía defender y presionar a los visitantes, con lo que conseguían o robar el balón o capturar el rebote bajo su aro y salir rápidamente a la transición ofensiva consiguiendo puntos de forma rápida. Se iba cementando poco a poco la ventaja maña gracias a la superioridad interior en ambos tableros, con lo que capturaban rebotes tanto en defensa como en ataque con relativa facilidad y producían puntos casi sin oposición. Además de los pívots, Álvaro Muñoz se encontraba con la superioridad física de Robin Benzing y su largo rango de tiro en un auténtico dolor de cabeza al que le era casi imposible defender.

Con 16-3 en el marcador, Moncho Fernández intentaba parar la sangría con un tiempo muerto para cambiar la dinámica del partido, pero el ritmo alto y la presión defensiva no disminuía por parte de Casademont Zaragoza seguían asfixiando a Monbus Obradoiro y estos no lograban en ningún momento unas posiciones claras de ataque para poder establecer su juego, anotando escasamente gracias a tiros creados de forma individual. El marcador se iba al final del primer cuarto con una ventaja de 20 puntos a favor de los locales, que mostraban un juego y un estado de forma intratable (32-12).

La salida al segundo cuarto parecía ser acorde a lo visto durante los primeros 10 minutos, algo que no dudaría Moncho en cortar lo antes posible, pidiendo un tiempo muerto con tan sólo 49 segundos disputados de cuarto. A la salida de esta charla, el conjunto santiagués parecía encontrar algo más de fluidez en su juego ofensivo, anotando en los primeros 4 ataques 7 puntos, aunque no conseguían parar del todo en defensa a los maños, que seguían anotando a la par que los visitantes.

Ese ritmo ofensivo encontrado por los gallegos al principio del periodo se diluiría rápidamente por esa intensidad defensiva de los zaragozanos que parecían volver a mostrarse intratables atrás, aunque su producción ofensiva no sería tal y como nos la encontrábamos en el primer cuarto, ya que parecían incidir en los tiros desde el 6´75 sin un gran porcentaje de acierto, pero seguía poco a poco capturando rebotes en el tablero rival para poder anotar tras el fallo. Con todos los jugadores disponibles para Porfi Fisac, habiendo disputado algún minuto en el campo y mostrando todos la misma intensidad en el juego, conseguían dejar a Monbus Obradoiro con tan sólo 8 puntos anotados en el segundo cuarto y con una diferencia al descanso cercana a los 30 puntos (49-20).

La segunda mitad comenzaba con un cambio de cara mostrado por parte de los gallegos, que conseguían subir su intensidad defensiva y parecían encontrar de nuevo como atacar la defensa local, que bajaban algo esta intensidad mostrada en la primera parte. La fluidez en ataque que había recuperado Monbus Obradoiro es la que los rojillos parecían haber perdido en este cuarto, que seguían mostrándose muy cómodos en las rápidas transiciones ofensivas, pero sufrían algo más en los ataques en estático.

Los de Porfi seguía viendo como bajo los tableros, ya fuese con el trabajo de sus pívots o en penetraciones a través de sus exteriores era donde realmente podían hacer daño, priorizando ese juego de dentro a fuera, mientras que los visitantes elaboraban su juego a través de las ventajas conseguidas en el juego exterior, pero que no les servía para acercarse en el marcador, sino todo lo contrario, la ventaja aumentaba levemente al finalizar el periodo (71-38).

Un último cuarto que parecía visto para sentencia ya no sólo por lo abultado del marcador, sino por las sensaciones mostradas por ambos conjuntos a lo largo del encuentro.

Casademont Zaragoza bajaba al mínimo la intensidad defensiva que ejercieron durante los primeros 30 minutos y así encontrábamos unos ataques relativamente sencillos para ambos conjuntos, dado que Monbus Obradoiro también contemporizaría sus esfuerzos al ver que la remontada estaba muy lejos de ser posible. Con 3 jugadores por debajo de los 20 años en cancha por parte de los rojillos y con la rotación de todos los integrantes gallegos en pista, el marcador se iba abultando poco a poco, esos llamados minutos de la basura que suelen arreglar las estadísticas a los jugadores, para acabar llegando al resultado final de 96 a 64 que pondría la segunda victoria en el haber de Casademont Zaragoza.