No descubrimos nada si decimos que Aíto es historia viva del baloncesto español. A sus 67 años, el técnico madrileño lidera el proyecto más joven de la temporada 2013-14 de la Liga Endesa con un honor especial: es el entrenador con más títulos de liga actualmente en la competición (9) y a mucha distancia del segundo, Xavi Pascual (3). Éste, sin embargo, es sólo un detalle frente a su impresionante palmarés y los 40 años que suma como técnico, desde que terminara su carrera como jugador mientras entrenaba al CB Esparraguera para iniciar su carrera como técnico en el Cotonificio de Badalona (1973-83), sus dos etapas en el Joventut (1983-85 y 2003-08) separadas por el éxito con el FC Barcelona (1985-2001), tres años en el Unicaja de Málaga (2008-11) y su última aventura en Sevilla.
Brilla su palmarés: 9 títulos de la ACB, 5 Copas del Rey, 2 Copas Korac, una Recopa de Europa, una Copa ULEB, una Eurocup y una Copa Príncipe de Asturias, tres veces finalista de la Copa de Europa; y como seleccionador nacional, una Medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y una Medalla de Bronce con la juvenil en el Campeonato de Europa de Damasco.
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¿Cómo ha visto evolucionar la ACB a lo largo de todos estos años?
Lo primero que hay que decir es que gracias a la ACB se pasó de tener una liga del montón a una liga entre las mejores del mundo. En esa evolución de la competición también hay una evolución del baloncesto hacia cada vez más fuerza, más velocidad, mejores fundamentos… Y últimamente estamos un poco de capa caída en relación también a todo el tema económico del país, y la ACB no es ajena a ello. Por eso ahora es el momento de volver a pensar en el futuro y volver a hacer otro estilo de juego como se hizo en su momento.
¿Qué cree que ha causado esta crisis del baloncesto profesional en nuestro país?
La crisis económica y luego también, no solamente en el baloncesto sino en el deporte en general, que las estructuras han permitido cierta laxitud. Lo que no tenía mucha importancia hace unos cuantos años, tener déficits, ha pasado a tenerlo.
¿Qué cree que se podría o debería hacer para intentar solucionarla?
Sí, creo que se puede solucionar. Para eso hace falta un buen diseño y un poco de tiempo. Vamos a ver si ahora con el nuevo director de la ACB que venga, si viene (sonríe), se consigue dar ese segundo impulso.
Pero al margen de su llegada, en cuanto al tema de las audiencias y venta del producto, contrato televisivo…
Desde el punto de vista de los que no es nuestra responsabilidad parece muy fácil. Verdaderamente es muy difícil. Para el tema de las audiencias, los medios de comunicación tienen sus intereses y promocionan más lo que les interesa… No es tan fácil. Por tanto, tiene que haber un plan diseñado por todos los que se van a dedicar a ello.
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Entrando ya en su etapa en el FC Barcelona, se dice pronto: 9 títulos de liga, 4 Copas del Rey… ¿cómo logró mantener la ambición para forjar toda una etapa dorada?
Había lógicamente una gran ilusión; desde el presidente Núñez, primero, hasta el presidente de la sección después, todo el equipo técnico y los distintos grupos de jugadores que tuvimos, por intentar ser mejores. Y lo fuimos. En mi caso particular sin ganar la Copa de Europa, pero desbancando el absoluto dominio que había tenido el Real Madrid hasta aquel momento en España. Y eso, como no podría ser de otra forma, fue un gran trabajo de equipo.
Quedó precisamente la Copa de Europa, ahora Euroliga, como única espina clavada en su palmarés.
Bueno, sí, pero yo normalmente no me preocupo demasiado por cosas que para el público son muy importantes, sino por conseguir el mejor rendimiento que pudiésemos de acuerdo con las posibilidades que teníamos. Dices “bueno, ¿y no se podría haber ganado la Copa de Europa con eso?”. Sí, pero sin embargo también me quedo con que esa estructura ha continuado y ha conseguido ganarla. Esa estructura con sus variaciones correspondientes, con nuevos entrenadores y con nuevos jugadores. Eso también es muy importante, no el llegar a un sitio, conseguir resultados y dejarlo esquilmado. Me siento plenamente satisfecho de la etapa y la continuación, aunque no me pertenezca nada, pero me siento también un poco partícipe de lo que puedan haber hecho después.
En esta etapa coincidió con el paso fugaz de Rony Seikaly… ¿qué le pasó? ¿llegó para pasear un caché de NBA y se sorprendió ante un baloncesto más exigente?
