El cuarto partido se planteaba para los Boston Celtics casi como un “win or go home”. Por ello los locales salieron como una auténtica moto en el primer cuarto con un gran acierto en ataque y siendo sólidos en defensa. En los primeros minutos, como en el tercer partido, las faltas y el contacto fueron los protagonistas y Giannis Antetokounmpo volvió a sacar ventaja de ello yéndose hasta los 8 puntos. Pero los verdes, siendo liderados por Marcus Morris y Kyrie Irving (ambos con siete puntos) se supieron mantener siempre por delante.

En el primer cuarto el TD Garden vivió el retorno de Marcus Smart, quién por fin volvió de su lesión y que su mera presencia ya cambia la actitud no solo del equipo sino también del pabellón.

En el segundo cuarto la igualdad continuaba siendo la tónica dominante, pero el griego comenzó a imponer su ley, lo que sumado a un desacierto en el triple de los locales, provocó que los Bucks empataran el partido 39-39. Fue al final del cuarto el momento más delicado de los Celtics con un Middleton que tras un primer cuarto discreto anotó ocho puntos seguidos. Pero un triple de Marcus Morris justo después sirvió para recobrar la confianza a los verdes y conseguir irse arriba en el marcador, 49-47, al tiempo de descanso.

Cabe añadir la desastrosa primera parte que tuvieron ambos equipos desde la línea de tres. Los Bucks terminaron con un 4/21 y los Celtics 4/19, al más puro estilo de unas semifinales del Este.

Los Celtics, al igual que en múltiples ocasiones esta temporada, volvieron a desconectar en el tercer cuarto y salvo por un buen comienzo de Tatum, fueron incapaces de encontrar consistencia en el ataque. Por suerte para ellos los Bucks tampoco estuvieron acertados, salvo un buen George Hill, y los visitantes no pudieron hacer sangre del mal momento local, como si hicieron en el tercer partido. Ambos equipos acudieron mucho a la línea de tiros libres, sin un gran acierto, lo que hizo de este tercer cuarto algo lento y aburrido.

El marcador iba 68-72 cuando el partido se paró por un tiempo muerto a falta de algo más de dos minutos. A la reanudación los Celtics sufrieron un auténtico cortocircuito en ataque perdiendo muchos balones que permitió a los Bucks hacer mucho daño en transición. El tercer cuarto terminaba 72-80, dejando a los Celtics la responsabilidad de remontar una importante ventaja.

El último cuarto empezó tal como lo dejó el tercero, un intercambio de golpes en el que el gran beneficiado eran los Bucks. Con el 79-91 en el marcador Brad Stevens pidió un tiempo muerto clave en el que consiguió despertar a sus chicos que consiguieron un parcial de 7-0, el TD Garden estaba a punto de explotar.

Kyrie Irving intentó echarse el equipo a la espalda pero no fue la noche del base (7/22 en tiro) y los Bucks liderados como siempre por Giannis Antetokounmpo acompañado de nuevo por un buen George Hill, consiguieron parar la remontada. El final del partido fue tan solo una dolorosa muestra para los fans de los Celtics de que simplemente su equipo no puede parar al griego. La bestia se fue esta vez hasta los 39 puntos y 16 rebotes con un 15 de 22 en tiro. Resultado de 101 a 113 y los Milwaukee Bucks vuelven a casa un 3-1 y la serie en el bolsillo.