El plan de inicio para Murcia fue claro: conseguir despejar de encima a Booker de la marca que le había preparado Cuspinera con Tomás Bellas, su defensor comodín para exteriores que generan tanto volumen. Buscando constantes intercambios el primer dañado fue Marc García, que se encontró en situación de aclarado con el norteamericano y este le castigó con 9 tantos consecutivos en el arranque. Tiempo muerto mediante y con la entrada de Karvel Anderson, Fuenlabrada comenzó a controlar algo más esas situaciones o a, al menos, hacer que Murcia errara más ataques, lo que le dio algo más de espacios a sus ataques, donde empezó a sumar más. En el otro lado, Fuenlabrada, que había comenzado el partido con los bajos porcentajes con los que ha venido ha lanzando especialmente en los últimos duelos (tercero por la cola en acierto en el triple), pero encontró un gran comodín en el rebote ofensivo con Gillet como principal protagonista y a base de esa insistencia terminó encontrando aciertos que le permitieron mantener las distancias en el marcador por debajo de los 4 tantos hasta el desenlace de los primeros 10 minutos.

El segundo cuarto comenzó a parecerse más a lo que de este partido, echando un vistazo a la clasificación, hubiera cabido esperar, con ataques más erráticos y errores no forzados en el tiro. De ese atasco quien salió mejor parado fue Fuenlabrada, que conseguía su primera ventaja superado el ecuador del segundo período (29-31): el parcial en esos 6 minutos era de 7-11. Paró el partido entonces Sito Alonso, que quiso volver a darle peso a Booker en el juego y que introdujo a Hunt en la pintura, que le permitía dejar espacio para las penetraciones de Booker y atacar el rebote ofensivo. Con esos dos ingredientes, Murcia volvió a hacer click en ataque y poco le hizo falta Fuenlabrada para que el partido comenzase a escapársele entre los dedos: cada acierto en ataque de los locales provocaba precipitaciones o mala decisiones en las ofensivas de los visitantes e incluso errores en tiros fáciles bajo el aro, esos errores penalizaban también al equipo atrás, y comenzaron a sacar a Fuenlabrada del partido, lo que dejó el camino pavimentado para que los de Alonso sumaran un parcial que llegó hasta 12-0 a la llegada del bocinazo del descanso (41-31).
El paso por vestuarios no cambió esa dinámica: Cuspinera decidía dejar en el banco a Bellas y darle el timón a Richotti, que fue de lo mejor de Fuenlabrada en anotación en la segunda mitad, pero que no conseguía evitar que se notara la ausencia de un base puro en su juego. El tercer cuarto sería el que dejaría el partido cerrado para Murcia, que consiguió involucrar a más jugadores en la anotación, desde Larentzakis a Cate pasando por Rojas o los primeros puntos de un Jarell Eddie bastante discreto hoy. Los visitantes se encomendaban, mientras, a las penetraciones de Richotti, el único que consiguió abrir huecos en la defensa local, que en alguna ocasión conseguían llegar en balones doblados al pívot. Una ofensiva muy pobre tanto de recursos como de acierto: otra vez lanzó por debajo del 30% desde el triple (7/27) con anotadores clave como Anderson o especialmente Marc García totalmente fuera del partido.

Los últimos 10 minutos prácticamente no tuvieron historia: consiguió Fuenlabrada un parcial de arranque de 0-7 que paró Sito Alonso con un tiempo muerto; marró el tiro libre adicional que tenía Karvel Anderson y a partir de ahí, la reacción de Fuenlabrada quedó en agua de borrajas con otro 7-0 de respuesta de Murcia. Desde ese momento, los locales supieron administrar una ventaja que no volvió a bajar de los 15 tantos y tuvieron tiempo para que Sadiel Rojas redondeara su exhibición hoy con 13 tantos y un récord personal de 16 rebotes. El final del partido fue sintomático: Murcia llegó con su mayor ventaja a los último 10 segundos de posesión para Fuenlabrada (+23) y ni se molestó en defender un triple abierto que Marc García levantó sin fé alguna y terminó errando.