Houston Rockets se presenta en esta eliminatoria con una sensación extraña. Se enfrenta al mejor equipo de los últimos años, favorito indiscutible al título, pero con una cierta presión. No solo tienen la ventaja de campo, sino que son el mejor equipo al que los californianos se han enfrentado desde la providencial llegada de Steve Kerr. A pesar de esta situación, los Rockets no parten como favoritos. Aunque hayan ganado las series anteriores por 4-1, no han mostrado la solidez que exhibieron en liga regular y además los Warriors han recuperado su velocidad de crucero y han apostado por el quinteto de la muerte, que como veremos es idóneo parar frenar a los texanos.
Ataque: Con las premisas de siempre
Houston es el equipo del uno contra uno, el dos contra dos y los triples. Mike D’Antoni plantea ataques basados en la sencillez, pero como tiene a las piezas perfectas para llevar a buen puerto su finita pizarra, la efectividad está asegurada (111,1 puntos por cada 100 posesiones, el mejor dato de los playoffs). Houston utiliza las isolations en un 14,1% de los ataques, por 6,6% de su rival y el pick and roll en un 32,2%. Con dos megaestrellas de la creación como Harden y Chris Paul no hay defensor que pueda parar, de manera consistente, a esas figuras, pero el sistema defensivo de los Warriors y la cantidad de jugadores que pueden utilizar para defender al dúo exterior texano (Thompson, Iguodala, Livingston o hasta Draymond Green) hace que los cambios de asignación vayan a ser constantes y dificulten los ataques de los Rockets.
Con esta premisa, debemos dar por hecho que Kerr sobremarcará a Harden y Paul y sus porcentajes, consecuentemente, bajarán, así que el éxito del ataque de Houston se basará en dos aspectos: el rebote de ataque y el acierto de los tiradores. En el primer caso, el rendimiento de Capela en esta faceta va a ser decisivo para el transcurso de la serie. En la partida de ajedrez entre los técnicos, es probable que el small ball de D’Antoni, la amenaza exterior de sus exteriores y la movilidad de Capela obliguen a Kerr a jugar todo el partido con quintetos pequeños, en los que la posición de pívot sea ocupada por Green, David West o Jordan Bell. Un escenario en el que no veremos, de nuevo, a Pachulia y McGee en pista. Eso hace que Capela sea el jugador más alto cuando esté sobre la pista y el que tenga ventaja de estatura a la hora de pelear los rebotes. Una de las claves de la eliminatoria puede estar en el número de posesiones y el suizo debe vencer en esa batalla para aumentar las posibilidades de su equipo.
El segundo factor es el acierto en el triple de los secundarios de las estrellas. Jugadores como Ariza, Tucker, Eric Gordon, Gerald Green o Ryan Anderson van a tener una elevada responsabilidad anotadora en la serie, aunque se papel se limite a ejecutar los aclarados que les creen Harden y Paul. Si las estrellas bajan sus porcentajes y Kerr ordena ayudas contra ellos, los tiros liberados se sucederán y estos jugadores deben estar acertados en ellos. Además, debemos dar por hecho que los Warriors van a meter muchos puntos, de modo que los secundarios están obligados a mantener el alto ritmo anotador que impongan los californianos.
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Defensa: con mimbres para oponer resistencia
La defensa va a ser un quebradero de cabeza para D’Antoni, un entrenador que está ante la oportunidad de demostrar que también es competente en este lado de la cancha. Los Warriors usan preferentemente el pase, el bloqueo y el corte como vía de anotación. Son el equipo que más anota en cortes (16,5 puntos por partido) y en pantallas tras bloqueo (16,6 puntos por partido), lo que hace que sus ataques sean más imprevisibles y su defensa más complicada.
Pero Mike D’Antoni tiene a su disposición el equipo ideal para minimizar el impacto de uno de los mejores ataques de la historia. Usa permanentemente el small ball, ideal para cambiar en los bloqueos y reducir los espacios, y tiene a verdaderos perros de presa que pueden hacer la vida imposible a las estrellas de Golden State. Es probable que veamos a Tucker con Curry y a Ariza con Durant, dos buenos defensores de uno contra uno. Lo malo es que las múltiples amenazas de los Warriors y su sistema abierto provocarán dos factores negativos en los Rockets: obliga a un esfuerzo defensivo de Harden y Paul que pueden acusar en el otro lado del campo y sacarán a Capela de la zona, con lo que mitigarán su presencia en la intimidación y el rebote. Contra los Jazz, donde Gobert no era una amenaza exterior, los Rockets han permitido un 62% en tiros desde debajo del aro y solo un 21,4% en tiros cercanos, algo que no se repetirá contra los Warriors, especialmente si Draymond Green está acertado desde el triple y Capela debe salir a cubrir sus tiros. En ese escenario, los Warriors tendrán mucho terreno ganado, ya que tendrán vía libre para anotar en penetraciones y cortes.
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La hora de la consagración
Como habéis podido ver, los Rockets necesitan que los (muchos) condicionales que se den en la eliminatoria sean favorables a ellos, pero todo indica a pensar que algunos de ellos se pueden dar. La eliminatoria se prevé larga y apasionante, quizá la más emocionante de los últimos años. Disfrutaremos de ella y la iremos contando en Solobasket.