En Houston quedaban 3:25 para el final de un partido donde los Lakers habían ido ganando por 19 puntos, pero donde los Rockets habían conseguido remontar. Con el marcador 93-91 favorable a Houston, Mike D'Antoni decide ordenar a sus jugadores que hagan falta intencionadamente a Dwight Howard para mandarlo a la línea de tiros libres. Es decir, justamente la práctica de la que D'Antoni se quejaba hace unos meses, cuando el pívot era un Laker más. En ese momento del partido Dwight había fallado los 4 tiros libres que había lanzado. Además, su media de los últimos tiempos ronda un 50% de efectividad desde la línea.
En las siguientes 5 posesiones de Houston, los Lakers hacen falta intencionadamente a Dwight. El jugador anota exactamente la mitad de los 10 tiros libres correspondientes antes de que se llegue a la marca de los últimos 2 minutos de partido.

Conviene observar que esta estrategia –el Hack-a-Dwight, cuyo nombre proviene del Hack-a-Shaq de los tiempos donde Shaquille O'Neal jugaba– no puede realizarse en los últimos 2 minutos de partido. En dichos dos minutos finales, cualquier falta intencional sobre un jugador que no esté participando activamente en la jugada se sanciona con tiro libre para el equipo y posesión de balón. Así, la estrategia de Hack-a-Dwight es radicalmente distinta del tipo de faltas personales intencionales que se cometen en finales apretados sobre el contrario que lleva el balón para parar el reloj.
El partido acabó con victoria para los Lakers con un triple salvador de Steve Blake cuando quedaba 1 segundo y su equipo perdía de 2 puntos. Un triple producto de un fallo defensivo garrafal de los bases de Houston por comerse el doble bloqueo que liberó al jugador angelino, y de Howard por reconocer demasiado tarde el problema y no llegar a taponar a Blake.
Como suele ocurrir en estos casos, el análisis se hace a partir del resultado de la victoria Laker. Y sin embargo, un análisis un poco más fino nos muestra que, si los Lakers ganaron, no fue en absoluto por la estrategia de Hack-a-Dwight. Consideremos los siguientes hechos:
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El Hack-a-Dwight propiamente dicho tuvo lugar desde la marca de los 3:25 minutos hasta los 2:00 minutos para el final, momento a partir del cual las faltas intencionadas lejos del balón están penadas como comentamos arriba.
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Durante ese minuto y 25 segundos, Dwight anotó 5 de 10 tiros libres, esto es, exactamente un punto por posesión. Ese número es superior a la efectividad de Houston a lo largo del partido (0.89 puntos por posesión). O sea, que aunque Dwight estuviese fallando la mitad de sus tiros libres, el resultado era más efectivo que un ataque “estándar” de Houston. De hecho, esos 5 tiros libres fueron los últimos puntos que Houston anotó en el partido, pues Houston falló sus últimos 5 tiros de campo.
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Durante ese minuto y 25 segundos, el parcial fue de 5-2 favorable a Houston. Es decir, tras terminar el Hack-a-Dwight, los Lakers estaban peor que como empezaron, y encima con menos tiempo en el reloj para resolverlo.
Si los Lakers ganaron, ciertamente no fue por ese minuto y medio donde casi pierden el partido. Sin embargo, sí hubo otros tres factores cruciales relacionados con los tiros libres de Dwight que desembocaron en la derrota de Houston, a saber:
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Con menos de 2 minutos en el reloj, Jodie Meeks mete un triple e inmediatamente Chris Kaman hace falta intencionada a Dwight Howard lejos del balón. Los árbitros deberían haberla señalado, y en este caso Houston habría tenido un tiro libre (con tirador a elegir) y posesión en vez de simplemente dos tiros libres para Howard. Fue un fallo garrafal de Kaman que casi desquicia a D'Antoni… pero aún más fallo de unos árbitros que no señalaron la falta.
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A falta de 53 segundos, Houston saca de fondo en la canasta Laker… dándole la bola a Howard. Pau rápidamente le hace falta, que es una falta normal –no un Hack-a-Dwight– pues Dwight tenía el balón. Un error infantil de Houston. El pívot de los Rockets fallaría los dos tiros libres, dejando su estadística final del partido en un horroroso 5 de 16. Conviene recordar que hace mes y medio Howard declaraba que su objetivo para este año es tirar con un 75%-80% de efectividad desde la línea de tiros libres.
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Con Houston ganando de 2 a falta de 15 segundos, Harden se juega un aclarado complicadísimo contra Jodie Meeks, que falla. La jugada más efectiva en teoría hubiese sido hacer un pick-and-roll con Howard… pero eso habría hecho que Dwight estuviese activo en la jugada, y que Pau le pudiese volver a hacer una falta “normal”.
En última instancia, Houston perdió en gran medida por los fallos en los tiros libres de Dwight; por los que falló activamente y por las jugadas más complicadas que los Rockets tuvieron que diseñar para no involucrar a Howard en ataque.
Sin embargo, ese minuto y medio de Hack-a-Dwight, de faltas intencionales lejos del balón a Howard, casi les costó el partido a los Lakers.