La NBA necesita, de vez en cuando, puntos de giro que trastoquen su existencia. Como si del mejor guion de cine se tratase, esos cambios son impredecibles, pero al mismo tiempo siguen la lógica interna de la liga, esa que dicta que ningún equipo no ubicado en San Antonio puede mantener una posición privilegiada por mucho tiempo. La victoria de los Toronto Raptors en las últimas Finales, poniendo fin al incontestable reinado de Kevin Durant y Golden State, ha sido la antesala del giro de guion más decisivo desde que el propio Durant hiciera las maletas hace ya tres años: la Agencia Libre 2019.
Esa que ha arrasado con el panorama baloncestístico estadounidense, ha demolido sus cimientos y ha construido unos nuevos sin seguir ningún tipo de patrón previo. Esa que ha hecho cambiar de equipo a Kawhi Leonard, Kemba Walker, Kevin Durant (otra vez), Kyrie Irving, Jimmy Butler o D’Angelo Russell, arrastrando por el camino a Paul George y Russell Westbrook. Y, sobre todo, esa que ha vuelto a poner el foco en las dos ciudades más importantes del país: Nueva York y Los Angeles. Mientras que en la primera los Brooklyn Nets emergen al tiempo que los Knicks, de nuevo, no ven cumplidas sus expectativas, en la segunda se ha producido una aglomeración de estrellas que coloca a las dos franquicias angelinas como los posibles máximos candidatos al título para la próxima temporada. Y como a todos nos gusta apostar por un caballo ganador, vamos a intentar decidir qué es más probable que ocurra en junio de 2020: el primer anillo para los Clippers o el decimoséptimo para los Lakers.
mismo objetivo, distintos caminos
Es inevitable pensar de entrada en un duelo dos contra dos. ¿Qué pareja es mejor, la formada por LeBron James y Anthony Davis o la que inesperadamente han decidido diseñar Paul George y Kawhi Leonard? Lo único seguro es que son cuatro de los diez mejores jugadores de la liga y sus puestos en ese ranking son completamente subjetivos, por lo que quizás no sea tanto una cuestión de qué pareja es superior cualitativamente sino de en qué condiciones se encuentra cada una.
Para llevar a Davis a Los Ángeles, Rob Pelinka y compañía han tirado por la borda el núcleo joven del que ya se desprendieron antes D’Angelo Russell y Julius Randle y del que ahora solo queda Kyle Kuzma. Lonzo Ball, Josh Hart y Brandon Ingram fueron enviados a Nueva Orleans y todo amago de continuidad en la franquicia angelina quedó roto de un plumazo. Sin embargo, seguramente el sacrificio haya valido la pena. Ese núcleo joven no daba ninguna garantía de luchar por el anillo en los próximos años, al igual que tampoco la da del todo el equipo que han formado ahora (tienen muchas piezas que juntar), pero es posible que estén más cerca del campeonato de lo que lo hubieran estado si hubieran seguido desarrollando ese núcleo. Y si se quedan cortos en sus aspiraciones, una renovación de Anthony Davis, que tiene dos años de contrato, le dejarían como un baluarte sobre el que construir durante las siguientes temporadas. El movimiento es arriesgado, pero una franquicia como los Lakers vive abonada al riesgo.
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En los Clippers la situación es bien distinta. Desde la gerencia se ha implantado una cultura basada en el compañerismo y la actitud sobre la pista, llegando a su extremo durante el enfrentamiento de primera ronda frente a los Warriors. El traspaso de Paul George, necesario para que Kawhi Leonard aterrizara en la ciudad, no ha alterado demasiado esa cultura, pues solo han perdido a Gallinari, Shai Gilgeous-Alexander (esta baja sí duele) y un buen puñado de rondas de Draft. El corazón del equipo permanece en Patrick Beverley, la revulsión desde el banquillo en Lou Williams y la garra en la pintura en Montrezl Harrell. La adquisición de dos de los mejores jugadores del mundo no ha supuesto un desmantelamiento de la franquicia y no hay ninguna razón para pensar que Leonard y George no vayan a encajar como un guante en Los Ángeles.
