El pasado mes de febrero, Devin Harris era protagonista de uno de los traspasos más llamtivos de la NBA, con actuaciones espectaculares,  y unos promedios de más de 24 puntos y casi 7 asistencias por partido, aunque no haya podido evitar el particular gafe de esta sección, con una mala actuación la pasada madrugada ante los Rockets.

Nuestros colaboradores evalúan su aportación en los Nets y sus posibilidades de futuro

David Vilares

David VilaresDevin Harris va a ser All Star en Phoenix si las lesiones o un bajón poco previsible en su juego y los Dallas Mavericks no han mejorado su trayectoria desde el traspaso que le envió a New Jersey a cambio de Jason Kidd -y realmente no parece que vayan a mejorar de forma real en el fúturo próximo-. Sin embargo, hay que tener en cuenta el punto de vista de los Mavs cuando se realizó el traspaso en febrero: Dallas tenía un equipo viciado por las traumáticas experiencias recientes y necesitaba aire fresco para aprovechar los recursos útiles de la plantilla. Ese aire fresco se llamaba Jason Kidd, jugador veterano con experiencia en la franquicia y ganas de irse de los Nets. Desgraciadamente para Mark Cuban, no es corriente conseguir al jugador-franquicia de un equipo a cambio de Kwame Brown, y la pieza sacrificada para conseguir a Kidd fue Devin Harris. Diez meses después se ve que Harris ha explotado fuera de Dallas y que muy probablemente ya sea mejor jugador que Kidd. Pero ¿habría explotado Harris de seguir en Dallas? El basket-ficción siempre es confuso, pero me inclino a pensar que no, o al menos no a la misma velocidad. Cualquier cosa que no fuese una evolución como la que ha desarrollado Harris en los últimos meses no les habría servido a los Mavs, que necesitaban y necesitan resultados actuales.

Meej

MeejSe ha debatido mucho sobre la influencia del sistema de Mike D’Antoni en los fantásticos números acumulados por Steve Nash durante ese período. Es posible que estemos ante un caso parecido, con Devin Harris aprovechando la apuesta de Lawrence Frank por la última moda en el baloncesto universitario: la “dribble drive offense”. Este estilo de juego, diseñado por Van Wahlberg y popularizado por Calipari, se basa en una constante penetración botando (“dribble drive”). Para ello hace falta un base capaz de botar “en tráfico”, tirar de tres y finalizar en el aro, y un escolta con características similares – digamos Devin Harris y Vince Carter. El base o escolta tienen el balón en un aclarado típico, con los otros jugadores muy abiertos, y encaran al defensor rival para superarlo en 1×1 o doblar el balón para el triple si viene la ayuda. Los Nets han retocado el sistema para incorporar tiros de media distancia después de bloqueo (Wahlberg es famoso por su “three or key”) y la posibilidad de driblar hacia un compañero a quien ofrecer un pase corto para una nueva penetración, pero la base es ésa. Como todo en este mundo, se trata de un nombre nuevo para un concepto clásico, y Devin Harris está viviendo su edad de oro gracias a este sistema. Veremos si dura, que los Lakers ya expusieron sus limitaciones al canalizar a Harris hacia sus pívots y cortar las líneas de pase.

Juan Carlos Serrano

Juan Carlos SerranoFruto del desarrollo enorme de las cualidades de los pequeños, una de las tendencias de moda en los últimos tiempos es lo que se conoce en la ajustada terminología americana como Dribble Drive. Las desventuras de Vance Walberg, su creador (si es que podemos hablar así de algo tan viejo, generar desde el dribbling), son bien conocidas en el circuito de entrenadores USA. Otros han sido los que lo han puesto en práctica a más alto nivel con distinto éxito: el Memphis de Calipari, con ese Derrick Rose que lo personifica a la perfección; los Nuggets de Iverson; a ratos Rivers con Rondo, Golden State, etc. Ya en pretemporada se avisó de lo bien que lo estaba preparando Frank –tajante su rotación– con un jugador para el que resulta perfecto en su versión más elegante, a base de oleadas que se cruzan en la cabeza de la bombilla: que te permiten más penetraciones tras el mano a mano con un serio Carter; sacar para tiros francos con pantallas del pasador; o una de las especialidades de Harris, el lanzamiento desde la altura de ese tiro libre que tanto visita, retrocediendo un paso con reverso o pasándosela por la espalda. Precisamente es el trabajo en su tiro (que sigue apoyándose mucho en el impulso de pies pero con menos necesidad de bote previo) lo que le convierte en una amenaza total en el pick and roll frontal, al unirlo a la conocida aceleración de su primer paso. Lejos de ser un férreo director de media pista o una máquina del contraataque como su predecesor, es un correcto pasador, especialmente en transición, que está encontrando bien a sus compañeros en el poste medio, algo necesario ante las zonas que buscan estancarles. No muy fuerte, las defensas zonales que emplean le protegen atrás, siempre concentrado pero más selectivo en el esfuerzo ahora que carga con gran responsabilidad anotadora.

J.R. Sanchís

J.R. SanchísLa llegada de Devin Harris ha sido una bendición para los Nets. La obsesión de Cuban por hacerse con los servicios de Kidd al precio que fuera no sólo permitió a los Nets sanear la economía y rejuvenecer la plantilla. Sin esperarlo –al menos de manera tan rápida- se han encontrado con un joven líder que ya se ha colocado como el mejor base de la Conferencia Este, con permiso del espectacular Rondo (este lo tiene un poco más fácil con The Big Three al lado). Harris no sólo ha mejorado en cuanto a producción sino que está haciendo mejores a sus compañeros. La ausencia, por traspaso, de Richard Jefferson, hacía presagiar que el equipo notaría un bajón en la producción. Nada de eso. Además de anotar mucho, Harris ha conseguido que Carter se reencuentre con su mejor nivel y que jugadores con poco crédito como Simmons o el chino Yi estén cuajando buenas actuaciones. Además, el equipo está anotando 6 puntos más que la pasada temporada. Harris no es un jugador de los llamados “abusones” en el lanzamiento. Tiene una habilidad innata para penetrar que le permite abrir muchos espacios o forzar muchas personales. Allen Iverson y Rodney Stuckey fueron testigos en el partido que relanzó la carrera del ex Maverick.