Una de las historias más rocambolescas de los últimos años en la NBA es la irrupción de Hassan Whiteside. Un jugador que se hallaba totalmente fuera del radar NBA se convirtió, casi por azar, en uno de los mejores pívots de la liga.
El 25 de noviembre de 2014 los Miami Heat anunciaron el fichaje de Whiteside. Un movimiento que apenas se mencionó en las páginas que suelen informar sobre baloncesto. El fichaje se produjo por una lesión de Chris Andersen, que a su vuelta podía mandar al nuevo miembro de la plantilla a la Liga de Desarrollo una vez más.
Por la trayectoria que había tenido Whiteside hasta su llegada a los Heat no parecía que podía tener una carrera destacada en el mundo del baloncesto. Después de jugar durante una temporada en la pequeña Universidad de Marshall, se declaró elegible para el draft de 2010. Fue elegido por los Kings en el puesto 33. Su importancia en el equipo fue nula, y en dos temporadas solo jugó 19 partidos en el equipo californiano. Tras ese periodo, fue despedido.
La siguiente temporada la jugó en la Liga de Desarrollo, en la que trató de destacar con el objetivo de volver a recibir una llamada de la NBA, lo que finalmente no se produjo. Por esa razón decidió salir de Estados Unidos para probar en otras ligas. China y Líbano fueron sus destinos. Parecía que su pista se había perdido definitivamente y que iba a ser uno de tantos jugadores norteamericanos cuya exuberancia física les hacía sentirse cómodos en unas ligas en las que encontraban pocos rivales que estuvieran a su altura. Pero la ambición de Whiteside no menguó, y decidió volver a la Liga de Desarrollo para buscar otra oportunidad.
En septiembre de 2015 firmó por los Grizzlies, pero fue cortado un mes más tarde. Eso no le desanimó, y volvió a la D-League. Tras otra llamada infructuosa de los Grizzlies, le llegó la oportunidad en el sur de Florida.
Parecía que la historia se repetía, que la nueva experiencia del pívot de Carolina del Norte la iba a pasar como un espectador de lujo que tendría que el privilegio de agitar la toalla y chocar las manos de sus compañeros. En los primeros 12 partidos, Whiteside solo jugó en 3, y acumuló un total de 9 minutos, en los que le dio tiempo a anotar 6 puntos, coger 4 rebotes y poner un tapón. Daba la sensación que su carrera en la NBA estaba cercana a su definitivo fin, y que tendría que enfocar su trayectoria profesional en otros continentes. Otra historia de un jugador que pone todo su empeño en poder ser un jugador de la NBA, pero que carece de las cualidades mínimas para cumplir ese sueño. Aun así, el esperado corte no se produjo, y los últimos días del año 2014 daban lugar a la esperanza. En cuatro partidos de esas últimas semanas, el pívot jugó más de 15 minutos, y dio muestras de su potencia física y colocación al coger 7 rebotes en cada uno de esos partidos. Quizá podría sobrevivir en la liga para ser un especialista reboteador. Pero el nuevo año iba a ser todavía mejor para el de Carolina del Norte.
Enero de 2015 fue el mes en el que el mundo del baloncesto descubrió a Whiteside. Con un calendario difícil, en el que jugaban la mayor parte de los partidos fuera de casa, el pívot explotó. En 11 partidos, promedió 13 puntos, 10,6 rebotes y 3,4 tapones. Además, saltó a la fama por batir el récord de la franquicia con 12 tapones, en un partido que terminó con un triple-doble contra los Bulls de Pau Gasol. Su actuación dio la vuelta al mundo, los ojeadores se tiraban de los pelos por no haber fichado a esta fuerza de la naturaleza y los periodistas rivalizaban por dar la noticia de que la temporada anterior estaba jugando en el Al Mouttahed Tripoli, de la Liga del Líbano.
La temporada continuó por los mismos derroteros, y Whiteside promedió 11,8 puntos, 10 rebotes y 2,6 tapones en tan solo 23,8 minutos. Había dejado claro que pertenecía a esta liga, pero aún no había demostrado que podía ser una estrella, ya que tenía los defectos habituales de los pívots de hoy en día: porcentaje muy bajo en tiros libres, escasos recursos ofensivos, poca habilidad en el pase y una exagerada tendencia a ir a la ayuda en busca del tapón. Además, su comportamiento era en ocasiones marrullero, entrando en peleas y provocaciones contra los rivales. Incluso llegó a ser sancionado con un partido por un empujón a Kelly Olynyk que no venía a cuento.
Con todo ello, era un pívot que se adaptaba maravillosamente a los nuevos tiempos. Con 2,13 puede correr perfectamente el campo, y su capacidad y timing de salto es de lo mejor de la liga, razón por la cual sus números de rebotes y tapones son impresionantes. Los Heat aplicaron su opción contractual para la siguiente temporada, y se aseguraron a un pívot en alza por menos de un millón de dólares.
Su segunda temporada fue la confirmación de lo anterior. Whiteside incrementó sus estadísticas y acabó la temporada con unos promedios de 14,2 puntos, 11,8 rebotes y 3,7 tapones, categoría en la que lideró la liga. Todo ello en tan solo 29 minutos. Su repercusión mediática ha descendido, debido a que ya no es una novedad, pero su repertorio técnico ha aumentado. A medida que pasaba la temporada, hemos visto a Whiteside aumentar sus recursos de anotación, utilizando reversos, tiros de media distancia y ganchos. Tenía el futuro asegurado, se había convertido en un pívot fiable, especialmente en defensa, pero no se ha conformado con eso. Su ambición y su capacidad de trabajo le han convertido en un jugador que ha mejorado muchísimo a lo largo de una temporada.
Una estadística que confirma esta sensación es la de los tiros libres. La temporada pasada promedió un 50%, y esta temporada lo ha incrementado hasta el 65%, una mejora espectacular. Además, dentro de la propia temporada, comenzó en porcentajes ligeramente superiores al 50%, pero en los tres últimos meses estaban por encima del 70%. Este incremento habla de la perseverancia e inconformismo de este jugador, que incluso llegó a cambiar su mecánica de tiro para mejorar en esta faceta. En una época en la que muchos pívots no corrigen este problema en años, Whiteside ha logrado una cierta fiabilidad, lo que impide a los rivales hacerle el famoso hack.
Hassan Whiteside termina contrato en verano y será uno de los agentes libres más cotizados. Su vida estará solucionada a partir de julio de este año, igual que los problemas en la pintura del equipo en el que juegue. No perdamos de vista a este jugador, que con 27 años aspira a dar otro salto en su carrera para convertirse en una referencia de la liga.