La noche comenzaba con una gran noticia, positiva para el baloncesto y, especialmente, para los Golden State Warriors: Tras varios partidos fuera por sus problemas de espalda, Steve Kerr volvía al banquillo de los Warriors para dirigir el segundo partido y, según sus palabras “La intención es dirigir esta noche y el resto de la serie. Me siento mejor.

Comenzaba el partido con unos Cleveland Cavaliers mucho más intensos y concentrados que en el primer partido, con un Lebron James especialmente activo, pero los locales no iban a esperar para dar la respuesta, esta vez a través de Klay Thompson. Los Warriors activaban su maquinaria defensiva, y conseguían frenar el inicio de los Cavaliers, hasta el punto de conseguir un parcial de 5-12 que obligaba a Tyron Lue a parar el partido (16-23). Llegaba entonces el momento de Kevin Durant, que taponaba, anotaba y asistía para comandar a los de la Bahía de San Francisco. Pero esta vez, la entrada de los sustitutos daba una marcha extra a los Cavaliers y permitía a los de Lue mantener el envite (34-40).

Los Warriors eran conscientes de la necesidad de activar su mejor juego, y ante el primer descanso de Lebron James sacaban toda su artillería para tratar de romper el partido. No tardaba ni un segundo Tyron Lue en reaccionar y devolver a pista a Lebron para reducir distancias (43-50). Lebron James y Kevin Love se combinaban para liderar a los suyos, pero de nuevo, Kevin Durant aparecía para aguarles la fiesta. El duelo entre Durant y James adquiría tonos épicos, con ambos jugadores retándose en ambos lados de la cancha, y consiguiendo unos números increíbles. El partido estaba igualado (54-59), y el encuentro entraba en una fase de intercambio de golpes que hacía las delicias del espectador. Al descanso, y con un floater precioso de Irving para cerrar, se llegaba con una leve ventaja local (64-67).

Tras el paso por vestuarios, poco cambiaban las cosas. El partido estaba inmerso en una constante de ritmo alto, intercambio constante de canastas e igualdad en el luminoso. Pero nuevamente eran los Warriors quienes, comandados por un Stephen Curry desatado conseguían poner tierra de por medio (73-83). Pero, como no podía ser de otro modo, aparecía Lebron James para cargar con los suyos en la mochila y recuperarse en el luminoso. Pero, como si del día de la marmota se tratase, de nuevo la aparición de Curry rompía la igualdad y daba ventaja a los Guerreros de la Bahía. Lebron estaba demasiado solo, y esta vez no encontraba ningún socio con el que remar (88-102).

El tramo final de partido sirvió para que Durant (33p, 13r) certificase su completísimo partido y para que Curry (32p, 10r, 11a) lograse su primer triple doble en unas Finales. Triunfo que se quedaba en casa (132-113) y que sellaba el 14-0 en Playoff para los Warriors. LeBron se quedó demasiado solo, aunque acabó sellando un nuevo triple doble que le sirve para igualar a Magic Johnson como el jugador con más triple-dobles en Finales. Se trata de la primera vez en la historia de las finales que un jugador de cada equipo firma un triple-doble.

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