Garnett muestra el camino a los Celtics
Los Celtics y el Garden poseen una mágica relación que parece capaz de nublar al rival más clarividente en cualquier contexto. Los Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh llegaban a Boston con 2-0 en la eliminatoria, la certeza de haber sido superiores y la confianza de poder asestar un golpe que dejase a los ‘verdes’ al borde del abismo.
Sin embargo, tras el primer partido en la cancha de los Celtics, los Heat deben pensar que acabar por la vía rápida no es una posibilidad ante un rival hecho para la agonía, la épica y la batalla constante.
Una segunda parte defensivamente extraordinaria permitió a Boston llevarse el partido (97-81) y minar la moral de los Heat, que vieron como LeBron James y Chris Bosh se estrellaron ante una muralla de hormigón, en la que Kevin Garnett (28 puntos y 18 rebotes) vistió sus mejores galas y Rajon Rondo acabó jugando ‘con una sola mano’.
Y es que el timón de los Celtics, a quien se le esperaba con ansia en Boston, se dislocó el codo izquierdo en el tercer cuarto y volvió a la cancha, tras previo paso por vestuarios, para liderar a los suyos a una victoria sin paliativos ante un pabellón enfervorizado.
Porque si Miami, que aglomera tres de las mayores estrellas del baloncesto mundial, aguantó durante la primera mitad fue en gran parte por la labor de dos ‘obreros’, dos secundarios que llevaron su rol hasta la excelencia. Joel Anthony (12 puntos y 11 rebotes), bajo los aros; y Mario Chalmers (17 puntos), desde el perímetro, escudaban a Dwyane Wade (23 puntos).
Y es que ni LeBron James, voluntarioso pero errático todo el encuentro, ni Chris Bosh, totalmente superado, pudieron esta vez disfrutar sobre la cancha. Boston, con el Paul Pierce (27 puntos) de las grandes ocasiones y Kevin Garnett desatado, les pasaron por encima tras la reanudación.
Sin facilidad para jugar a campo abierto y con Wade demasiado solo en la parcela ofensiva, los Celtics –en los que regresó Shaquille O’Neal— se hicieron dueños del ritmo y lograron el primero de sus grandes objetivos a su llegada a Boston, hacer pensar a los Heat, sembrar la duda. Demostrar que pueden ‘volver’ en cualquier momento… si no es que lo han hecho ya.
Miami tendrá el próximo martes la posibilidad de acabar con los posibles fantasmas ganando y prácticamente sentenciando la serie o bien dejarles entrar de lleno en su mente, aceptar jugar a algo en lo que los Celtics son maestros. Porque los Heat, aunque gozen de ventaja de campo, saben que necesitan acabar con el embrujo del Garden para caminar firmemente hacia el anillo.
El carácter de los Grizzlies acaba con Oklahoma City
Cuando no se encuentra el camino a la brillantez, es el oficio el que ha de resolver situaciones. Memphis, una franquicia que hasta esta temporada jamás había ganado un partido de Playoffs, le demostró a los Thunder que para mirar a los ojos a la gloria no basta únicamente con jugar bien al baloncesto.
El conjunto dirigido por Scott Brooks manejó, durante buena parte del tiempo, el encuentro a su antojo, sacó provecho de toda su pizarra previa y mandó en el electrónico con una autoridad casi incontestable. Llegó a gozar de dieciséis puntos de renta (52-68) a mediados del tercer período, pero no fue capaz de ganar a un equipo que siempre creyó en sus opciones de triunfo y acabó consiguiéndolo en el tiempo extra (101-93).
Con Kevin Durant (22 puntos) nuevamente intratable desde la anotación, Russell Westbrook dirigiendo con seriedad –claro contraste de lo que sucedió al final del duelo–, la defensa interior funcionando a la perfección y James Harden oxigenando desde el banquillo, los Thunder parecían un equipo inaccesible en un FedEx Forum ávido de más sueños.
Pero estos Grizzlies parecen no tener vínculo alguno con los timoratos que pecaban de falta de contundencia años atrás. Memphis se vio contra las cuerdas y tiró de orgullo, de una defensa impecable y de ambición en los momentos decisivos. Y pudo voltear un partido que parecía volar hacia Oklahoma City casi desde su inicio. Olió la sangre y devastó a su rival.
Serge Ibaka (14 puntos, 8 rebotes y 6 tapones), recuperado de sus molestias, y Kendrick Perkins (13 rebotes) realizaron una gran labor en la ‘pintura’ para limitar, una vez más, la principal vía de recursos de los de Hollins. Westbrook (23 puntos y 12 asistencias) superaba a Mike Conley, desaparecido en combate, y sólo la constancia de Zach Randolph añadía algo de luz a un panorama casi teñido de negro para los locales… hasta el colapso de los Thunder.
Porque en el último período unos olvidaron lo que estaban haciendo tan bien y otros recordaron lo que les había llevado a hacer historia. Y todo cambió. Westbrook, hasta entonces serio, fue una máquina de tomar malas decisiones en el último cuarto, Durant perdió su perfecta geometría con el aro y la zona se volvió imposible de controlar.
Conley (18 puntos) asumió el mando del partido, Marc Gasol y Randolph (21 puntos y 21 rebotes) dominaron por dentro mientras OJ Mayo (18 tantos) ajusticiaba desde el perímetro y un multiplicado Tony Allen echaba el cerrojo. Un contraste absoluto a lo que se había podido ver anteriormente.
Memphis sólo encajó diez puntos en el último cuarto y redujo su desventaja progresivamente hasta disponer de tiro ganador –errado por Randolph–. Pero en la prórroga, el viento, ya huracanado, soplaba a favor del equipo que más creyó. De unos Grizzlies que vuelven a asestar un zarpazo a una serie que no sólo dominan 2-1 sino también moralmente.
ASÍ MARCHAN LAS SEmifinales de conferencia
ESTE
Miami Heat – Boston Celtics 2-1
Chicago Bulls – Atlanta Hawks 2-1
OESTE
Oklahoma City Thunder – Memphis Grizzlies 1-2
Los Angeles Lakers – Dallas Mavericks 0-3