Desde que en 2003 el draft nos dejase la llegada de una de las mejores generaciones de novatos jamás vista en la NBA, probablemente ningún otro año despertase tanta expectación como el 2007, con ese duelo entre Greg Oden y Kevin Durant llamado a “marcar una época”. Cómo pasa el tiempo.

El futuro truncado

Prácticamente una opción entre 19 tenía Portland Trail Blazers de llevarse el número 1 en la lotería, pero los hados parecían conjurarse con la franquicia de Oregón y darles la oportunidad de formar uno de los conjuntos con más futuro en el campeonato: la irrupción estelar de Brandon Roy, la competitividad transmitida por McMillan desde el banquillo y el trabajo entre bambalinas de Pritchard se combinaban con los millones de Paul Allen, todo en la línea de aspirar a crear un conjunto dominante, quién sabe si una hegemonía en el campeonato. Cuatro años después, prácticamente nada queda de esa imagen: múltiples lesiones, numerosos cambios en la gerencia y la sensación de que Allen ha cerrado el grifo permiten pocas ilusiones: de un Roy en el que la retirada es una posibilidad real hasta un Oden que apenas ha podido jugar 82 partidos en 4 años.

Mientras en las semanas previas las elucubraciones sobre los Blazers se centraban en si Roy podría llegar a ser cortado a través de la amnesty clause que nos detallaba hace unos días Edgar Paz, ahora es el futuro de Oden lo que copa titulares en la actualidad Blazer, dentro de un futuro inmediato que parece bastante más sencillo de determinar que su rendimiento en las canchas.

Tardó un año en debutar por una grave lesión de rodilla y disputó 61 partidos en la siguiente temporada, dejando muestras de un enorme potencial para ser determinante en ambas zonas por su enorme capacidad de intimidación en defensa y rachas de anotación en las cercanías del aro; apenas pudo jugar 21 encuentros el siguiente curso y la temporada pasada volvió a pasarla en blanco: operaciones en ambas rodillas con fractura de rótula incluida y daños en el cartílago que ponen en seria duda su futuro deportivo, sin disputar partido oficial alguno desde su lesión el 5 de diciembre de 2009 durante un encuentro ante Houston.

El indiscutible y discutido número 1

A día de hoy es lógico pensar que los Blazers cometieron un error al no elegir a Kevin Durant en aquel draft del 2007. A día de hoy y teniendo en cuenta las lesiones sufridas por Oden, claro. En una encuesta realizada antes del mes de junio de ese mismo año entre diversos GM de la liga, 20 de los 21 preguntados tenían clara la elección que debían realizar los de Oregon: Greg Oden. Y no es extraño, puesto que -pese a ser operado en la muñeca a principios del curso y dar muestras de jugar tocado el resto del año- en su única temporada universitaria las actuaciones de Oden eran dignas del mayor de los elogios, llevando a Ohio State hasta la final de la NCAA y brillando en ésta pese a la derrota ante la Florida de Noah y Horford con 25 puntos, 12 rebotes y 4 tapones. “Y eso que había 4 jugadores rivales siempre a su alrededor cuando recibía el balón”, remarcaban algunas crónicas.

Opciones de contrato

En el ya extinto convenio colectivo que ha determinado el marco de contratación durante los últimos años en la NBA, el contrato de los novatos de primera ronda se podría denominar “2+1+1+QO”: los jugadores tienen 2 años totalmente garantizados -en el sentido que todo el salario deben cobrarlo íntegramente incluso en caso de corte-, y los equipos tienen dos diferentes opciones de ampliarlo por un año de forma unilateral, sin que el jugador tenga margen ninguno de determinar su futuro desde que firma su primer contrato hasta finalizado el cuarto año de esa vinculación. Justo el momento en el que se encuentra Greg Oden.

