Julius Randle es culpable de un delito: se ha robado la atención esta temporada. El ala pivot de New York Knicks jugó el mejor baloncesto de su vida durante esta temporada. Mientras el jugador de 28 años se recupera de un esguince en el tobillo izquierdo y espera los Playoffs, repasamos su brillante campaña.

El paso de Randle por La Gran Manzana no tiene ningún sentido. Su primera temporada fue de regular a mala, luego ganó el premio al Jugador Más Mejorado y llegó al Segundo Equipo All-NBA en su segundo año. Durante la temporada pasada pareció incluso peor que su debut y hasta se enfrentó a la hostilidad de los aficionados. Y ahora, este año, su nivel llegó a niveles insospechados, llegando a recibir cánticos de MVP y consiguiendo triples inverosímiles para ganar partidos.

La carrera del exinterno de Los Ángeles Lakers parece una montaña rusa, con variaciones desproporcionadas, altibajos inesperados y sorpresas en el medio del trayecto. Este fue el mejor año de la trayectoria del texano, llegando a ser All-Star, algo impensado al final de la campaña pasada.

Se convirtió en el jugador número 18 en la historia en promediar 25 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias por partido, además de un tiro exterior mejorado del 35%, intentando 8 tiros por partido, tres más que los que lanzaba en la campaña 2020-2021, su mejor en cuanto a efectividad.

Randle es el 14° jugador con mejor promedio anotador en la liga, superando a Nikola Jokic, James Harden, Paul George y Jimmy Butler. Tuvo cinco juegos de 40 puntos o más y anotó 57 en la derrota de su equipo contra Minnesota Timberwolves el 20 de marzo. Eso le bastó para meterse en la historia grande de los Knicks como el tercer máximo anotador de la franquicia en un partido, empatando a Richie Guerin, ubicándose detrás de los 62 de Carmelo Anthony el 24 de enero de 2014 y de los 60 de Bernard King el día de Navidad de 1984.

Su buen estado de salud le permitió jugar los 77 partidos de la temporada, lo que le permitió liderar al equipo en puntos y rebotes. Tuvo el mejor porcentaje en tiros de campo de su carrera y sus registros intangibles en lo defensivo se ven mejor que nunca. Su criterio para defender en el perímetro y para frenar ataques al aro mejoraron considerablemente, lo que habla de una evolución en sus fundamentos.

Más allá de las capacidades que Randle muestra en una cancha, su mayor virtud es la de la perseverancia. Da la sensación de que el interno siempre puede ser candidato al premio de Jugador Más Mejorado debido a sus cambios en cada temporada. Es la prueba de que los jugadores pueden moldearse de acuerdo al entorno y la estrella de los Knicks incorporó las aptitudes que su equipo requería, intentando siempre mejorar en sus destrezas. El eterno jugador mejorado.