Elaborar una lista con los mejores jugadores de la historia es tarea ardua y, probablemente, muy polémica. Es muy complicado contar al 100% con una objetividad súper estricta, y nuestro subconsciente siempre hará que nuestros gustos guíen nuestras elecciones, aunque tratemos de evitarlo. Pero como todo, cuanto más se reduce el campo a estudiar más se simplifica la hipótesis y la posterior ejecución de la demostración. Lo que nos ha llevado a analizar cada franquicia de manera individualizada, creando un serial con los 30 mejores jugadores de la historia de cada una de las franquicias. Y hoy, es el turno de los Houston Rockets y Hakeem Olajuwon, que lideró a los tejanos en sus dos únicos anillos (1994 y 1995), convirtiéndose en uno de los mejores pívots de todos los tiempos.

EL RESUMEN DE SU CARRERA

Hakeem Olajuwon puede presumir de una gran carrera deportiva. Una de esas que cualquier jugador de baloncesto querría tener. Jugó 18 temporadas en la NBA promediando 21’8 puntos, 11’1 rebotes, 2’5 asistencias y 3’1 tapones: 12 veces All-Star, MVP de la temporada regular, 2 anillos de campeón proclamándose MVP de las Finales en ambas, Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos con la selección de los Estados Unidos y, finalmente, elegido miembro del Basketball Hall of Fame en el año 2008. Casi nada.

Olajuwon, nacido en Nigeria, fue seleccionado como número 1 del Draft de 1984 por los Houston Rockets, por delante de un tal Micheal Jordan y otros históricos como Charles Barkley o John Stockton. Muchos se echan las manos a la cabeza pensando como los Rockets dejaron a escapar a Jordan, pero lo cierto es que con Hakeem tampoco les fue tan mal. Des del inicio, el pívot cumplió las expectativas que todos tenían de él como número 1. Fue llegar a la NBA y besar el santo: 20’6 puntos 11’9 rebotes y 2’7 tapones en su temporada de estreno, unos números que le habrían valido a cualquiera para llevarse el rookie del año. Pero claro, Micheal Jordan fue aún mejor y se lo arrebató.

youtube://v/PHM_Ko9clmI

En sus primeros años en el equipo tejano, Hakeem Olajuwon y Ralph Sampson formaron una de las mejores parejas interiores de la liga, en un dúo conocido como “Las torres gemelas de Houston”. Juntos llevaron a los Rockets a sus primeras Finales el 1986, aunque cayeron ante los Boston Celtic de Larry Bird. A partir de allí, los seguidos problemas físicos de su compañero dejaron demasiado solo al nigeriano, que iba creciendo cada vez más, pero veía que el proyecto de su equipo se estancaba. Al final, en Houston decidieron traspasar a Sampson para tratar de renovarse con núcleo de jugadores mucho más jóvenes. El equipo tuvo varias temporadas de transición entre 1987 y 1993 -aunque siempre acabaron en Playoffs- pero el liderazgo de Hakeem lo convirtió en un tipo mucho más maduro. Olajuwon ya era uno de los mejores interiores del momento, con duelos inolvidables contra Patrick Ewing, David Robinson o Karl Malone, su eterno rival. Lo mejor estaba por llegar.

Finalmente, en 1994, llegó el gran permio: Olajuwon y sus Rockets ganaron su primer anillo tras imponerse a los New York Knicks por 4-3. Tras los años dorados de los Bulls, que venían de ganar tres campeonatos seguidos, era el turno de los tejanos. Los Rockets no destacaban por tener grandes estrellas, sino más bien por ser un buen conjunto, aunque dirigido por una superestrella: gran parte del mérito fue del nigeriano. Hakeem tenía las características de un pívot moderno en la era de los grandes cincos, dominaba todas las fases del juego: un físico privilegiado, un anotador compulsivo, un intimidador nato…hasta se atrevió con los triples -metió un 42% de sus tiros de 3, el mejor porcentaje de su carrera-. 27’3 puntos, 11’9 rebotes, 3’6 asistencias y 3’7 tapones le valieron para llevarse el MVP y, posteriormente, le nombraron mejor jugador de las Finales gracias a sus brillantes actuaciones ante Patrick Ewing.

