En medio de la vorágine de la apertura oficial del mercado de agentes libres en la NBA, la liga norteamericano ha recibido una funesta noticia. Se marcha un grande, un jugador lleno de talento que nos deja de forma prematura, con tan solo 27 años y aún con mucho que demostrar en la cancha. Nos referimos a Brandon Roy. Sus rodillas hace tiempo que dijeron basta y Roy ha tenido que admitir la evidencia, decidiendo retirarse del baloncesto profesional.
Brandon Roy llegó a la mejor liga del mundo en 2006, tras ser elegido en el puesto Nº 6 del draft de aquel año por los Minnesota Timberwolves, siendo inmediatamente enviado a los Portland Trail Blazers a cambio de los derechos . Roy venía de completar un notable ciclo en la Universidad de Washington (2002-06), explotando en su temporada senior (2005-06) en la que promediaría 20.2 puntos, 5.6 rebotes y 4.2 asistencias por encuentro. Curiosamente tuvo muchas dificultades para poder entrar en la Universidad, tuviendo que recurrir hasta a 4 convocatorias para superar los test previos. Incluso se buscó un trabajo ante sus pocas esperanzas de lograr acceder a los estudios superiores.
Su impacto en la liga fue inmediato. Su temporada de novato fue excepcional, promediando 16.8 puntos, 4.4 rebotes y 4 asistencias. A pesar de perderse 25 partidos de la fase regular por un problema en el talón, fue nombrado rookie del año. En Oregón lo tendrían claro, Brandon Roy iba a ser el hombre franquicia durante la próxima década y había que configurar una plantilla ganadora a su alrededor. Y, efectivamente, liderados por Roy los Blazers serían una franquicia ganadora, pasando de 32 victorias en la temporada 2006-07 a los 41 de la siguiente campaña o los 54 encuentros ganados en la 2008-09. También los números de Roy mejoran año tras año, siendo seleccionado para el All-Star en 2008, 2009 y 2010, elegido miembro del 2º mejor quinteto de la liga en la campaña 2008-09 y el 3º en la 2009-10.
Sin embargo, año a año el físico de Brandon Roy parecía más castigado. Lesiones, intervenciones quirúrgicas que cada temporada le hacían perder más partidos. A mediados de la temporada 2009-10 sufriría una grave lesión de rodilla que le dejaría fuera de las canchas hasta comienzos de los playoffs. La pasada campaña la comenzaría, aparentemente, en buen estado físico, pero pronto sus maltrechas rodillas, que le habían venido dando muchos problemas desde su época colegial, le dejarían de nuevo en el dique seco. Sin apenas cartílagos en las rodillas, sería operado de ambas a comienzos de este año. Regresaría, pero no sería el mismo. Saliendo desde el banquillo, aportaría su talento, pero el cuerpo no le respondía. Aún tendría momentos de lucidez, como en el 4º encuentro de las series entre Mavs y Blazers, en el que Roy sería fundamental para que los de Oregón remontasen un partido prácticamente perdido. Pero era ya el canto del cisne.
Brandon Roy deja el basket profesional tras promediar 19 puntos, 4.3 rebotes y 4 asistencias en 321 partidos de liga regular. Con Roy se va un jugador con un talento innato para el baloncesto. Un jugador de mucha clase, elegante, de los que ya quedan pocos en el basket moderno de la NBA. Un gran competidor que pudo con todos sus rivales excepto con sus rodillas, cuya degeneración han acabado con su carrera. Una gran pérdida para el basket.
Y aquí no acaban las malas noticias para los Trail Blazers. Greg Oden, que tan solo ha podido disputar 82 encuentros de fase regular y 6 de playoffs desde que llegó a la NBA en 2008, parece haber recaído de sus problemas de rodilla y puede volver a quedarse en blanco una nueva temporada (la campaña pasada no disputó tampoco ni un solo encuentro). Curiosamente, el pívot había firmado hace pocos días la oferta cualificada que le había presentado la franquicia de Oregón (8.9 millones de dólares). Y ahí no acaba todo. LaMarcus Aldridge, el hombre franquicia de los Blazers en ausencia de Roy, deberá ser sometido a una intervención quirúrgica por problemas cardíacos. Se espera que el periodo de convalecencia sea de tan solo 15 días.