La lesión de Yao Ming y los malos augurios en torno a ella originaba una operación en los despachos que acabaría en el desembarco de David Andersen en la NBA. Los Rockets compraban los derechos a Atlanta del entonces jugador del FC Barcelona. El gigante chino estaba prácticamente descartado para la actual campaña como luego se certificó. No podía dejar escapar el último tren. Un club con presencia en playoffs, un técnico reconocido y, en principio, muchos minutos de juego derivados de la lesión de Ming y el adiós definitivo de Mutombo.
"Obviamente, sustituir a Yao es probablemente imposible porque es un gran tipo y un buen jugador, así que simplemente trataré de ayudar al equipo y espero tener la oportunidad de jugar minutos". Así de modesto pero también esperanzado se mostraba el pívot australiano una vez confirmado su adiós a la ACB. "Si juego bien mis primeros años tal vez tenga suerte y pueda alcanzar un buen contrato", declaraba al Sidney Morning Herald tras oficializarse el traspaso de derechos.
Sin embargo la producción, pero, sobre todo, los minutos de juego no están siendo los deseados por el jugador de los Rockets. Sus promedios durante los 6 primeros partidos de liga regular son de 4 puntos, 2 rebotes y 10.7 minutos. Durante la pretemporada gozó de muchos más minutos, lógico, llegando a cuajar buenas actuaciones como los 17 puntos y 4 rebotes contra los Bucks o los 12+7 ante Magic. Su inicio fue también muy prometedor con 11 puntos y 5 rebotes contra los Blazers de un Oden nulo en ataque (2 puntos y 7 pérdidas) pero brutal en defensa (12 puntos y 5 tapones). Precisamente contra los Blazers consiguió su único triple hasta la fecha. En Europa era una de sus armas más mortíferas.
Los esperanzadores 19 minutos del primer tiempo se han reducido hasta la mitad en la mayoría de partidos. Mientras, en el cinco inicial se asienta el incansable Chuck Hayes, un pívot de 1.98 metros formado en Kentucky y que afronta su quinta temporada en la liga profesional, siempre en los Rockets.
Pasar de un pívot de 2.29 a otro que no llega a los 2 metros tiene su riesgo. Sin embargo permite a Adelman sacar más jugo a la rapidez de hombres como Brooks, Ariza, Scola o Landry. El principal obstáculo para Andersen reside en la el eléctrico ritmo que impone no sólo los Rockets sino la mayoría de la competición unido a una dureza defensiva de la que carece el jugador australiano. Rápidez, trabajo y contundencia defensiva son las armas Hayes; las que le consolidan como pívot titular. Por lo que a respecta a los fríos números, este atípico pívot está promediando 7.7 puntos, 7.3 rebotes y 29 minutos de media unido a un gran 62% de acierto en tiros de campo.
Hayes está siendo, pues, la pesadilla en estos momentos del aussie. Pero nada que objetar a sus minutos de juego ya que los chicos están encantados con el rendimiento del pívot titular de los Rockets.
Shane Battier opina esto:"Chuck es una razón de peso por la que los Rockets somos uno de los mejores equipos defensores de estos últimos años". El jugador de tercer año, Carl Landry, es otro de los que no repara en elogios. "Es el jugador perfecto, reobtea, defiende, controla la situación y roba balones. Él es quien hace el trabajo sucio". Su compañero en la zona, Luís Scola, lo consiera un jugador irremplazable: "Es un placer jugar con él. Juega duro y hace todo hace todo lo que un jugador de baloncesto debe hacer. Sobre todo, es gran compañero". Por otra parte, el coach Adelman tampoco se queda atrás en este piropeo general, destacando sobre todo su partido contra los Lakers: "Jugó contra Andrew Bynum, un gran jugador que hizo 17 puntos y 17 rebotes. Chuck consiguió 14 + 14. Ahora él está jugando con una gran confianza y el equipo es diferente cuando él está en la cancha".
Demasiadas razones de peso para que Andersen piense, de momento, en acumular muchos minutos de juego. A pesar de ello, Dave no deja de ser importante en una rotación corta que no cuenta con sus tres mejores anotadores durante la temporada pasada (Ming,T-Mac y Artest). Landry, Lowry y el rookie Chase Budinger están produciendo a gran nivel. Así, el banquillo de los Rockets ha generado 36 puntos por partido, cifra muy superior a la que han producido sus oponentes hasta la fecha (26.8 puntos). Y Andersen forma parte de ese banquillo aunque juegue menos de lo que en un principio esperaba.
"David nos está ofreciendo cosas", dice Adelman. No todo es negativo, pues. Es bueno para él, de inicio, pensar que que el técnico le tiene presente. En tierra ajena no sirven las tres euroligas y los innumerables títulos conseguidos en su gloriosa época europea. La calidad la tiene. Su virtud debe ser ahora el trabajo, la paciencia y la confianza en que un buen técnico sabrá recompensar su trabajo.