Y ahora la situación es la siguiente:

– El equipo puede hacer la llamada qualifying offer (QO), una oferta por un año de contrato que el jugador puede aceptar o no. Portland ya se la realizó antes del lockout, y dado que las cantidades dependen de la cuantía de su contrato anterior y que Oden recibía un salario relativamente elevado por haber sido número uno, en su caso es de casi 9 millones de dólares por temporada. Ya que estamos en un curso excepcional por el cierre patronal y no disputarse “una temporada completa”, la parte proporcional (66/82) de esa cantidad. Si Oden acepta esta oferta, el próximo verano podría ya decidir libremente su futuro.

– El presentar la QO no excluye la posibilidad de una ampliación de contrato por varios años. Es decir, cabría la posibilidad de que jugador y franquicia llegasen en los próximos días -una vez "se abra el mercado"- a un acuerdo por varios años, aunque esta opción parece poco probable por su historial de lesiones previas.

– Al realizar la QO, los Blazers se garantizan poder igualar cualquier oferta recibida por Oden. Si éste decide presentar a la liga una oferta realizada por otra franquicia, Portland tiene 3 días según las filtraciones del nuevo convenio para ofrecer las mismas cantidades y quedarse con sus servicios, lo que prácticamente descarta el que vaya a presentarse dada la cuantía que tiene la QO en su caso.

Pese al interés que varias franquicias parecen tener en el jugador, combinando todas estas circunstancias debemos considerar que las opciones de un posible fichaje por otro conjunto parecen remotas a día de hoy. De hecho, si nos ponemos en el peor de los escenarios, el jugador tiene poco margen de maniobra en estas situaciones, llegándose a casos tan rocambolescos como el de Varejao hace unos años y que incluso podría sucederle a un Marc Gasol que se encuentra también como "restricted", aunque sea un escenario muy poco probable en la actualidad.

"Nadando en la ambulancia"

Si Paul Allen aprovechó al máximo las características del convenio salarial anterior para poner una especie de cheque sin fondo que comprase rondas del draft o añadiese el tope de 3 millones de dólares en cada traspaso, en la actualidad las circunstancias han cambiado, presentado por la prensa como uno de los propietarios más beligerantes en las negociaciones con los jugadores durante el lockout en la búsqueda de mayores restricciones en los gastos de las franquicias, lo que ha despertado los rumores sobre la posible venta de la franquicia en un futuro no muy lejano. El muchimillonario creador de Microsoft junto a Bill Gates ha visto cómo su conjunto nadaba en la ambulancia los últimos años, con una sucesión de lesiones sin fin que afectaban por doquier: las estrellas, los jugadores de rotación, ¡incluso McMillan! Había días en que uno no se hubiese sorprendido de encontrarse con un titular del estilo :"meterorito cae sobre el Rose Garden".

El extraordinario Roy de los últimos años parece ya no existir: el cartílago de su rodilla impide su desborde con balón y se ha convertido en un jugador de movimientos lentos y predecibles, sin rastro de quien se mostraba como uno de los más fiables “finalizadores de partidos” por su capacidad de bote o tiro con ambas manos y toma de decisiones, ahora quién sabe si cortado en un futuro inmediato para reducir costes e iniciar una nueva etapa de reconstrucción en Portland.

¿Con o sin Greg Oden? Parece que, al menos en el primer año, el pívot estará en sus filas, pero es imposible saber cuál puede ser su producción o cuántos partidos estará en la cancha. El hecho de que se dispute un calendario apretado, con elucubraciones en el momento de escribir estas líneas sobre la posibilidad de que algunos conjuntos deban disputar hasta 5 partidos en 6 noches tampoco permite ser demasiado optimista. En los próximos días se le van a realizar a Oden nuevos exámenes para determinar si puede ya volver a entrenar, aunque en un principio no se espera su retorno a las canchas hasta mediados de enero como pronto.

Y, sin embargo, por momentos sí ha dado Oden sobradas muestras de su potencial, de lo que podría suponer un jugador como él en ambas zonas…, si estuviese sano. ¿Volveremos a ver algo similar? Difícil saberlo. Es “el enigma Oden”.