construyendo el puzzle
Los Lakers han tenido que construir su plantilla a trompicones y partiendo desde cero, pues solo seis jugadores de la pasada campaña permanecen en el equipo. En la Agencia Libre la franquicia tenía tres vías (apostarlo todo por Kawhi, hacerse con un par de semi-estrellas o reforzar la plantilla con buenos jugadores de rol) y optaron por seguir la primera, asumiendo el riesgo de que en el mercado podía quedar muy poco con lo que confeccionar el equipo. Aún así han conseguido salvar los muebles y reunir a un grupo de jugadores con nombre en la liga, pero que genera dudas a la hora de encajar todas las piezas en un puzzle con sentido.
La mejor adquisición de los Lakers es, sin duda, Danny Green. El veterano escolta viene de levantar el título con los Raptors y es un 3&D al uso (tiro de tres y defensa) con toneladas de experiencia a sus espaldas. En esta última temporada ha sido el complemento ideal a Kyle Lowry y Kawhi Leonard, registrando el mejor net rating de su carrera (13.4, tercer mejor dato de toda la NBA en bases y escoltas). En el tiro de tres, su mayor virtud, también ha rayado a un nivel superlativo, alcanzando su máximo histórico tanto en triples convertidos por partido (2.5) como en porcentaje de acierto (45.5%, en el top-10 de la competición). Su fit al lado de un jugador como LeBron se da por hecho y realmente es un complemento que encajaría en cualquier equipo de la liga.
Rajon Rondo y JaVale McGee seguirán este año en el equipo -ambos han firmado un contrato por dos años)-, un movimiento acertado por parte de la gerencia, aunque la poca destreza del base en el tiro exterior y el hecho de que requiera el balón para ser efectivo puede ser contraproducente jugando al lado de las dos superestrellas de la franquicia. Para mejorar el spacing han firmado a Quinn Cook por 6 millones en 2 temporadas, quien pese a sus problemas defensivos (esta temporada permitió a sus rivales un 50.6% de acierto en tiros de campo, decimoquinto peor dato de la NBA) ha lanzado por encima del 40% en triples desde que llegó a la liga. También puede funcionar como escolta, relegando a Kentavious Caldwell-Pope a un papel más secundario y usando los Lakers a Alex Caruso como base desde el banquillo.
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La renovación de McGee por cuatro millones al año es toda una ganga, pues la temporada pasada se despojó definitivamente su etiqueta de bufón de Shaquille O’Neal para rayar a un nivel muy alto durante todo el curso. Frank Vogel deberá repartir sus minutos con DeMarcus Cousins, la última adquisición del equipo y también la que más ha dado que hablar. Que desde la lesión no ha vuelto a ser el mismo es un hecho, pero también lo es que, a pesar de su pérdida de movilidad, algo que ha repercutido sobremanera en su defensa, su calidad como pasador, reboteador y anotador en la pintura no se han disuelto. Si está centrado y en un buen tono físico puede ser un as en la manga para los angelinos.
Por último, cómo encajar a Avery Bradley en la dinámica del equipo puede ser el mayor rompecabezas para Vogel y su staff. En sus últimos años en Boston se convirtió en uno de los mejores escoltas de la competición, siendo un perro de presa atrás y con suficientes recursos en ataque más allá del tiro de tres, pero desde entonces vive en una continua cuesta abajo. Entre las dos últimas temporadas se ha perdido 59 partidos y, pese a haber anotado 16.1 puntos por noche en su corta etapa en Memphis en esta 2018/19, sus continuos problemas físicos hacen que su aportación en los Lakers sea una verdadera incógnita para el curso que viene.
integrar a dos estrellas en un equipo ya competitivo
Si en los Lakers falta mucho trabajo por delante, el panorama reinante en la franquicia vecina es el de una plantilla mucho más asentada y con los roles claramente determinados. La merecida -y necesaria- renovación de Patrick Beverley promete hacer de la línea exterior de los Clippers una pesadilla para la anotación del rival: George y Kawhi son seguramente los dos mejores defensores en su posición y Beverley fue parte del mejor quinteto defensivo de la NBA hace tres temporadas. Landry Shamet, jugador que puede pasar bajo el radar, ofrece más profundidad y versatilidad a la plantilla: el ex de los76ers, traspasado a mitad de temporada, fue el mejor tirador del equipo con un 45% de acierto en triples. Shamet no necesita balón para producir -14.6% de usage este año, uno de los datos más bajos del equipo- y ofrece espacio en ataque y fiabilidad en defensa.
