A principios del siglo XXI, los europeos comenzaron a cruzar el charco con un poco más de asiduidad en busca de cumplir el sueño de la NBA. En ese sentido, podríamos considerar a Vladimir Radmanovic como uno de los primeros pioneros en dar el salto y probar suerte en la mejor liga del mundo. No tuvo la suerte de ganar ningún campeonato, pero jugó hasta para siete franquicias y participó en las Finales de 2008, siendo  casi siempre un jugador importante ya sea como hombre de rotación o titular. Ahora, tras retirarse del mundo profesional, Radmanovic se ha convertido en embajador de la NBA en Europa y, aprovechando su visita a Gran Canaria, Solobasket ha estado con él para charlar sobre su carrera, sobre Serbia y sobre los extintos Seattle Supersonics.

SOLOBASKET: Además de este BWB ¿en qué otros proyectos referidos al baloncesto estás enrolado?

VLADIMIR RADMANOVIC: Ahora llevo dos años retirado y bueno, echo de menos la competición pero ahora mismo soy feliz con lo que hago ahora mismo. Después de retirarme me he convertido en uno de los embajadores de la NBA en Europa. En ese sentido, acudo a eventos relacionados con la NBA en Europa como este Basketball Without Borders, en el que puedo ayudar a los jóvenes y demás. Eso es en lo que estoy centrado ahora, no tengo más cuestiones que atender alrededor del baloncesto.

SB: ¿Qué te lleva a dejar Serbia para jugar en la NBA?

VR: Cumplir un sueño. Aunque era dejar un hogar y dejar atrás mi país, fui drafteado en el 2001 y quise probar en EEUU porque era un sueño para mí.

SB: Haciendo memoria ¿cómo fueron los primeros meses de Vladimir Radmanovic en la NBA?

VR: Pues la verdad es que fue bastante duro. Era la primera vez que salía de casa y tenía que hacer muchas cosas por mí mismo. Además, mis dos primeros meses fueron complicados por el tema del idioma, y la barrera de la comunicación era muy importante sobre todo en los primeros entrenamientos… Vivía un hotel y todo se basaba en ir a entrenar, volver a hotel… Pero poco me fui adaptando e hice amigos que todavía conservo.

SB: ¿Cómo era jugar en los Seattle Supersonics de Allen, Lewis y compañía? Una franquicia que siempre tuvo muchos fans

VR: La verdad es que era muy divertido porque éramos un equipo que metíamos muchos puntos y nos gustaba correr. Éramos un gran equipo, pero durante esos años tuvimos varias lesiones que nos impidieron ir a más. En 2005 nos enfrentamos a los Spurs en las Semifinales de Conferencia, y yo y Rashard no pudimos jugar, por lo que en nuestro mejor año juntos no pudimos competir al 100%. Pero así es la NBA desgraciadamente.

SB: Muchos aficionados echan de menos a los Sonics en la NBA y, de hecho, hay varias plataformas para traer una franquicia a la ciudad ¿Qué opinión tienes?

VR: Creo que una franquicia en Seattle sería algo muy bueno para la NBA y para la propia ciudad. Allí hay una gran base de aficionados y se quedaron muy tristes cuando los Sonics dejaron la ciudad. La verdad es que Seattle es uno de los sitios más bonitos de EEUU porque, aunque llueve mucho, está todo muy verde y es muy agradable pasear por allí. Estoy seguro de que en algún momento la NBA y los Sonics volverán a Seattle.

SB: ¿Para firmar por los Lakers Vlade Divac fue clave en la decisión?

VR: No tanto en realidad. Cuando yo firmé con los Lakers lo hice porque quería ir a un equipo donde poder competir por ganar el campeonato. Cuando ellos me llamaron no tuve que pensarlo demasiado, los Lakers son uno de los equipos con más historia de la NBA y no me equivoqué cuando me marché allí porque, afortunadamente, pude pelear por un anillo en 2008 ante los Celtics. Esa es una de las mejores experiencias que he tenido durante mi carrera.

SB: Tu carrera en la NBA fue larga, jugaste en siete equipos y tuviste la oportunidad de disputar varios Playoff. Además, jugaste una Final contra los Celtics vistiendo la camiseta de los Lakers en 2008 ¿Qué tienen de especial los Playoff en la NBA? ¿Son tan diferentes a los que se juegan aquí en Europa?

