Steve Nash (1.91/40 años) es uno de los jugadores NBA con los que más hemos disfrutado en las últimas dos décadas. En su etapa en los Phoenix Suns (2004-2012) nos hechizó con su magia liderando un equipo que desplegaba un juego vistoso y atractivo que acarició en un par de ocasiones las finales. A lo largo de lo que llevamos de Siglo XXI, y antes de abandonar los Suns, sumó 8 apariciones en el All Star, 2 MVPs de la competición, 3 apariciones en el Quinteto Ideal de la Liga, de dos en el segundo y tercer mejor Quinteto, además de liderar la liga en el apartado de pases de canasta en 5 ocasiones. Uno de los personajes más interesantes fuera de las canchas entre todos los jugadores de la liga, Nash era esa estrella cercana y más humana, que representaba el baloncesto del talento, de la genialidad y de la inteligencia en pista por encima del músculo, el atleticismo y los fuegos artificiales. 

En 2012, los Suns se perdían por segunda vez consecutiva los playoffs. El proyecto de la franquicia parecía ya agotado. A pesar de sus 38 años, Steve Nash tenía aún mucha magia en su chistera. Había superado en el histórico de asistencias a un mito como Oscar Robertson y había promedia en fase regular unos excelentes 12.5 puntos y 10.7 asistencias por encuentro. Era momento de acabar su ciclo en Arizona e ir a parar a algún otro proyecto aspirante al ansiado anillo. Así, en verano de ese año recalaba en los Lakers tras un sign and trade. El canadiense llegaba a la mítica franquicia con un contrato de tres temporadas y casi 28 millones de dólaresUnos angelinos que además lograban la adición de Dwight Howard, lo que les convertía en los máximos aspirantes al anillo. 

En el segundo partido de la temporada 2012-13, el canadiense sufría una fractura que le dejaría fuera de juego durante prácticamente dos meses. Sería el comienzo de una espiral de problemas físicos sin fin durante este tiempo. En aquella primera temporada con los Lakers firmaría sus peores números en más de una década en los 50 partidos disputados (12.7 puntos y 6.7 asistencias) en lo que sería definida por el propio Nash como "la campaña más frustrante de mi vida". Su juego era evidentemente incompatible con la presencia de un escolta que acumulaba tanto balón como Kobe Bryant y el proyecto ganador de los Lakers haría aguas por todas partes. Para colmo, en las últimas semanas de competición sufriría una nueva lesión, esta vez de cadera, que además afectaría al nervio de uno de sus tendones

La pasada temporada sería aún peor para Steve Nash. Sus problemas con los nervios de su pierna izquierda tan solo le permitirían jugar 15 partidos. Una situación que a sus 39 años parecía obligarle a una retirada que nuestra protagonista rechazaba. En una serie de magníficos mini-documentales sobre cómo afronta Steve Nash el final de su carrera profesional producido por Grantland y llamadaThe Finish Line, el canadiense se manifestaba así acerca de colgar las botas:

"Por otra parte, y esto es una realidad, no me pienso retirar porque quiero el dinero. Sinceramente. Queremos atletas sinceros pero al mismo tiempo hay gente por ahí que dice "tío, es un avaricioso. Ha ganado x cantidad de dinero en su carrera y también tiene que coger este último cachito". Sí, tengo que hacerlo. Tengo que coger este último cachito. Siento que esto sea frustrante para algunos, pero si ellos estuviesen en mi lugar harían exactamente lo mismo. No me creo por un instante que no harían lo mismo."

Fueron unas declaraciones muy comentadas, criticadas por algunos y defendidas por otros, como Pablo Mira en Solobasket. Steve Nash queria cumplir por encima de todo su contrato, que expiraba en 2015, precisamente al final de la campaña que está a punto de comenzar. Tras la misma, llegaría el final de su carrera NBA. Sin embargo, durante el presente verano sus problemas físicos se vieron agravados por una lesión de espalda producida al cargar con unas maletas. Tras la disputa de tres encuentros de pretemporada, la espalda de Nash dijo basta. El diagnóstico era claro. La decimonovena temporada de Steve Nash había llegado a su fin en su prólogo. Y con ello, la carrera de uno de los jugadores más mágicos de la liga. 

En un amargo comunicado emitido por el jugador canadiense, el mensaje no podía ser más claro: "Estar listo para dar comienzo la temporada ha sido mi prioridad y me siento desilusionado al no haber podido conseguir tal objetivo. He trabajado muy duro para mantenerme saludable, pero desafortunadamente el último problema que he tenido no me permite que consiga una recuperación completa”.

Quedémonos con los momentos de magia que nos dejó el bueno de Steve: