Kobe Bryant (1.98/1978 Filadelfia) ha conseguido algo sin precedente en la NBA. No hablamos de máximas anotaciones (81 puntos en su momento) u otro tipo de heroicas gestas en una pista de baloncesto. A Kobe le retiraron dos números (nº8 y nº24) en los Lakers. Paréntesis, ya tardan en los Bulls en hacer lo propio con Jordan y su nº45 por mucho que ‘Air’ diera sus últimos coletazos en Washington.

Es siempre curioso ver cómo se expresan las estrellas que tanto admiramos del cine, arte o deporte en nuestra propia lengua. Kobe, además del español,  Aunque hablo inglés, personalmente es como que me acerca más a esas personas. 'The Black Mamba' también habla el italiano, pues su padre, Joe 'Jellybean' Bryant, fue profesional varios años en aquella potente LEGA de los 80. El caso es que Mundo NBA entrevistó al astro y se expresa en un decente español indicando, inicialmente, que lo aprendió viendo telenovelas como “La madrastra” o “Sábado gigante” con su mujer Vanessa. Y es que hasta en eso Kobe destaca por su especial perfeccionismo. Cuando le da por algo, en este caso las lenguas, lo da todo hasta que consigue su objetivo. Bien estaría que el bueno de Brad Oleson tomara nota tras doce años en España y dar aún ruedas de prensa y entrevistas en inglés. Y no tiene excusa ser de Alaska.

Me viene a la mente mientras escribo estas líneas que hace ya más de dos décadas Rolando Blackman  concedió una entrevista a Jordi Robirosa (TV3) y una de las respuestas acabó siendo en español. Pero lo del entonces escolta de los Knicks era diferente, era heredado por sus padres y abuelos panameños.

También recuerdo que en una ocasión, Hernán Olaguibe, buen amigo y ex canterano del Divinas Joventut de Badalona, me comentaba que había tenido una conversación con Marcelinho Huertas cuando el brasileño jugaba en los Lakers. El playmaker estaba en el avión aunque aún no había despegado. Evidentemente estaba rodeado de todos sus compañeros. Unos aislados con cascos, otros intentando dormir y una minoría charlando. ‘Marce’ y Hernán iniciaron la conversación hablando de cosas ajenas al baloncesto pero claro, en aquel momento los Lakers estaban en un mal momento y entre la lejanía y el bajón de la ocasión, Huertas se relajó y empezó a analizar el mal juego de su equipo y alguno de sus compañeros. Tras unos minutos, notó una mirada fija, punzante. Era Kobe que le hacía un gesto cargado de significado: “man, te estoy entendiendo. Afloja”. Entiendo que Huertas se quedó blanco y cambió al instante de tema no sin que Hernán, al otro lado del teléfono, percibiera el extraño del momento por el requerido acto reflejo de aquel que ejecuta una notable metedura de pata. 

Dice que no extraña la NBA “20 años fueron un sueño para mí, ahora quiero hacer una cosa nueva. Quiero hacer algo más. Cuando juego ahora es sólo con mis hijas. Después de 20 años mi cuerpo no lo echa de menos”. Sobre su día a día indica que “me despierto, hago el desayuno para mis hijas, las llevo en el carro a la escuela y luego vengo aquí a mi oficina y trabajo”. Siente que es más dueño de su vida porque cuando jugaba sufría unos calendarios absorbentes comprometido siempre “en Navidades pero ahora no, ahora tengo el control” y añade que así “está en paz”.

Y el modelo que ha creado y que difunde con charlas se basa en lo que ya ha licenciado como el ‘Mamba Mentality’. Cuando jugaba “soñaba con ganar campeonatos, cuando despertaba trabajaba”. Simple, difícil, efectivo ¿no creen? De todo lo que ha conseguido lo que más destaca es toda su carrera jugando “en los Lakers” y puyita, como hizo en su momento Larry Bird ante movimientos de estrellas por forzar e irte al mejor equipo que pueda suministrarte un campeonato como hiciera Lebron o el más reciente caso de Durant. “No puede ser que le des la espalda a tu equipo cuando hay momentos difíciles”.

¿Se hubieran imaginado a Billy Laimbeer jugando en los Lakers, el propio Bird en los Chicago, Michael Jordan en los San Antonio o… antes, al Doctor J en los Celtics para hacerse con un campeonato? Tal vez, con Kobe Bryant no sólo se ha ido uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA, también marcha la última old school star de la NBA, con la excepción del aún en activo astro germano Dirk Nowitzki.