Si este verano fue Miami quien consiguió seducir a LeBron James y Chris Bosh para formar un super Big Three, ahora son los Magic quienes han sorprendido con una doble operación en la que buscarán enmendar errores anteriores. Para unos, la plantilla sigue estando muy descompensada, con Howard en perpétua soledad; para otros, Orlando se ha deshecho de lastres que le impedían crecer. Tampoco cabe olvidarse de Superman. Hay que contentar a la estrella, pero ¿es suficiente? Veamos que dicen nuestros colaboradores.
Juan Carlos Serrano
Una operación plagada de jugadores decepcionantes —todos menos Jason Richardson— y contratos disparatados; contratos de presuntas estrellas, de los que el lockout no arreglará. Y en Orlando hay optimismo. Tirando de la amplia cartera de DeVos, Otis Smith nos lo explica recordando con mucha razón que ninguna comparsa lo tiene más fácil que la que rodee a Howard: He aquí el gran fracaso de Carter. Que con Dwight puede darse con la fórmula ganadora transformando a lo bestia la plantilla, incluso antes que confiando en lo conocido con tufillo a estancamiento; o a lo inútil, como es Lewis jugando de 3. Sólo un pívot dominante, de los que toda la vida han acabado en los Lakers, podría recuperar alguna racha de Arenas o parte de ese Turkoglu, maestro del pick and roll, que les dio desajustes insospechados como el que LeBron no le marcara en las Finales del Este de 2009, el principio del fin de Cleveland. A falta de un refuerzo interior que llegue por el sobrante de pequeños, este basket-ficción podría volverse más tangible si, llegado el momento, Van Gundy está a la altura y nos obsequia con sutilezas como uno de los mejores movimientos contra Boston el año pasado, cuando Gentry metió a Richardson al poste bajo en el Garden.
Meej
En realidad hay poco nuevo que contar sobre el traspaso que acaban de llevar a cabo los Orlando Magic. La paciencia con Vince Carter y Rashard Lewis se acabó los playoffs pasados, tampoco han empezado mejor este año y el equipo no recuerda al finalista de hace dos temporadas. Se palpa el terror a que Dwight Howard coja el portante, y para evitarlo han fichado al Bueno, al Feo y al Malo. El bueno es Richardson, buen jugador que lo dará todo en año de contrato; el malo es Turkoglu, que se arrastra por la pista desde hace meses; el feo es Gilbert Arenas, que te puede ganar un partido o hundir una temporada. Dicen que el traspaso huele a desesperación, pero tampoco había otras opciones para los Magic, Chris Paul o Carmelo Anthony eran objetivos inalcanzables. Orlando empieza una carrera contra el tiempo para convencer a Howard de que puede campeonar donde no pudo Shaq. Como siempre, la culpa es de LeBron: qué mal ha venido que los Heat ganen partidos.
Mario Gómez
La verdad es que los últimos resultados en Florida han acelerado este traspaso, sumado a la remodelación que habrá en los Suns con la más que posible despedida de Steve Nash a final de temporada. En la capital están más atentos a la evolución de Wall, de ahí que Arenas ya sea historia. Desde mi punto de vista, éste intercambio no favorece a los Magic, y si favorece a Phoenix y Washington.
La justificación es sencilla : Dwight Howard tendrá como compañeros a un Gilbert Arenas que dispone de una gran oportunidad para volver a la élite, algo parecido sucede con Turkoglu en su segundo intento con los de Jeff Van Gundy, el acierto es la llegada de Jason Richardson (el que está más en forma), Clark podría considerarse como el invitado sorpresa. Con estas incorporaciones, los Magic mejoran el nivel de su plantilla de cara a la recta final de campaña, pero la operación a nivel económico no es tan rentable, hipotecando de esta manera posibles incorporaciones. En consecuencia, el pack Carter/Gortat/Pietrus pone rumbo Arizona, en busca de minutos, experiencia y nuevos retos con el MVP canadiense a la cabeza. Por último, el caso de los Wizards es claro, futuro y vía libre para que el Nº1 del Draft 2010 asuma al mando de equipo. Rashard Lewis será como un padre para Young y Wall, un fiel escudero que en los momentos delicados siempre sabe como responder. En resumidas cuentas, viendo los óptimos resultados conseguidos por Bulls, Heat y Celtics, Orlando ha querido contrarrestar esa dinámica de 4 derrotas en los últimos cinco partidos con un golpe de timonel que modifica parte de su plantilla. El tiempo dirá quién ha sido el gran beneficiado y quién no. El anillo queda lejos, pero queda claro quién lo quiere y quién piensa en tiempos mejores.
