Una nueva bomba cayó en la NBA. Atlanta Hawks anunció a través de su general manager, Landry Fields, el despido de su entrenador, Nate McMillan, técnico que dirigió durante 179 partidos al equipo de Georgia, con una marca de 99-80 en las tres temporadas que estuvo al frente. Durante esta campaña, logró un balance de 29-30 que no convenció a los responsables de la franquicia.

El punto más elevado de la trayectoria de McMillan al frente de los Hawks fue cuando los llevó a las finales de la Conferencia Este en 2021, instancia en la que perdieron con Milwaukee Bucks, equipo que acabó siendo campeón de la NBA. Atlanta ocupa la octava posición del Este, en la etapa en la que comienza el último tramo de la temporada con miras a los Playoffs.

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¿POR QUÉ LOS HAWKS DESPIDIERON A MCMILLAN?

El entrenador de 58 años no se caracteriza por dirigir a demasiadas estrellas, más bien intenta que su grupo funcione como un equipo en el que todos son igual de importantes, algo que lo destacó en Indiana Pacers. Al comenzar esta temporada, se encontró con la incorporación de Dejounte Murray para acompañar a la figura rutilante de la franquicia: Trae Young.

El equipo tuvo altibajos y nunca terminó de consolidarse, muestra de eso es el récord de .500 que ostenta. Su cualidad equilibrada se reflejó hasta en los números de su equipo. Fueron pocos los momentos de la temporada en la que demostró poder complementar a Young con Murray, dos perimetrales de perfil alto, pero que a priori podían tener características amoldables.
La última vez que los Hawks hicieron un cambio de entrenador durante la temporada fue justamente con la llegada de McMillan, quien tomó el timón tras el despido de Lloyd Pierce a mediados de la campaña 2020-21. Tras sus pasos por Seattle, Portland e Indiana, el veterano técnico llegaba con la fama de ser un entrenador serio, mesurado pero un poco exigente.

En esos equipos sin demasiadas estridencias ni ambiciones, mal no le fue: llegó a la postemporada con las cuatro franquicias que dirigió, pero nunca aterrizó en la tierra prometida conocida como las Finales de la NBA. Ese territorio inexplorado para esta generación de jugadores de los Hawks es el deseo de la gerencia, y para eso necesitarán un coach probado en esas instancias, que pueda darles ese empujón que desde hace algunos años parecen necesitar.

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El trabajo de McMillan no fue malo, pero estuvo lleno de vaivenes que no permitieron afianzarse como un equipo de temer en una conferencia que cada vez adoptó mayor nivel. En Georgia aspiran a aprovechar a un talento generacional para la franquicia como Trae Young, con quien el saliente técnico nunca tuvo demasiada química.

La desconexión entre estrella y entrenador solo fue un rumor de pasillos, hasta que el año pasado tuvieron una disputa a mitad de la temporada, cuando Young decidió no participar en una práctica de tiro para poder recibir tratamiento por una lesión. Nate McMillan le advirtió al base que podía salir de la banca esa noche o perderse el encuentro por completo, a lo que Young eligió lo último.

el futuro de la franquicia

¿Qué le deparará a Atlanta Hawks? Es todo un misterio, no solo por el misterioso devenir de los acontecimientos en la NBA, sino también por la significativa rotación que experimenta la franquicia en esta temporada, con el ex gerente general Travis Schlenk asumiendo un rol de asesor mientras que Landry Fields fue promovido a jefe de operaciones de baloncesto. Además, Nick Ressler, el hijo de 27 años del propietario Tony Ressler, se quedó con un papel importante en la oficina principal del equipo.

Con todos esos cambios, Atlanta ahora buscará un nuevo entrenador con experiencia probada en partidos definitorios, finales y Playoffs para que pueda por fin ensamblar las piezas correctamente, evitando temporadas mediocres como las que arrastran desde hace dos años. Joe Prunty, exasistente de McMillan, asumirá como técnico interino, aunque quizás podamos ver un caso similar al de Jacque Vaughn, quien comenzó un interinato en Brooklyn Nets y recientemente fue oficializado como entrenador principal.