Tras conocer la Liga, el modo en que la competición se organiza y factores como las ZEE que podrían influir a la hora de la instalación de los equipos en la nueva competición, llegamos al punto de inflexión de nuestro estudio. A partir de este momento, no nos queda otra cosa que especular con una serie de supuestos a los que nuestra mente llega teniendo en cuenta las noticias que llegan a cuentagotas. Lo primero que debemos tener en cuenta es la manera en la que nacerá la nueva liga: lo mas seguro es que esta sea, al estilo de la NBDL, una liga satélite de la competición americana, con la influencia de las actuales franquicias de la NBA y de corporaciones empresariales interesadas en entrar en el negocio del deporte profesional, tanto chinas como extranjeras. El convertirse, en cierto modo, en una filial asiática de la NBA, hará que cambie de forma radical la manera que tienen muchos jugadores de pensar en la opción de dar el salto.
Si bien la figura del americano en la evolución del baloncesto en el resto del mundo es importante, mucha gente tiende a pensar que la labor de los jugadores provenientes de los Estados Unidos se reduce a aportar algo de fuerza al juego táctico: en los sesenta un jugador de la Ivy League (1) como Bill Bradley era capaz de arrasar en Europa como lo hizo con el Simmenthal Milano, mientras que en los ochenta hombres como Nate Davis, Essie Hollis, Audie Norris o Walter Berry eran imparables en los primeros años de una competición plenamente profesional como la ACB. Si bien los éxitos de los equipos europeos y sudamericanos en competiciones FIBA y Juegos Olímpicos son claves a la hora de pensar que el americano ya no es lo que era, una serie de datos actuales nos demuestran lo contrario; en la Euroliga, la competición mas fuerte a nivel europeo, la labor de los jugadores extracomunitarios se refleja en los números:
- De los diez jugadores mejor valorados de la competición, cinco son americanos
- Seis de los diez máximos anotadores de la competición han nacido en Estados Unidos
- También destacan entre los reboteadores, donde cinco hombres se colocan entre los diez mejores
- En el campo de las asistencias son cuatro los americanos que se encuentran en el Top-Ten
- Destacan también en la faceta defensiva, donde colocan a siete ladrones y tres taponadores
Si nos fijamos del mismo modo en la ULEB Cup, la segunda competición continental, el dominio de los americanos es aplastante, donde arrasan los Top-Ten. En cuanto a España, analizar este factor sería inútil debido a que la actual legislación limita a dos el número de extracomunitarios con los que puede contar cada equipo; sin embargo, si nos fijamos en competiciones que tienden al mercado libre como la Lega italiana, donde el límite aumenta a cuatro, se repite esta situación: ocho de los jugadores más valorados, el mismo número de mejores anotadores y de reboteadores y hasta seis grandes asistentes son americanos; del mismo modo, en la Superliga israelí los americanos siguen dominando en los apartados estadísticos más importantes de nuestro deporte menos en uno, las asistencias, donde los jugadores locales dan el golpe sobre la mesa. Como se ve, estadísticamente los jugadores americanos siguen siendo dominadores de las grandes competiciones, del mismo modo que ponen encima de la mesa unas características físicas particulares que, si bien ya es más sencillo encontrarlas en Europa, son claves en este deporte, e históricamente han sido los americanos quienes han puesto la capacidad física.
