Iberostar Tenerife vence a domicilio a Movistar Estudiantes gracias a un decisivo Marcelinho Huertas por 72-74. En un choque que se preveía con muchos puntos, el muro de piedra que colocó Aleksandar Dzikic cerca de Shermadini resultó casi infranqueable por el conjunto insular. Así, vimos un partido a muy pocos puntos a partir del segundo cuarto donde cada error se pagaba caro.
Salía Adams Sola en el puesto de alero titular para Movistar Estudiantes en lo que fue un comienzo general casi sin errores en el tiro. Las posesiones se traducían en puntos y el ritmo del partido fue dinámico desde el salto inicial. Desde muy pronto se notó el impacto de Marcelinho Huertas en el juego con 2 puntos y 3 asistencias en los primeros cinco minutos de partido. La última de ellas para un triple abierto de Sasu Salin que les ponía por delante (11-12, min. 5). El ritmo no pararía y Kenny Kadji mantenía el pulso al brasileño de Iberostar rascando rebotes en ataque, e incluso se permitía el lujo de anotar un triple frontal. Dos tiros libres de Lundberg cerraban un primer cuarto con muchos puntos, 22-25.
Con porcentajes de acierto superiores al 50% en los dos conjuntos, todo lo que viniera después de los primeros diez minutos iba a ser peor por el insostenible ritmo de puntos que se estaba viendo. Y así fue. Los de Txus Vidorreta no lograban encontrar en situaciones cómodas a Shermadini -6 puntos al descanso-, mientras que los estudiantiles sufrían esos ataques ‘presseycentristas’ en los que el menudo base americano se jugaba varios tiros con una elección bastante discutible en ataque estático. A cuentagotas iban cayendo los puntos para cada lado con los visitantes siempre gozando de una pequeña diferencia, pero al final tanto va el cántaro a la fuente que Pressey anotaría 5 puntos seguidos para mandar al descanso a los suyos por delante en el marcador, 35-34. El marcador del segundo cuarto, 13-9, habla por si solo.
Al volver de vestuarios, el guión era el mismo, con cinco puntos de Pressey excelentemente bien contestados por los jugadores de perímetro chicharreros. Kadj y Arteaga ganaban peso por encima de Shermadini, desaparecido hoy ante los continuos 2vs1 que sufría cada vez que recibía al poste bajo. Los interiores colegiales hacían de la pintura una zona inexpugnable en defensa y el centro de los sistemas en ataque. Dos tapones consecutivos del conquense provocaban que los insulares llegaran a los seis minutos consecutivos sin anotar (48-46, min. 27). Los nuevos aciertos desde el perímetro de Pressey y Kadji, los más destacados de los locales hoy, daban una pequeña bola de break a su equipo, pero como si de un dejavú se tratase, Lundberg volvía a clausurar el tercer cuarto desde la línea del 4,60. Quedaba el último asalto con el partido en un puño, 54-51, favorable para Movistar Estudiantes.
Tardaríamos más de lo esperado en ver puntos al comienzo del último cuarto y vendrían desde el tiro libre por parte de ambos equipos. La línea del 4’60 pasaría a ser una visita turística obligada en los minutos finales del partido, pues muchos de los puntos pasarían por ahí. Precisamente un punto de Brizuela llevaría a los de Magariños a disfrutar de cinco puntos de ventaja en un choque que se había igualado de manera exagerada (64-59, min. 36). Pero poco a poco, como hormiguitas, los de Txus Vidorreta fueron sumando de uno en uno hasta situarse tres puntos arriba gracias a dos tiros libres de, quién si no, Gabriel Lundberg (69-72).
Restaban 53 segundos y la bola era de Estudiantes. Brizuela, ya acostumbrado a estos finales fallaría el primer intento pero capturó el rebote ofensivo Kadji para que el vasco, en una nueva oportunidad, levantara al WiZink Center con tres puntos que ponían el marcador en igualdad. Lo que no se esperaban en la capital es que Marcelinho, siempre decisivo, fuese a demostrar una vez más de lo que era capaz. Una suspensión suya a falta de cuatro segundos sentenciaría un partido, con fallo de Brizuela posterior, que marcaron las defensas (72-74).