¿Quién no lo recuerda?

Carreras quebradas o muy tocadas tras graves lesiones. El colmo de la mala suerte lo podíamos iniciar en Norm Nixon, un exitoso escolta casado con una de las actrices más destacadas del momento, Debbie Allen, la exigente profesora de danza Lydia Grant en Fame. Nixon llegó a los Clippers procedente, precisamente, de los Lakers, donde había sido miembro destacado en la consecución delos anillos del 80 y 82 pero una lesión en el talón de aquiles le obligó a descansar durante todo el curso 87-88. También precipitó su retirada. Uno de los grandes nombres en las listas de históricos lesionados es  Danny Manning. En su año rookie se rompió los ligamentos cruzadosen un partido contra Milwaukee Bucks en enero de 1989, en el primer año del Bradley Center como cancha oficial de la franquicia de Wisconsin. La estrella de Kansas inició su segundo curso a finales de noviembre, en la misma cancha. Aunque no pasó nada, su trayectoria quedó muy frenada por las continuas lesiones que sufrió. No fue el último. Las esperanzas puestas en Gary Grant, exitoso jugador universitario en Michigan, eran muy grandes. Después de compartir titularidad con Nixon en la temporada 88-89, una lesión de tobillo en el siguiente curso le marcaría. En su segundo año, Grant promediaba 10 asistencias y 2.5 recuperaciones. Se encontraba entre los mejores de la nación. Nunca más volvería a aquellos registros. Otro proyecto de estrella, Ron Harper, llegaba a los Clippers a finales de noviembre de 1980 desde los Cavaliers por desavenencias con el GM, Wayne Embry. Fue moneda de cambio en el traspasado del díscolo Danny Ferry. La maldición tardó poco en aparecer y Ron ‘Hollywood’ Harper sufría una lesión de ligamento cruzado –contra los Hornets- que marcaría su carrera. Aunque luego supo enderezarla de manera exitosa.

En un periodo muy corto de tiempo los Clippers empezaron a cavar una tumba deportiva entre lesiones de sus estrellas y malas decisiones en el draft. La lista de lesionados se fue estirando y una de sus estrellas, Blake Griffin, pasó su primer año en blanco. Afortunadamente para la franquicia, ésta no fue una lesión determinante y la estrella surgida de Oklahoma, pese a sufrir alguna que otra lesión, no se encuentra metido en el mismo carro que los anteriormente mencionados. La llegada, además, del posiblemente mejor base del mundo, Chris Paul, el acierto en las últimas incorporaciones y la situación actual de su rico rival ha provocado un cambio de status.

La suerte puede cambiar

Ahora los tullidos son los Lakers los que se han quedado con la mala suerte.

Hablamos primero de las lesiones. Pudieron ‘quitarse de encima’ al inestable Andrew Bynum, pívot que podría ser dominador si las lesiones y su actitud lo quisieran. Su reemplazo, el poderoso Dwight Howard no ha podido rendir al nivel que se le presupone. Los problemas físicos que venía arrastrando en Orlando (hombro) no se han frenado en L.A. La más aplaudida adquisición de esta temporada, el canadiense Steve Nash, es otro jugador que ya no puede rendir al nivel esperado. Por culpa de los percances físicos y porque su cuerpo ya no está preparado para enfrentarse a rivales mucho más físicos ni al ritmo frenético que quiere su entrenador. Sólo ha podido jugar 25 partidos. El castigado Pau Gasol estaba experimentando un pequeño renacer con la lesión de Howard, pero una lesión plantar (desgarro) le podría dejar en la cuneta si decide operarse. Los primeros resultados de la resonancia magnética hablan de una recuperación que estaría entre las 4 y 6 semanas aunque el jugador quiere una segunda opinión. No han sido los únicos problemas en este curso. Cabe recordar la conmoción cerebral causada por un codazo del jugador del los Nuggets, JaVale McGee, y los problemas en la rodilla que le habían obligado a descansar algunos partidos. Uno de los hombres interiores que podían ser importantes esta temporada era Jordan Hill, pero el jugador formado en Arizona podría perderse toda la temporada por una lesión en la cadera en caso de operarse. El base suplente Steve Blake también estuvo de baja desde principios de noviembre hasta finales de enero por una lesión abdominal…

A nivel deportivo, también han imitado a los peores Clippers con decisiones erróneas, al menos en cuanto a la dirección del equipo se refiere. Si Mike Brown ya no era, a priori, la mejor opción para sustituir a Phil Jackson, peor fue, primero, su destitución a principios de temporada (muestra de que no confiaban en él) y su relevo por un entrenador, Mike D’Antoni, cuyo inmovilista estilo de juego ha perjudicado a algún miembro ilustre de la plantilla. Se puede cuestionar en mayor o menor medida la llegada de Superman –se han visto sus vergüenzas en un equipo menos abierto que los Magic– o la apuesta ciega por el veteranísimo Nash, sin luego no cubrirle las espaldas con un jugador sin garantías. Tampoco a funcionado el refuerzo de Antwain Jamison (8 puntos y 4.5 rebotes) y tal vez lo único positivo es la recuperación de Earl Clark para el mundo del baloncesto.

 Asi está el panorama para unos y para otros. Los Clippers dominan la Pacific Division con un balance positivo de 35-16 mientras que los Lakers, terceros en la división y décimos en el Oeste, arrojan uno negativo (23-26).