VR: Lo realmente interesante, lo que hace de los Playoff de la NBA algo tan especial es que no sabes lo qué va a ocurrir. Se juegan muchos partidos, hay mucha intensidad y muchos ingredientes que pueden cambiar una serie. En Europa hay menos partidos y, por ejemplo, con la Euroleague, se juega un partido y te vas a casa si pierdes. En la NBA puedes perder uno o dos partidos, pero tendrás la oportunidad de redimirte y remontar la eliminatoria como pasó este año entre los Rockets y los Clippers, ese es el ejemplo perfecto de lo que significan los Playoff de la NBA. No hay momentos de relajación, no hay momentos para celebrar, porque como te relajes se te puede ir todo por la borda.

SB: El año que los Lakers iban a conseguir su cuarto anillo de la década te traspasaron a mitad de temporada ¿Te dolió tener que marcharte?

VR: Para nada me dolió, eso es algo que le puede pasar a cualquiera en una competición como la NBA. Los equipos buscan lo mejor para ellos y es normal que a veces pasen estas cosas. ¿Qué pude haber ganado un anillo o quizás dos? Pues sí, pero ya no se puede dar marcha atrás y lo que pasó pasó, tampoco hay que darle muchas vueltas.

SB: A lo largo de tu estancia en USA coincidiste con jugadores muy buenos como Kobe Bryant, Ray Allen, Stephen Curry…¿Quién ha sido el mejor jugador con el que compartiste vestuario en la NBA?

VR: (Risas) Es complicado decir quién ha sido el mejor, pero si tuviera que elegir me quedaría definitivamente con Kobe Bryant. Kobe hace cosas sobre una cancha que muy pocos jugadores pueden hacer, y eso lo veía yo en cada partido, en cada entrenamiento. Steph Curry es un jugador muy especial y este año lo ha demostrado con el MVP, y Ray Allen es uno de los mejores tiradores de la historia de la liga, pero Kobe era realmente increíble.

SB ¿Qué piensas de los españoles que juegan en la NBA?

VR: Bueno, para empezar creo que España tiene muy buenos jugadores. Ellos tienen muy buenos talentos y siempre optan a todos los campeonatos de Europa. Luego, Pau ha sido uno de los mejores jugadores de la última década y ha liderado a una de las mejores selecciones de los últimos tiempos, como en su momento fue Yugoslavia. De los jugadores españoles que están en la NBA, creo que todos tienen el potencial suficiente como para ser líderes allí, saben hacer su trabajo y cumplen perfectamente con su papel. Marc Gasol es el ejemplo perfecto de un jugador que, a pesar de ser el hermano menor de Pau, está haciendo una excelente carrera por sí mismo, siendo uno de los mejores jugadores de la liga.

SB: Para ti ¿cuál es la clave para que los europeos se estén haciendo más hueco en la NBA?

VR: Yo creo que ha sido un cambio que se ha ido desarrollando en los últimos diez o quince años, siendo la clave el físico. De siempre los jugadores americanos han dominado físicamente, pero los europeos cada vez trabajan más este aspecto, y por eso Europa se ha acercado tanto a Europa. Además, la NCAA es una liga muy diferente a la NBA, mientras que la competición en Europa es mucho más parecida, y eso favorece el salto, favorece el desarrollo de los jugadores.

SB:¿Qué te parece la actual selección Serbia? ¿Crees que Djordjevic es el entrenador indicado?

VR: Sinceramente, creo que pueden ser campeones de Europa este año. En los últimos tiempos Serbia ha tenido muchos altibajos, y es el momento de poner todo en orden, de alargar el éxito a unos cuantos años. Me encantaría que en este próximo Eurobasket repitieran lo que ya hicieron en España el año pasado durante el Mundial. Gran parte de culpa de todo eso es del trabajo de Sasha Djordjevic como entrenador. Sasha está consiguiendo que el baloncesto en Serbia vuelva a funcionar como lo tenido que hacer siempre.

SB: ¿Crees que si Yugoslavia siguiese unida en su totalidad podría ganar a USA en unos JJOO o en una Copa del Mundo?

VR: Esta pregunta es un poco metafórica, y cada uno tiene su opinión. Yo creo que una Yugoslavia unida podría ganar a EEUU, lo veo posible, pero eso no lo vamos a poder comprobar porque Yugoslavia ya no existirá nunca más. Está claro que hay muchos jugadores buenos de los diferentes países que formaban Yugoslavia, y puede que con una buena elección de entre todos los grandes jugadores balcánicos la selección sería tan exitosa como lo era hace treinta años, pero no hay manera de probarlo.