A medida que crecía y mostraba sus cualidades en Providence Day School en Charlotte, Carolina del Norte, se podía apreciar que Grant Williams sería un jugador distinto. Su singularidad provenía de varios factores, los cuales no tenían que ver únicamente con su desempeño en la cancha.
A sus 14 años, el alero perseguía un objetivo distinto al de sus compañeros: no quería ser la figura ni el jugador más destacado, a pesar de que por sus capacidades podía conseguirlo sin problemas. Su mayor deseo era ganar, y sabía que si sus compañeros mejoraban eso podía lograrse con mayor frecuencia.
GRANT, UN CHICO ESPECIAL
En una ocasión, el entrenador de Providence Day, Brian Field, recordó que, en su primer día, Williams se reunió con él en su oficina durante el almuerzo, y tuvieron una charla amena sobre baloncesto, la vida y lo que acababa de aprender en la clase de historia.
"Parece demasiado bueno para ser verdad", pensó Field en ese momento. Era un joven con mucha curiosidad, pero sobre todo con una aversión al protagonismo y al individualismo, lógicos elementos que forman parte del crecimiento de los jugadores, quienes saben que para llegar lejos deben destacarse. El pequeño Grant era distinto.
El alero de Boston Celtics heredó esa curiosidad por la ciencia, la historia y la física por parte de su madre Teresa, una ingeniera de la NASA en Houston. Como menor de 5 hermanos, desarrolló desde muy chico su competitividad, aunque no tanto su talento anotador. Su hermano Gabon le dijo a CBS que Grant “nunca fue el chico que quería anotar 40 puntos”. “Le dije que no se destacaría si no estaba anotando a un alto nivel”.
En las finales de la Conferencia Este del año pasado ante Milwaukee Bucks, Grant pareció haber escuchado a su hermano Gabon. Terminó el partido con 27 puntos, el máximo de su carrera, y se destacó como el factor X de un equipo que luego perdería el campeonato contra Golden State Warriors.
GRANT WILLIAMS, EL VILLANO DE LA SERIE CONTRA MIAMI
Grant Williams tiene similitudes con Jimmy Butler, un jugador con colosal sed competitiva y quien, lejos de buscar protagonismo, es una de las estrellas más menospreciadas de la NBA (10º en la votación por el MVP) y lo prueba en cada noche de playoffs, en donde está liderando a Miami Heat en sus finales de conferencia contra los Celtics.
Jimmy Butler and Grant Williams.
— Hoop Central (@TheHoopCentral) May 20, 2023
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Más allá de que Butler es una máquina anotadora (promedia 31.5 puntos en estos playoffs), su característica más distintiva no es esa, sino su temple. Jimmy registra 18.2 tantos por noche en temporada regular y 22.1 unidades en juegos de postemporada, lo que da cuenta de su preferencia por las noches más incandescentes.
Precisamente estos dos jugadores se trenzaron en un duelo verbal y físico cara a cara. No es casualidad que el destino los haya reunido en una batalla que luego dejó tela para cortar y generó toda una narrativa en la que la estrella de Miami Heat demostró todo su dominio frente a un jugador de cuarto año.
GANAR, GANAR Y GANAR, EL OBJETIVO DE GRANT WILLIAMS
Grant Williams fue de los pocos jugadores que demostraron esa rebeldía en los Celtics, que están al borde de la eliminación con un récord de 1-3. Es el provocador de Boston, el jugador que se plantó ante el gran Jimmy Butler y quien quiso sacarlo del juego. Si bien no lo logró, volvió a demostrar que lo que más le interesa es ganar y hará todo por conseguirlo.
En 2019, mientras Grant formaba parte de los Tennessee Volunteers en la NCAA, el entrenador asistente Desmond Oliver, notaba que Williams no estaba buscando disparar. Luego, contó: “Cuando se lo remarqué me detuvo y me dijo 'Lo sé, pero tengo que hacer que mis muchachos se pongan en marcha, y siento que, durante todo el año, fui el tipo de referencia. No creo que podamos ganar si todos esperan que haga 25 tiros'". Mencionaría que en 30 años nunca conoció un tipo como él.
Grant es el fuego que enciende a Boston Celtics, uno de los máximos candidatos al anillo. Lo demostró luchando contra Butler y soportando el pisotón de Joel Embiid (MVP de la liga) en las semifinales de conferencia. Es un jugador especial, que crece en las situaciones más difíciles y que estará listo para luchar.