"La historia ha demostrado que una franquicia necesita a una superestrella o aun buen grupo de all stars para ganar el anillo. El único equipo que lo consiguió sin contar con una super estrella fueron los Pistons en el 2004".

El analista de la ESPN, Chris Broussard, reducía el número de candidatos al anillo a un selectivo grupo en el que podrían estar Miami Heat, Chicago Bulls, Los Angeles Lakers o los Oklahoma City Thunder.

"No creo que sea necesario contar con una estrella para ganar un anillo", comentaba recientemente Frank Vogel, flamante entrenador de los nuevos Pacers. A pesar de ello, tiene toda la historia en contra, siguiendo con el hilo de lo esgrimido por Broussard.

Larry Bird, un técnico ‘de la casa’ conseguía clasificarles para las Series Finales del 2000 en su tercera temporada como entrenador. No contaban con el máximo anotador, ni con el mejor reboteador ni pasador…De hecho no tenían a ningún líder estadístico. Tampoco ninguna estrella rutilante. Reggie Miller, su principal abanderado, contaba ya con 35 años y nunca tuvo derecho a un hueco en lo más alto. Le seguían otros curtidos veteranos entre los que había buenos pasadores, defensores y tiradores: Mark Jackson, Derrick McKey, Chris Mullin, Rick Smits, más algún jugador que pasaba por el mejor momento de su carrera como Dale Davis, Jalen Rose o Austin Croshere. Cayeron ante los Lakers del binomio O’Neal-Bryant -en aquellos tiempos Shaquille estaba más arriba que Kobe– que iniciaban un dominio en la NBA que duró 3 temporadas.

Unas temporadas después, con Rick Carlisle de entrenador, los Pacers batieron el record de 58 victorias que tenían con Larry Bird, alcanzando los 61 partidos ganados en la temporada 2003-04. Todavía seguía Reggie Miller, pero el equipo estaba en manos de unos cuantos ‘villanos’: Al Harrington, Ron Artest, Jermaine O’Neal o Jamaal Tinsley. Los ‘jail blazers’ del Este. Esta peligrosa combinación de talento e inestabilidad emocional acabó volando por los aires y el castillo de naipes fue cayendo temporada a temporada hasta la ausencia de playoffs -salvo una temporada- en tiempos de Dan O’Brien.

Frank Vogel, asistente en Celtics y Sixers antes que en los propios Pacers, ayudante de Pitino en su breve periplo celta, lograba un balance ganador en la temporada anterior, tras sustituir a O’Brien.

Los nuevos Pacers 

La buena sintonía con el joven coach, los mimbres que había en la plantilla (Collison, Granger, George, Hibbert, Hansbrough, Jones) y las buenas adquisiciones en esta temporada (George Hill, David West, Leandro Barbosa o Louis Amundson) les ha convertido en el equipo revelación por méritos propios.

El ex jugador y analista televisivo Charles Barkley venía a decir que nunca en la historia se había hablado tan poco de un equipo que tiene el quinto mejor récord de la competición. Lo comentábamos al principio. No hay ningún trío supersónico ni ninguna estrella mediática. Sólo una composición de una plantilla muy bien hecha, muy equilibrada, trabajo y mucho juego colectivo. De hecho, de lo único que se ha hablado es de uno de los responsables de este pequeño milagro, de Larry Bird y su posible retirada después de haber enderezado el rumbo de la franquicia a nivel deportivo.