youtube://v/M3LIzFcpdSo

Y la historia se repitió la siguiente temporada, los Houston Rockets ganaron su segundo anillo consecutivo -y el último de su historia-. Con Clyde Drexler como acompañante de lujo, Olajuwon logró la máxima anotación de su carrera (27’8 puntos de media) y llevó de nuevo a su equipo a lo más alto. Esos Rockets no volvieron a disputar otras Finales y se iban deshinchando poco a poco. Había que volver a empezar des de cero y, tras 17 años en Houston, los Rockets traspasaron a Olajuwon a los Toronto Raptors, donde jugó su última temporada antes de retirarse.  

¿POR QUÉ ES EL MEJOR JUGADOR DE LA HISTORIA DE LA FRANQUICIA?

Hakeem Olajuwon es, sin ninguna duda, el jugador más relevante de la historia de los Rockets. El pívot escribió las páginas doradas de la historia de la franquicia. No es un One Club Man, pero como si lo fuera: 17 años en Houston para llevarlos a sus dos únicos anillos, siendo el líder indiscutible. Los Rockets le deben (casi) todo a Hakeem i el pívot les debe agradecer toda la confianza que depositaron en él, es como una relación de amor correspondida. No es ninguna casualidad que en Texas le llamaran Hakeem the dream.

Las estadísticas no siempre lo son todo, pero en el caso de Olajuwon hablan por si solas: 1º en partidos disputados (1.177), 1º en minutos jugados (42.844), 1º en puntos (26.511), 1º en rebotes (13.382), 1º en tapones (3.740), 1º en robos (2.088) y 4º en asistencias (2.992). Historia de la franquicia, que retiró su dorsal 34. Uno de los pívots más dominantes que jamás recordaremos.  

youtube://v/_m8OeZWbcOE

COMPLETAMOS EL PODIO DE LEYENDAS DEL EQUIPO

La elección de Hakeem como el mejor jugador de la franquicia es evidente, pero completar el podio ya es una tarea algo más complicada. Así, teniendo en cuenta el nivel del jugador y su trayectoria en el equipo, nos hemos decantado por Moses Malone y James Harden.

El segundo lugar del podio es para Moses Malone. También considerado como uno de los grandes pívots de la historia de la NBA, Malone fue uno de los grandes nombres de los inicios de la franquicia. Con un total de 6 temporadas en la franquicia, des de la 1976/77 a la 1981/82, el pívot fue capaz de llevar a los Rockets a los Playoffs en cinco ocasiones, aunque nunca logró ganar el anillo -se quedaron a las puertas tras perder con los Celtics en las Finales de 1981-. Moses Malone ganó fue dos veces MVP vistiendo la camiseta de los Rockets: el primero en el año 1979 (24’8 puntos y 17’6 rebotes) y un segundo en su última temporada en Houston, donde consiguió su tope anotador: 31’1 puntos.

youtube://v/NLCeQ5zUtR8

Finalmente, James Harden es quien cierra el podio en tercera posición. En 2012, el escolta salió de Oklahoma, donde estaba eclipsado tras Durant y Westrbook, para convertirse en un referente en Houston. Y, tras 8 temporadas, sigue haciendo historia con los Rockets, donde nunca ha fallado en su cita con los Playoffs. Hay cierta polémica rodeando a “La Barba”, ya que nunca ha conseguido el ansiado anillo y son muchos los que cuestionan su eficacia. Pero también hay que tener en cuenta el contexto: ha tenido la mala suerte de coincidir con uno de los mejores equipos que jamás hayamos visto. La realidad es que Harden es uno de los mejores talentos a nivel ofensivo de la historia de la NBA. Así lo muestran los números: 1º en triples convertidos (1.976), 1º en asistencias (4.650) y 3º en anotación (17.928 puntos). Un jugador histórico al que aún le quedan páginas en blanco para escribir.

youtube://v/XXKfT2TMwQE