Lo ha conseguido. El número 0 de los Trail Blazers llegó a la burbuja de Orlando con el firme propósito de meter a su equipo en la lucha por entrar en las eliminatorias por el título. Y así ha sido, aunque han tenido que pelear contra Grizzlies, Spurs y unos Suns a los que no se les puede pedir nada menos que disputar playoffs el año que viene, tras un 8-0 y un juego deslumbrante que por muy poco no hace posible lo imposible (les daban menos de un 1% de posibilidades de clasificarse para el play-in) cuando se reanudó la competición.

Damian Lillard no ha estado solo, pero sin todo lo que representa para Portland tanto en la cancha como fuera de ella, no hubiera sido posible pelear todos y cada uno de los partidos que han disputado (la máxima diferencia en el marcador ha sido 10 puntos, en la victoria contra Denver). Cierto es que la recuperación de Jusuf Nurkic, a gran nivel tras meses de inactividad, ha sido de gran ayuda, como también su compañero y amigo CJ McCollum, aunque éste se ha mostrado muy irregular en los 8 seeding games que ha disputado Portland, pero el equipo carece de una profundidad que les ha hecho pagar peaje durante la temporada regular. Aunque la aparición de Gary Trent Jr. es un soplo de aire fresco a un banquillo escaso de puntos y al que van a necesitar más allá de los anteriormente mencionados. Pero Lillard ha firmado unos números dignos de los pívots más dominantes de épocas anteriores: más de 37 puntos por partido, cerca del 50% en tiros de campo y más de 40 minutos de media. Y no, no mide más de 2,10. No llega al 1,90 y ha dominado el juego desde donde mandan los cánones actuales: el tiro.

Las estadísticas básicas dicen que ha anotado el 44% de los triples que ha intentado, más de 12 por partido. Las estadísticas avanzadas nos dan detalles sobre cómo Lillard no sólo se fabrica más de la mitad de los triples (no asistidos), sino que sólo 9 de los 101 triples han sido “pegados” a la línea de 3. Es decir, que la mayoría de los tiros de Lillard son tras bote y desde más allá de 7,5 metros – para la historia queda el triple desde casi medio campo que encestó ante los Nets, 7 abajo en el marcador y en el 4º cuarto.

Se puede decir que ha quedado demostrado que Dame puede tirar desde casi cualquier parte del campo ofensivo. Y aquí es donde empieza el ataque de Portland, con una defensa obligada a estirarse más allá de la línea de 3 puntos y con mayor espacio para ejecutar. Pero de Dame Dolla no es “sólo” eso, es la definición de clutch. Hay jugadores en la liga capaces de anotar 20-25 puntos en temporada regular pero que, en los partidos decisivos, cuando las defensas y los nervios más apretan, no son capaces de llegar a esos números. Hay jugadores a los que no les afecta esa presión y sacan lo mejor de sí mismos en partidos importantes. Y luego está Lillard. ¿Qué valor tiene un jugador que anota 30 puntos por partido en regular season y que en los 3 últimos partidos a vida o muerte se va hasta los 51, 61 y 42 puntos?

Dentro de estos partidos decisivos, hay momentos más decisivos y aquí es donde reside la grandeza de lo que ha conseguido Lillard en Orlando: ha anotado ¡17 puntos de media! en los últimos cuartos de estos 3 partidos, con más de un 60% en tiros de campo y en tiros de 3. Durante varios años ha ido dejando actuaciones y canastas que han significado victorias muy importantes (eliminación a Houston en 2014, a OKC en 2019…) y estas últimas en Orlando hay que añadirlas a la larga lista, a la espera de ir recibiendo más de un jugador que está decidido a convertirse en el mejor Blazer de todos los tiempos.

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Otra cualidad que ha quedado demostrada durante la carrera de Damian Lillard es su orgullo y su corazón. Todavía se deben estar arrepintiendo Oklahoma y Westbrook de los enfrentamientos del año pasado, que terminaron con los Blazers pasando por encima de los Thunder en 1ª ronda (4-1) y con el 0 de Portland anotando 33 puntos de media. Por lo general, Lillard no suele caer en provocaciones y, si lo hace, donde mejor responde es en la pista, aunque no por ello se calla fuera de ella. Última muestra, el 5º partido en la burbuja. Los Blazers pierden contra Clippers tras 2 tiros libres fallados de manera consecutiva por Lillard cuando se podían poner por delante en el marcador a falta de pocos segundos. El banquillo de Clippers, con Beverley y Morris a la cabeza, hicieron burla de ello. En redes, Beverley también aprovechó para enviar a casa al equipo de Lillard sin disputar el play-in,Cancún in 3”. La respuesta de Lillard fuera de las canchas fue recordar que ya eliminó anteriormente a Beverley cuando jugaba en los Rockets con un buzzerbeater estratosférico. Y en la pista, 3 victorias en 3 partidos, más de 50 puntos por encuentro y un 41/43 en tiros libres.

El sábado, primer match ball para Portland ante los jóvenes Grizzlies. Si ganan, se habrán cumplido los peores presagios de Lakers, que de los equipos que luchaban por entrar en play-off, los Blazers eran el último equipo al que querían encontrarse.