Aunque quiso Cuspinera frenar el partido en cuanto Valencia tuvo su primera ventaja (2-6), lo cierto es que en, al menos, los primeros 12 o 13 minutos todo lo que hubo es igualdad, aún con puntuales destellos de un lado y otro. Loyd dejó ver algo de su clase con 7 tantos en el primer cuarto y Dubljevic poco a poco se fue convirtiendo en la mejor alternativa para un Valencia que comenzó jugando muy exterior. Por su parte, Fuenlabrada pudo hacerse con el dominio del partido en cuanto Tomás Bellas primer y Urtasun y Rowland después se hicieron con el control de las posesiones, jugándose más a lo que quería Fuenlabrda que a lo que quería Valencia. Con Marc García, además, como brazo ejecutor, Fuenlabrada consiguió que esa desventaja de 2-6 fuera la mayor en su contra en toda la primera mitad.

Las rotaciones mediado el segundo cuarto le dieron aire fresco a Fuenlabrada y dejaron noqueado durante muchos minutos a un Valencia que encadenó varias posesiones con pérdidas o errores y con problemas en la dirección y en el juego exterior. Metió entonces Cuspinera una pintura más física con Bobrov y Mockevicius para dejar a Valencia sin alternativas por dentro y consiguió ir cimentando un colchón que llegó hasta los 9 tantos (32-23) cuando aun quedaban 5 minutos en el reloj antes del paso por vestuarios. Ese segmento de tiempo, no obstante, se convirtió en unos minutos de errores en el tiro por uno y otro lado, con unos visitantes que seguían sin reaccionar y unos locales que no lograban elevar su ventaja a dobles dígitos. San Emeterio aparecía al final del cuarto para permitir a Valencia salir aún más vivo de esos malos minutos (35-28).

Del túnel de vestuarios apostó Ponsarnau por salir con un plan mucho más físico y defensivo y con un cinco mucho más alto, con Abalde ejerciendo de base y una pintura de muchos centímetros con Labeyrie y Dubljevic. Valencia comenzó a defender más junto dejando pocos espacios para que los exteriores de Fuenlabrada pudiera partir la zona y doblar balones. De hecho, intentándolo, Fuenlabrada comenzaría a perder balones hasta doblar sus números en este apartado (5 pérdidas en la primera mitad, 11 en la segunda). Con Loyd lanzando los contraataques, a Valencia apenas le llevó 3 minutos disolver la ventaja local. Solo un par de aciertos de Gillet conseguían, de manera aislada, sumar aciertos para los locales ante un vendaval visitante que terminaría saldándose con un marcador parcial de 10-26 en el tercer cuarto, o que dejaba ya el último cuarto en terrenos, una vez más, de épica para Fuenlabrada. Y para devolver a los suyos a las citas ante Manresa o Estudiantes, Cuspinera volvía a colocar una defensa zonal mixta, esta vez 1-3-1 con especial cuidado a jugadores como Loyd y al camino a la pintura que tanto problemas podía costarle con los centímetros de Valencia. Decidió entonces Ponsarnau dar unos minutos a Colom, que había jugado poco más de 4 hasta ese instante y el andorrano respondió interpretando a la perfección lo que debía hacer, anotando 5 tantos y asociándose bien con Ndour o Tobey.