Retomando la situación deportiva, se ha trabajado para que jugadores importantes como David West considerara atrayente el formar parte de estos Pacers. Ha sido la incorporación más destacada de esta temporada pero no el único plus de mejora con respecto a la temporada anterior. Con West ganaron un jugador veterano y respetado por su gran trayectoria en los Hornets. Un jugador capaz de anotar (12.6) y rebotear (6.6) a alto nivel y que se ha sacrificado en beneficio del grupo Pero, como decimos, no es el único protagonista de esta resurrección:

  • La resurrección de los Pacers va cogida de la mano de la recuperación de Danny Granger. El alero de los Pacers acabará la temporada como mejor anotador del equipo por quinta temporada consecutiva aunque su promedio (18.7 ppp) es el más bajo desde la temporada 2006-07. El Lobo de New Mexico está recuperando en el último mes y medio el nivel mostrado hace 3-4 temporadas y que le sirvió para ganarse el respeto de la crítica. Salvando las distancias, es el Miller de estos Pacers.
  • El crecimiento y consolidación de Roy Hibbert. Fundamental en una época en la que los buenos pívots escasean y donde jugadores como el pívot formado en Georgetown o Greg Monroe parecen representar el último eslabón de un género en decadencia. El jugador de raíces jamaicanas ya ha dicho que quiere seguir formando parte de este proyecto. Involucrado con la comunidad, Hibbert es el segundo máximo anotador con 13 ppp y lidera los rebotes (8.9 pp) y los tapones (2 pp).

  • Dupla de bases. La llegada de Darren Collison hace dos temporadas le sentó muy bien a unos Pacers que llevaban unos años sin conseguir un director de juego que les diera cierta estabilidad. Esta temporada llegó George Hill desde San Antonio para completar una buena dupla. Hill ha irrumpido cuando Collison ha dado muestras de flaqueza, sobre todo a partir del All Star Weekend. 10.4 puntos y 4.8 asistencias en 31 minutos para Collison y 9.7 puntos y 2.9 asistencias en 25 minutos para Hill.
  • Paul George, fuerza pujante. Tyler Hansbrough, un seguro off the bench. El primero está gustando mucho en su segundo año como profesional. Ha mejorado en todas las facetas del juego y es otro de los valores con sus más de 12 puntos y 5 rebotes por encuentro. Titular en todos los partidos. Hansbrough lleva ya tres temporadas en los Pacers y aunque su juego tiene uno poco menos de relevancia que en la temporada pasada, es uno de los hombres fuertes desde el banquillo gracia a sus 9.4 puntos y 4.4 rebotes en 21 minutos de juego.

  • Los extras. Necesarios para ampliar las posibilidades del roster, para ‘tapar agujeros’, para rendir 10 minutos a máximo nivel, para desquiciar a la estrella rival…Dahntay Jones se hizo famosillo como starter en la temporada que jugó para Karl en los Nuggets (08-09). Eso le valió una ficha para los Pacers. Era su especialista defensivo y, además, sorprendió con 10 puntos de media. Su rol ha bajado conforme ha incrementado el talento en Indiana, pero sigue siendo su secante muy válido. Necesario. Lou Amundson fue uno de los guerreros elegidos por Terry Porter para aquellos antiSuns del 2008-2009. Sacó provecho de esa oportunidad y firmó dos temporadas después con los Warriors, con una considerable mejora salarial. Antes de que empezara el actual curso fue traspasado a los Pacers a cambio de Brandon Rush y es una buena ayuda en el rebote ofensivo y en el trabajo más sucio. Leandro Barbosa es el contrapunto ofensivo a estos dos. También es el que ha llegado más tarde. Llegó antes del cierre del trade deadline, a cambio de una segunda ronda del draft de este curso. Sus promedios, 9 puntos y un 42% desde el triple son bienvenidos.

Una mención aparte merece Jeff Foster, quien anunció su retirada después de los constantes problemas físicos que vienen mermando su aportación desde hace tres temporadas. Foster (2.10, 35 años), con 13 temporadas al servicio de los Pacers destacó por su faceta reboteadora, sobre todo la ofensiva.

Ahora sólo queda esperar que el Bankers Life Filehouse, una de las arenas con peor afluencia de público, se vista de gala para los Playoffs. La primera ronda se les debe quedar pequeña. 

*Agradecer la información encontrada en el gran blog sobre los Pacers, de Dennis Mora, así como del periódico local, Indy Star.