Parece ser que el joven base de los Houston Rockets, Patrick Beverley, está empeñado en erigirse como uno de los nuevos super-villanos de la liga, y cada semana añade un nombre a su lista de "enemigos".

El último en sumarse al festival de escarnio colectivo ha sido el genial playmaker de los Trail Blazers, Damian Lillard, que tras un entretenido e igualado enfrentamiento entre Houston y Portland, protagonizaba este agrio cruce de declaraciones:

"Es irritante.  Es irritante que se dedique a agarrarte y a fingir caídas/faltas durante todo el partido. Pero yo no entro en ese juego. Son cosas sin importancia. Yo no voy a picar, pero tampoco lo voy a dejar pasar, no me quedaré callado. No voy a dejar que alguien esté continuamente encima de mi, tratando de molestarme con trucos y demás. Eso no es baloncesto.

Y aclaraba:

"No hay ningún enfrentamiento individual, tío. A mí no me distraen esas cosas. No le doy importancia. Solo que es frustrante cuando empiezas jugando de base y no puedes terminar un partido tan grande como este. Es frustrante. Quieres estar ahí".

Por su parte, Beverley, lejos de quedarse callado, respondía con toda la artillería a su alcance:

"Si cree que finjo tirarme al suelo y caerme, es problema suyo, no mío. Lo único que me importa es que al final ganamos".

Para luego añadir más leña al fuego:

"Así le defiendo yo, así defiendo a Steph Curry, así defiendo a Chris Paul, así defiendo a Goran Dragic. Yo defiendo a todos los jugadores de la misma forma.

Damian Lillard es un llorón. No soy fan de esas cosas. Yo no salgo ahí e intento provocar peleas. Simplemente salgo y ejecuto mi juego. Antes de este partido, Lillard tiraba con un acierto del 29 % contra mí, y eso es gracias a nuestra defensa de equipo. No salimos tratando de hacerle daño a la gente. Simplemente somos agresivos en defensa y eso es lo que nos permite frenar a los rivales".

La semana agitada de Patrick no se ha limitado a este incidente, también ha vuelto a tener un grave encontronazo con Westbrook en el reciente partido que enfrentó a Rockets y Thunder. Recordemos que fue el propio Beverley el que lesionó al explosivo base de Oklahoma en los pasados Playoffs, y lejos de apaciguarse, ha vuelto a salir con la misma agresividad e intensidad.

¿Estamos ante el nuevo Bruce Bowen de los bases?

Los Knicks siguen siendo un circo mediático, y con Mike Woodson contando con pie y medio en la calle, se sigue buscando a un entrenador fiable que pueda reemplazarle y darle la vuelta a la nefasta situación que atraviesa el conjunto de Nueva York. Uno de los nombres que han sonado con más fuerza ha sido el de Steve Kerr, que trata de mantenerse aséptico y prudente en sus declaraciones, antes de que nada se confirme:

"Entiendo la especulación, porque yo mismo afirmé que me gustaría entrenar. También está mi evidente relación con Phil Jackson. Por lo tanto, la gente ha asociado esas dos cosas y de repente mi teléfono no ha parado de sonar estos últimos días.

Lo entiendo, pero no es algo que quiera discutir. Es un poco injusto. Planteemoslo de esta forma: no me siento cómodo hablando sobre un trabajo que ni siquiera existe y uno que ya está ocupado por alguien al que respeto mucho. Así que no iré por ese camino".

El carismático base tirador de aquellos Bulls que ganaron tres campeonatos seguidos de 1996 a 1998, ha hablado de su relación con Phil Jackson, otro nombre ilustre que se ha relacionado con el de la franquicia neoyorkina en las últimas semanas:

"Bueno, he mantenido el contacto con Phil durante estos años y se que, por haber estado con él en algunos momentos, lo que le gustaría poder hacer es edificar y gestionar una franquicia".

La rumorología disfruta de un momento álgido en la Gran Manzana.

Y vamos de leyenda en leyenda, puesto que Larry Bird, el mito icónico de los Boston Celtics en los mágicos ochenta, ha afirmado que le hubiera gustado ver a Paul Pierce terminar su carrera vistiendo la ilustre casaca verde y blanca:

"Me hubiera gustado ver a Paul terminar su carrera allí, y alomejor lo hace. Pero es complicado. Este tipo de decisiones están sujetas a mucho escrutinio hoy día, más que nunca. Pero es amargo ver a un tipo pasar toda su carrera en un equipo, ganar el campeonato, y luego marcharse.

Pero Danny sabe lo que está haciendo, y quizás Paul pueda arreglarselas para volver y terminar allí".

Para finalizar, el pívot de los Washington Wizards, Marcin Gortat, parece verse muy identificado con su pegadizo apodo de "The Polish Hammer" (el martillo polaco), y ha declarado que le gustaría "legalizar" las peleas en la liga actual:

"Me gustaría que las reglas se aflojaran un poco en relación a las multas por peleas. Porque hoy en día vas a un partido de hockey sobre hielo, y lo primero que se espera ver es una pelea, ¿sabes lo que te quiero decir? Así que estaría bien que orquestraran algo similar en la NBA. Si dos tipos tienen un problema, que los demás se mantengan al margen. Y si estos dos tipos pudieran pelearse […]

Para concluir con un sorprendente:

…durante el partido. Que sea algo rápido, 15-20 segundos, un par  de puñetazos y luego que se echen encima los arbitros para separar. Creo que…esos dos tipos resolverían su problema de esta forma. Ambos serían suspendidos y multados. Pero al final, ambos arreglarían el problema, a los fans les parecería muy excitante, y creo que podría ser una idea muy original".

Dudamos de que el comisionado de la NBA, Adam Silver, opine lo mismo.