Xesús Serrano
Cuestión de urgencias en Orlando tras una mala racha de resultados, parece que autoconvencidos de no ser candidatos al anillo. Remontémonos a las finales del Este: Lewis destrozado por Garnett (mejor no pensar lo que podría hacer a Turkoglu, Bass o Anderson), Nelson borrado en ambos lados de la cancha ante la emergencia de Rondo en los primeros partidos pero recuperado en la parte final de la serie, y quién sabe si hubiésemos visto una remontada histórica en el caso de que a Perkins no se le rescindiese aquella polémica -e injusta- técnica. Sólo Howard ha llegado a rendir al nivel que alcanzó Arenas antes de que lesiones y pistolas se cargasen los recuerdos, Richardson es probablemente su mejor incorporación y Turkoglu debería volver a parecer un jugador de baloncesto pero su declive es importante. Stan van Gundy tiene mejores armas en ataque de las que nunca dispuso, pero también se hace difícil que puedan mantener su nivel defensivo y el riesgo de “parecer una banda” es real.¿Era la situación de Orlando tan grave como para ver este reseteo? Difícil decirlo, es un cambio radical que recuerda a la NBA de antes. Los amantes del riesgo están de enhorabuena.
J.R. Sanchis
Orlando Magic ha perdido sus dos finales NBA contando con un center de alto nivel. Shaquille O’Neal no era todavía el gran dominador de su época Laker, pero poco faltaba. Dwight Howard llegó a la finalísima del 2009 como el pívot dominante de la competición aunque Pau Gasol se encargó de usurparle el título a base de talento. La apuesta de los Magic sigue siendo Howard. En las últimas décadas tan sólo los Bulls de Jordan & Pippen y los Celtics del Big Three han ganado finales sin contar con un cinco superlativo. Tal vez es el momento de dotar al jugador franquicia de jugadores que pueden facilitar el acceso al título. Lewis y Carter han sido dos lastres si lo comparamos con lo que deberían haber aportado, sobre todo el tejano. Llega una realidad como es J-Rich, con ganas de comerse el mundo y lograr el contrado de su vida, y una gran incógnita como es el Agent X. Turkoglu no será el del 2008, pero basta con que sea la mitad. La pérdida del bien pagado Gortat será un contratiempo -aunque no era la panacea- y no es descartable algún movimiento más para acompañar a Superman. Se habla de plantilla descompensada aunque también lo es la de los Heat… y muchos les señalan como serios candidatos al anillo.
José Navas
Como varían las cosas en Orlando para que de golpe y porrazo se deshicieran de dos de sus tres jugadores más importantes, la salida de Vince Carter y de Rashard Lewis de los Magic no hace otra cosa que confirmar que con estos dos jugadores acompañando a Dwight Howard los Magic iban por muy mal camino, más aún viendo el rendimiento de sus dos grandes rivales en el Este, Boston y Miami. Como recambios han llegado Gilbert Arenas, Jason Richardson y Hedo Turkoglu, la primera idea que me viene a la cabeza respecto a las nuevas incorporaciones de la franquicia del norte de Florida es que tal se van a llevar Jameer Nelson y Gilbert Arenas, ¿aceptara uno de los dos su rol de suplente?, Nelson es el base titular de este equipo desde hace varias temporadas, con la llegada del “agent zero” ¿está viendo su estatus en el equipo amenazado?
Por otro lado la vuelta de Hedo Turkoglu a los Magic, el alero turco lleva dos años a un nivel para olvidar, imagino que pese a su vuelta a los Magic su rendimiento no mejorará con lo que por este lado también veo problemas. Otro que llega a los Magic es Jason Richardson, a priori el mejor movimiento de los tres. Del escolta se espera anotación desde el puesto de escolta, eso si, si las lesiones se lo permiten, porque Richardson es otro con tendencia a las lesiones. Por último lo peor que han hecho los Magic ha sido deshacerse de Marcin Gortat, el pivot polaco aseguraba intimidación, defensa y rebotes desde el banquillo dando siempre buenos minutos de descanso a Howard. Con la salida de Gortat, los Magic claramente pierden potencial interior recordando a lo que ha vivido Pau Gasol en los Lakers con la lesión de Andrew Bynum. Veo a Howard jugando 40 minutos todas las noches, vale que sea el Superman de la liga pero si los Magic no se refuerzan con un center inmediatamente veremos a un Dwight Howard mermado por la kryptonita del agotamiento.