Hay veces que sin saberlo, estamos viendo historia en directo. Como cuando Phelps ganó su primer oro en unos Juegos Olímpicos, en 2004, o el primer Roland Garros de Rafa Nadal, el debut de Lewis Hamilton en la F1 con un podio en Australia. Incluso el primer gol de Messi, el recital de Bolt en Pekín 2008. Y la lista sigue, podemos estar aquí dos semanas poniendo ejemplos. Son momentos en los que uno, sin saberlo, ha visto en directo el nacimiento de algo mágico. 

Con LeBron no nos pasó eso nunca. Llegó a la NBA como el elegido, como #1 en uno de los mejores drafts que jamás hemos visto. Lideró desde el primer día, ha estado en 10 finales —ocho consecutivas—y cuando decidió firmar con los Lakers, sabíamos que este día podía llegar. Por primera vez desde 1963, los Celtics no son el equipo en solitario con más títulos NBA, cuando Boston ganó su sexto anillo ante, sí, los Lakers. Porque hoy hemos visto historia en directo y esta vez, sí sabíamos lo que estábamos viendo. 

El decimoséptimo es especial. No solo por igualar a los Celtics. Es el primero sin Mikan, Wilt, Kareem y Magic o Kobe en el equipo, las piezas claves sobre las que se construye la historia de la franquicia. Es el primero tras la muerte de Jerry Buss y solo 259 días desde que Kobe Bryant nos dejó. El mejor homenaje a todos ellos es este anillo, en las condiciones que sea, superando a rivales, pandemias mundiales y poniendo otra vez sobre la mesa el debate sobre la mejor franquicia de la historia. Y el del mejor jugador.  

Porque el de esta madrugada ha sido su cuarto título, con su tercera franquicia distinta. Su cuarto MVP de las NBA Finals, segundo en solitario solo con su Majestad Michael Jordan por delante. Y otra vez siendo el alfa y el omega, el origen de todo — aunque tener a Anthony Davis al lado y contar con Rondo en las NBA Finals ayuda. Era la noche en la que se convertía en el jugador con más partidos de playoffs en solitario, con 260. Delante, Miami pagó con todo: agotamiento tras el sobre esfuerzo del viernes, el estado físico de Bam Adebayo y un heróico Goran Dragic que volvió a jugar tras la lesión del primer partido. Imposible ante estos Lakers, ante este LeBron. 

Se acaba aquí una NBA histórica. La de Disney, la de año del coronavirus y la lucha social de los jugadores. El año que la competición se vio forzada a coger un megafono y protestar para mantener viva una temporada que ya tuvo que parar por cuatro meses. 

LOS ANGELES LAKERS 106 — 93 MIAMI HEAT

La pintura fue una clave de inicio. Una de las muchas que hizo a Miami parecer algo muy distinto a lo que nos ha mostrado en los cinco partidos anteriores o en cada ronda del Este. Un juguete roto en manos de Rondo, de Caldwell-Pope o de Caruso, todo desde la defensa. Vogel ajustó las teclas necesarias, los jugadores de rol aparecieron pero sobre todo, LeBron James. El rey quería acabar la temporada y ha hecho lo necesario: un triple-doble con 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias. Es su 28º en los playoffs, a solo dos de Magic, y el undécimo en un partido de las NBA Finals. Tantos como Magic (8) y Dray (3) juntos, los siguientes en la lista.

Un equipo construido para conseguir esto. Creado en dirección opuesta hacia donde se dirige el baloncesto moderno, con McGee, Howard, Morris que ha nacido en la pintura, en el tamaño y que ha tenido la defensa como marca registrada, identidad. Un Vogel que los James, Davis y compañian han ensombrecido y que ha sido el cerebro del equipo que mejor ha llegado a los playoffs y a las NBA Finals. Y que ha sabido gestionar a LeBron James, MVP unánime en estas finales. 11 votos para él, todos. 

El partido tuvo poca historia. Desde el segundo cuarto, cuando Rondo cambió el ritmo y el partido, fue un monólogo californiano, un solo de batería de los Lakers por dos cuartos que solo ha acabado cuando los titulares han dejado la pista. Spoelstra ha querido luchar hasta el final, con Butler, Bam y Dragic en pista pese a los problemas fisicos. El parcial en el segundo cuarto, 36-16. Solo el +16 de Miami en el último ha maquillado un marcador que fue sonrojante durante mucho tiempo.

Butler acabó con solo 12 puntos, junto a siete rebotes y ocho asistencias tras los 47 minutos del quinto partido. Rondo anotó 19 desde el banquillo, 17 para KCP y Anthony Davis cerró sus primeras NBA Finals con 19 puntos y 15 rebotes. Adebayo, que jugó un muy mal partido pese a los 25 puntos y 10 rebotes. No pudimos ver a Haslem jugar ni a JR Smith, que si acabó el partido sin camiseta en el banquillo. 

Que este partido no nos haga olvidar lo que han hecho estos Heat en 2020, en Disney. Unos Miami que barrieron a Indiana, que solventaron la serie ante el mejor equipo de la temporada regular en cinco, a Boston en seis y que son el único que le ha robado más de un duelo a los Lakers. La explosión al máximo estrellato de Jimmy, paso adelante de Adebayo para consagrarse como un max-contract o la historia de Herro, Dragic, Robinson o Jae Crowder. Incluso los discursos de Haslem en los tiempos muertos. 

Lakers celebran el titulo 2020

Datos relevantes sobre los campeones:

Danny Green, el hombre más insultado en las últimas 72 horas, se ha convertido en el primer jugador en la historia de la NBA en ganar anillos back-to-back como titular en dos franquicias distintas, además de sumar su tercer anillo con tres franquicias distintas. Solo Robert Horry (Lakers, Rockets, Spurs) y John Salley (Pistons, Bulls, Lakers) lo habían conseguido, aunque LeBron también se suma al club.

Rajon Rondo, campeón en 2008, en el segundo jugador en conseguir el título con Boston y Lakers tras Clyde Lovellete. Javalee McGee ha conseguido su tercer anillo, JR Smith su segundo y Antetokounmpo, Kostas, se convierte en el primero de los hermanos en conseguir un título NBA.