Las restricciones a la hora de fichar jugadores extracomunitarios en cada Liga hacen que muchas veces sea mas barato fichar a un buen jugador extranjero que a un nacional de nivel medio: en España las diferencias son bastante grandes, donde Curtis Borchardt, uno de los mejores americanos de la competición, cobra menos de un millón de euros, mientras que Felipe Reyes o Lazaros Papadopoulos, de un nivel similar, superan con creces esta cifra, situándose el griego en casi dos millones anuales, uno de los salarios más altos de la competición. Los cupos, además de limitar la contratación de jugadores extracomunitarios, hacen que ante un mercado limitado los salarios bajen, mientras que los que se cuentan dentro del cupo aumentan sus pretensiones, con jugadores nacionales de nivel medio-bajo que consiguen contratos mucho más altos que un jugador extranjero. En los supuestos antes mencionados la situación cambia: fuera de estos el caso de la KBL (Korean Basketball League) merece una cierta atención. La Liga Coreana, una autentica bestia negra para los aficionados ACB (2), tiene una serie de particularidades: si bien los sueldos que se pagan allí son altos, tienen algo de trampa, dado que muchas veces la prensa calcula cifras anuales cuando dicha competición dura menos de cinco meses; además, esta competición tiene un sistema de control para la llegada de extranjeros muy peculiar. Unido a un cierto límite salarial (en torno a los 600.000 dólares en el total) por la ficha de dos jugadores extranjeros, la suma de la altura de ambos no puede superar los 13 pies (3.80 metros aproximadamente); así se asegura hasta cierto punto el equilibrio dado que si fichas a un pívot grande, por encima del 2.05, los equipos se ven obligados a recurrir a americanos bajos: de ahí que muchos de los que emigran a Corea sean 3-4 bajos pero con mucha fuerza al rebote.
El hecho de que la nueva competición absorba a la actual CBA y se convierta en una liga satélite de la NBA cambiaría por completo el mercado internacional de fichajes: actualmente, un buen americano puede conseguir en Europa el equivalente en euros al salario mínimo de la NBA (3) prácticamente sin esforzarse, y cada vez son mas los jugadores que se plantean dar el salto a Europa porque prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de león. Sin embargo, los salarios mas altos de Europa siguen siendo para los jugadores comunitarios: Theodoros Papaloukas cobra en Rusia en torno a cuatro millones de euros por su calidad combinada con su condición de cara a los cupos que tiene la Superliga. En el caso que nos interesa, en la creación de una nueva Liga, con una inversión inicial bastante fuerte y en un mercado en el que se están pagando salarios mas altos a los extracomunitarios con respecto a Europa, el supuesto que la competición china esté vinculada a la NBA le hace ganar enteros como mercado atractivo para los americanos. Generalmente, los jugadores americanos suelen valorar mucho las opciones de recalar en competiciones fuera de los limites de su país: a pesar de que van siendo mas los que saltan a Europa, muchos guardan un as bajo la manga si tienen una opción desde la Liga de su país (4), mientras que otros prefieren estar adscritos a un equipo de la NBDL que les permita, si se da el caso, dar el salto a la NBA. Si NBA China se convierte en una competición adjunta, donde los jugadores pueden conseguir un buen salario y un mejor nivel de vida (en relación al resto del país), donde las franquicias puedan involucrarse al estilo NBDL y den a esos hombres la posibilidad de incorporarse si rinden a buen nivel, muchísimos jugadores que hoy consiguen salarios decentes en Europa pondrán rumbo a Asia. En primer lugar, muchos serán los hombres que, salidos del instituto o de la NCAA, den el salto al baloncesto asiático como lo hacían sus compatriotas veinte años antes a Europa; luego se incorporarán algunos veteranos, que en una situación como esa pueden conseguir un buen último contrato que les permita salvar alguna situación complicada y recaudar mas en sus últimos años como profesionales, y así llegaríamos a la situación en la que muchos americanos de buen nivel, que en Europa tienen salarios mas bajos que jugadores comunitarios de su nivel, preferirían cobrar algo mas y jugar en una competición de menor nivel que además podría suponer un pasaporte a la NBA.
Los jugadores no solo encontrarán ventajas en lo económico, sino también en lo social: si bien en Europa no se vive una situación de crisis social donde los jugadores no puedan salir a la calle, en ciertos países algunos de ellos deben de andar con cuidado. Hace poco Marcus Faison, jugador del BC Kyiv, recibió una paliza de parte de un grupo de skinheads en Ucrania que, aunque no le ha dejado secuelas (el americano ha seguido jugando en la Liga ucraniana y en la ULEB Cup), dejan una sensación de inseguridad que preocupa a muchos. Otro de los casos destacables en ese sentido es el ocurrido a principios de esta temporada en Israel, una zona de conflicto en la actualidad: NBA China (I): Introducción