El Blancos de Rueda planteó un inicio de partido muy físico. Roberto González sacó de inicio un quinteto superior al murciano tanto en altura como en potencia, y se lo hizo pasar muy mal a los visitantes. Esta superioridad física se tradujo en un 21-6 de parcial apuntalado casi en su totalidad en jugadas al poste bajo. Nacho Martín (10 puntos) se erigía en la principal arma en ataque acompañado de un Nedzad Sinanovic hoy sí dominador en ambas zonas (28-12).
La respuesta murciana tuvo que venir desde el triple. Gracias a los tiros de tres de Berni Rodríguez y Andrés Miso, y al buen hacer de Marcus Lewis (10 puntos y 8 rebotes al descanso) con Sinanovic en el banquillo, el conjunto murciano redujo la renta a 11 puntos (31-20). Pero O’Leary (8 puntos en el segundo cuarto), todo intensidad, mantuvo firme a su equipo (44-27 al descanso). Hasta aquí llegaría toda la resistencia de los de Óscar Quintana.
El Blancos de Rueda salió decidido a romper el partido de forma definitiva en el tercer cuarto, y así fue. Con unos minutos espectaculares de Jordi Grimau (21 puntos y 26 de valoración), que se marchó ovacionado, el Blancos de Rueda elevó su renta cerca de la treintena de puntos (67-39). Por parte de UCAM, sin noticias. Ningún jugador dio réplica al vendaval pucelano, imparable desde todos los puntos de la cancha.
Con todo resuelto, y con UCAM Murcia rendido hace ya mucho tiempo (se podría decir que casi desde el primer cuarto), el último periodo sirvió para que el equipo local se gustase, jugaran minutos los menos habituales y para que Nacho Martín redondeara otra exhibición (19 puntos, 11 rebotes y 34 de valoración). Partido para el disfrute de una afición que acabó haciendo la ola y victoria muy importante para el Blancos de Rueda de cara a la permanencia.