El fichaje más mediático de los últimos años en la NBA ha dejado a un gran olvidado en casa. Pocos han sido los casos en la historia en los que una salida como la de Kevin Durant no haya traído consigo el desmonoramiento del equipo, con su correspondiente reconstrucción prácticamente desde 0. Y durante muchas semanas se habló de eso en un equipo que tuvo cerca de dejar fuera de la Final de la NBA a los Warriors tras pasar por encima de uno de los mejores Spurs de la historia. Cerca ha estado la ciudad de Oklahoma de verse, de pronto, sin sus tres máximos referentes. Pero han hecho un fichaje de última hora. Ese que no saldrá en todas las portadas, pero con un efecto que puede ser devastador en las estadísticas de la NBA. Russell Westbrook seguirá siendo jugador de los Thunder durante los próximos tres años a cambio de 85 millones de dólares. El timón es suyo. Él quiere dar ese anillo a Oklahoma que Durant no se atrevió a volver a buscar.

Westbrook es un hombre que nunca ha entendido de jerarquías. Una segunda espada que, con 27 años, ha sabido buscar su protagonismo desde la sombra tras llegar un año más tarde a la ciudad que un Rookie del Año que se había convertido en el ídolo de aquellos Supersonics mudados a Oklahoma. Se ha convertido, con el paso de los años en un especialista en colarse en fiestas a las que no ha sido invitado. Y si no, que se lo pregunten a quien haya jugado los dos últimos All-Star a su lado, donde logró sendos MVP que sabía jamás ganaría jugando de azul al lado de Durant. 

Ahora es su momento. La salida de Durant de Oklahoma City (unida incluso a la de Ibaka, el tercero en discordia) implica que, por decreto, Russell Westbrook se convierta en el único y gran referente del equipo. Se acabó el formar parte de la mejor dupla ofensiva de la liga, siempre con la eterna pregunta del ¿Qué sería del uno sin el otro? Durant se ha unido a Curry y Thompson para ser, por fin, campeón, pero Westbrook tiene ante sí la oportunidad de firmar una de las campañas más espectaculares de siempre en cuanto a promedios ofensivos. 

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Analizando la pasada campaña, los números de Westbrook durante la temporada (23,5 puntos; 7,8 rebotes; 10,4 asistencias) estuvieron cerca de nombrarle como el mejor jugador de la campaña, de no ser por el absolutismo de Curry durante la RS. ¿Cómo fue esto posible, compartiendo balón con un MVP de la liga como Durant (28,2 puntos 8,2 rebotes, ojo, 19 tiros de campo por partido)? ¿Cuántas veces hemos visto que el considerado como "escudero" esté en el Mejor Quinteto de la competición, mientras la estrella cae al segundo? El dominio de Westbrook en el baloncesto actual es absoluto, como lo demuestran sus 20 triples dobles la pasada temporada, con tres partidos consecutivos poniendo su ya particular sello en la estadística. Es un jugador único actualmente en la NBA, capaz de lograr una firma estadística que solamente Óscar Robertson pudo lograr desde la posición de playmaker. Sin Durant, sus números la temporada pasada aumentaron considerablemente, dejando ver un destello del auténtico dominador que puede ser en la NBA actual. 

En 8 partidos de la Regular Season 2015/2016 se vio sin su gran camarada en la cancha, y sus números, especialmente en la anotación, aumentaron considerablemente: 29,6 puntos; 7,2 rebotes y, obviamente 9,6 asistencias, casi una menos que su promedio de la temporada. Westbrook está, por tanto, perfectamente capacitado para ser un jugador que supere la treintena de puntos por partido si tiene tiros para hacerlo. Por los 18 que lanzó de promedio, sin Durant tiró casi 5 tiros más por partido (22,8) y, uno de los datos más significativos, sus intentos desde la larga distancia se multiplicaron (de 4,3 a 7,3 triples intentados por partido). El pero que se le puede poner a esta estadística es el balance de 3-5 que firmaron los Thunder en estos 8 partidos, lo que hace plantear la gran duda que cierne a Oklahoma esta temporada: ¿Bastará con una superestrella para seguir siendo un equipo competitivo?

Han sido un conjunto que, habiendo dicho adiós a un MVP de la liga, pueden estar dando la bienvenida a una de las temporadas más increíbles que hayamos visto sobre el papel. Por fin tiene lo que quería: El protagonismo más aboluto. El gran fichaje de los Thunder este verano puede haberse producido con la salida más dolorosa que recuerda la ciudad de Oklahoma. Y que el Rey del triple-doble lo decida.