Teníamos nuestras sospechas sobre los Pelicans para esta temporada. Su gran final de temporada pasada nos hacía tener esperanzas, pero casi nadie los ponía a la altura de los favoritos en el Oeste. Warriors, Clippers, Suns, Grizzlies o incluso Mavericks y Nuggets aparecían antes que los Pelicans en las previsiones. Así, los de Luisiana se verían abocados al play-in en muchas predicciones. Las suspicacias sobre el estado físico de Zion, su conexión con Ingram y la consagración de alguna promesa estaban en entredicho, pero hasta el momento todo son noticias buenas en Nueva Orleans.
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Su récord es, a día de hoy, 3-1, con una chocante derrota ante los insólitos Utah Jazz. Su última victoria se produjo en casa contra los Mavs de Doncic, a quien supieron frenar en la segunda parte para hacerle morder el polvo en un partido que no pudieron jugar las dos estrellas del equipo, Zion e Ingram, además de Herbert Jones, jugador fundamental para la defensa del equipo. Ya están en los puestos altos de su conferencia, aunque su piedra de toque vendrá en las siguientes semanas, cuando visitarán a Suns, Clippers y Lakers y recibirán a los Warriors. Veremos si Zion e Ingram (en el protocolo de conmociones cerebrales) están de vuelta.
LA DEFENSA, BUENAS PIEZAS QUE DEBEN CONJUNTARSE
Los Pelicans lo tienen todo para ser un gran equipo defensivo. Piernas jóvenes, jugadores con fundamentos y un entrenador joven que puede estar abierto a alternativas tácticas. José Alvarado es uno de los bases defensivos más intensos de la NBA, Trey Murphy, Herbert Jones y Naji Marshall son perros de presa en las alas y Valanciunas y Nance han demostrado ser muy eficientes en la defensa en la zona. Sin embargo, Willie Green debe buscar la fórmula para ocultar los escasos fundamentos defensivos de jugadores como CJ McCollum, Brandon Ingram, Devonte Graham o Willy Hernangómez.
Actualmente los Pelicans tienen un ratio defensivo de 111 puntos recibidos por cada 100 posesiones, que ocupa el puesto 17.º en la NBA. Su principal problema está siendo la defensa de la zona restringida, donde si bien están evitando que tiren mucho (29,5 tiros por partido, 16.º), los porcentajes recibidos son muy altos (67%, 8.º peores). La protección de los tiros en la zona hace que sus rivales usen mucho el triple (5.º), pero están consiguiendo dejar a sus rivales en malos porcentajes (29,5%), pero es una situación que deberán corregir porque muchos de los tiros de los rivales son abiertos, es decir, los fallos se han producido por falta de acierto de los rivales, no por una defensa ajustada de los triples. De todos modos, con tantos jugadores con físicos destacados, los Pelicans deberán provocar más pérdidas en los rivales (14.º) y arriesgar más en las líneas de pase (12.º en deflections).
EL ATAQUE, LA BÚSQUEDA DE LA EXCELENCIA
Pero donde los Pelicans pueden ser una máquina de arrollar rivales tiene que ser en ataque. Con jugadores como Zion, Ingram, McCollum, Valanciunas o incluso Devonte Graham y Willy Hernangómez el equipo tiene infinitas posibilidades. Incluso jugadores secundarios tienen una cierta capacidad creativa, como Alvarado o Dyson Daniels y otros son capaces de abrir el campo y ser una amenaza en el perímetro (tremendo 68% en el triple de Trey Murphy).
Los Pelicans son el segundo mejor equipo en ataque de la NBA, con 118,7 puntos anotados por cada 100 posesiones. Solo les superan los Mavs, su última víctima, lo que explica su mediocre ratio defensivo. Su eficiencia se basa en sus porcentajes. Son el equipo que mejor tira de la liga (50% en tiros de campo) y el cuarto mejor en los triples (39,2%) siendo el que menos lo intenta desde la larga distancia (25,5 por partido). Los porcentajes se justifican en un eficiente altruismo ofensivo (9.º con más asistencias) y un buen uso de los cortes (7.º que más lo usan), además de un recurso en desuso que le están sacando partido, los posteos. Son el equipo que más los utilizan y que más puntos sacan de ese contexto (casi 10 por partido). Con Zion y Valanciunas, los Pelicans están poblando la zona, no solo para anotar ahí, sino también para crear espacios que están siendo aprovechados por sus tiradores.
Como hemos visto, los Pelicans han empezado bien. Si ajustan ciertos aspectos en defensa, pueden ser uno de los equipos más peligrosos de la NBA, con lo que habría que tenerles muy en cuenta en los playoffs.