El traspaso de Luka Doncic a los Los Angeles Lakers el pasado febrero despertó en jugadores de la NBA miedos que ellos mismos ni sabían que podrían —o deberían— tener. Para Kevin Durant, por ejemplo, fue algo mucho mayor que el pensamiento sobre “si él fue traspasado, nadie está seguro”.

El traspaso de Doncic fragilizó aún más la relación entre Durant y los Suns

Cuando el traspaso entre Lakers y Dallas Mavericks ocurrió, los Phoenix Suns estaban en un momento bastante delicado, con muchas derrotas seguidas y peleando por una plaza en el Play-in, algo inaceptable para el equipo con la mayor masa salarial de la liga, con tres jugadores en contrato máximo: Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal. El equipo, incluso, estaba en cancha cuando el traspaso fue anunciado.

Todavía faltaban 12 días para el trade deadline cuando Luka Doncic se fue a Los Ángeles. Y hasta aquel momento, ni pasaba por la cabeza de Durant ni de la directiva de los Suns que él pudiera ser traspasado. Pero conforme el plazo se fue acercando y los resultados fueron quedando cada vez más lejos de lo esperado, el miedo y la necesidad comenzaron a crecer. “Caí en la cuenta. No soy más grande que el equipo. Puede pasarme a mí también”, dijo la estrella, durante la serie Starting 5, de Netflix.

Muchas franquicias comenzaron a hacer ofertas a los Suns por Kevin, que se enteraba de todo a través de las noticias de rumores. Según él mismo, el clima en el vestuario comenzó a volverse cada vez más extraño. Mientras los rumores sobre su futuro llegaban de todos lados, nadie de la directiva lo llamó para una conversación sobre eso.

Con este sentimiento de extrañeza, Durant se abrió sobre su mayor temor en aquel momento: “Sólo no lo hagan a mis espaldas”, pidió, impactado por lo que acababa de suceder con Doncic.

El desenlace entre Kevin Durant y los Suns

Algunos días pasaron hasta que la directiva de los Suns finalmente dio el martillazo y anunció que no renunciaría a Kevin Durant en aquel momento. Pero el silencio antes de eso sumado al hecho de que el equipo ni siquiera disputó el Play-in, enterraron definitivamente la relación entre equipo y jugador.

Al final de la temporada regular, entonces, la directiva de la franquicia finalmente escuchó a Kevin Durant, que tenía cierta autonomía en aquel momento, ya que si no hubiera un acuerdo, podría acabar saliendo de Phoenix “gratis” debido al contrato a punto de expirar.

Los Suns tuvieron que correr para cerrar un negocio que también fuera rentable para la franquicia. Uno de los destinos que Durant tenía en mente era los Houston Rockets, y el equipo de Arizona lo hizo realidad. Por más que la relación se resquebrajó, ninguno de los lados guardó rencor tras el traspaso.

Este artículo es una adaptación de un artículo publicado originalmente por nuestro socio Lakers Brasil.