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Lou Williams, ganador del premio al Mejor Sexto Hombre del Año en tres de las últimas cinco temporadas, no necesita carta de presentación. Un equipo con Kawhi Leonard y Paul George como generadores primarios y que se puede permitir el lujo de sacar a un anotador compulsivo como Williams desde el banquillo es cuanto menos temible. Su asociación con Montrezl Harrell -otro de los mejores suplentes de la liga- funcionó a la perfección este año, siendo su pareja la que más minutos disputó sobre la pista en los Clippers y registrando un offensive rating de 113.0 cuando ambos estaban en el parqué.
Un fichaje del que se ha hablado poco es el de Moe Harkless, jugador sorprendentemente joven (parece que lleva una eternidad en la liga, pero solo tiene 26 años) que puede ejercer tanto como alero como de ‘4’ abierto pues, sin ser un gran tirador, es bastante efectivo aprovechando los huecos en la defensa para atacar desde fuera. Durante años ha sido un buen complemento de dos estrellas como Lillard y McCollum en Portland y esta temporada lo será de George y Leonard.
¿Qué equipo parte con ventaja?
La llegada de Frank Vogel a Los Angeles Lakers y la adquisición de Anthony Davis cambiarán sobremanera el estilo del equipo, pues el juego interior será más poderoso -y eso que este año ya fueron los que más tiros anotaron por partido en el área restringida- y al mismo tiempo LeBron y el propio Davis estarán rodeados de jugadores especialistas. Tiradores como Danny Green o Quinn Cook deberán solucionar uno de los mayores problemas de los angelinos la pasada temporada (segundos con peor porcentaje de acierto en triples) y será interesante seguir la evolución de un Kyle Kuzma que continuará desarrollándose a la sombra de dos de los mejores jugadores de la liga.
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Los Clippers, en cambio, fueron el segundo equipo con mayor acierto en tiros de tres (38.8%) y el tercero con menos intentos por partido, siendo solo el 29.5% de sus tiros totales lanzamientos desde el perímetro. Además de optimizar el uso del triple, fueron el equipo que más veces acudió a la línea de tiro libre con 28.5 por partido y el segundo que más puntos por posesión (1.21) anotó con el jugador bloqueador tras el pick and roll. Paul George y Kawhi Leonard añaden una dimensión completamente nueva, pudiendo operar tanto en el bloqueo y continuación como en situaciones de 1vs1, generando una enorme atención en la defensa rival que sus compañeros podrán aprovechar para anotar con más facilidad.
Lakers y Clippers son probablemente los dos máximos aspirantes al título esta temporada a no ser que Kevin Durant acelere milagrosamente su recuperación. Los primeros tendrán que trabajar sin descanso para encajar todas sus nuevas piezas mientras aprovechan los últimos años de LeBron James mientras que los segundos tienen ya gran parte del camino hecho, pero aún así también tendrán cierta urgencia tras conocer que sus flamantes superestrellas solo podrían estar dos temporadas en la franquicia. ¿Qué equipo es mejor? En opinión del que escribe, los Clippers parten por ventaja. Kawhi y George encajan como un guante en una estructura ya de por sí competitiva y que sabe lo que es sudar en PlayOffs. Los Lakers han formado un equipo muy interesante, pero en los primeros meses del año serán un campo de pruebas constante. De aquí a la postemporada, donde todo se decidirá, puede pasar de todo. ¿Qué opináis vosotros? ¿Quién lleva la delantera en la batalla de Los Ángeles?