Un poco ya lo has definido tú. Él llevaba un año sin jugar, había sido un muy buen jugador, pero después de ese año le faltó paciencia para volver a retomar un estado de forma que no es tan fácil a los 34 años, o no sé cuántos tendría. Volver a retomarlo después de un año sin jugar hubiese requerido más tiempo. Como no tuvo esa paciencia, prácticamente se puede decir que dimitió (sonríe) porque, en el momento que vio que no jugaba a lo que él creía que tenía que jugar, no tuvo paciencia para decir: “bueno, ya veremos dentro de un mes, dos meses o tres meses”. Entonces se plantó ahí, y no continuó.
Sin su marcha, ¿no habríamos visto explotar a Pau Gasol aquel 2001?
No. Eso es una cosa que se dice, pero si analizas lo que yo he hecho en general con todos mis equipos se puede concluir que no habría sido así. Precisamente si Seikaly se va es porque cuando empiezan los momentos de temporada, no de pretemporada como estábamos hasta ese momento, él se enfada porque no juega, y sí que juega Pau. Quiero decir que si Pau valía, como valía, hubiese salido en cualquier circunstancia.
¿Sigue los pasos de Pau por Los Ángeles?
Sí, claro. Creo que superará perfectamente todos sus problemas físicos y continuará jugando unos años más, si él quiere.
¿En los Lakers?
Pues no lo sé, pero me parece que tampoco le debe preocupar mucho a él, sino estar en un sitio en el que se encuentre a gusto porque tenga buenas posibilidades. No quiero decir que en Lakers no las haya tenido, por supuesto que las ha tenido unos años, pero parece que últimamente menos. Creo que, por su currículum, no tiene que estar preocupado por eso, sino por sentirse feliz cada dia.
Otro de sus hallazgos para la historia de la ACB fue el de Andrés Jiménez como alero alto. ¿No cree que pudo ser el español de la década de los 80-90 con mayores posibilidades de funcionar en la NBA?
Sí, lo que pasa es que probablemente en aquel momento los americanos no tenían asumido que tenían que captar jugadores que no se hubiesen formado en Estados Unidos. Lo hicieron muy tímidamente con Fernando Martín y, sin embargo, diez años después ya hemos visto que el baloncesto europeo, como del resto del mundo, ha pasado a ser un objetivo para fichar jugadores en la NBA. Y Andrés podía haberlo sido, pero ellos todavía pensaban que no, que tenían que haberse formado en Estados Unidos porque los demás no eran lo suficientemente buenos.
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¿Qué jugador se ha quedado sin entrenar?
He disfrutado tanto con los que he tenido cuando eran mejores o cuando eran peores… He disfrutado mucho con ellos. No he pensado nunca en haber entrenado a un jugador que no he tenido.
¿Pero no se ha encontrado con algún jugador en concreto, por sus características y virtudes físicas o técnicas?
Sí, muchísimos. En primer lugar, los que tienen una gran ilusión por el baloncesto, y les gusta, y trabajan, y quieren mejorar. En segundo lugar, la cantidad de jugadores que hay por el mundo con mucho talento. No he perdido el tiempo en pensar quiénes serían, porque hay muchísimos, pero también porque he entrenado muchos jugadores que han tenido muchísimas ganas, les ha gustado muchísimo el baloncesto… y también he tenido otros, o incluso los mismos, que han tenido y tienen muchísimo talento.
¿Podemos decir que la de Málaga fue la experiencia más amarga de su carrera?
Sí. Se puede decir que la única y por su final, porque realmente a los que me ficharon los echaron del equipo antes de que luego me echaran a mí. Hasta ese momento, hay que decir que los resultados no habían sido malos pero claro, cuando el club cambia de trayectoria, y de trayectoria en el sentido no sólo de las personas sino que lo que son prioridades en un momento dejan de serlo al siguiente, sucede lo que sucedió. Si piensas que los dos años que terminé lo hicimos terceros un año, cuartos otro, y perdimos la final de la Copa en la prórroga, la etapa realmente no hay que considerarla mala. Hay que considerar mala en su final, pero por esas circunstancias.
Con la reflexión que permite el paso de los años, ¿considera que tendría que haber cambiado algo por su parte?
Sí, me tendría que haber enterado mejor de quién mandaba. Porque ése era el problema que tenía. Casi siempre, así como normalmente en lo que es el equipo técnicamente suele mandar el primer entrenador, en el club algunas veces manda el presidente, otras veces manda un consejero, otras veces manda un general manager… y claro, lo que ocurrió es que los me ficharon no continuaron y fueron perdiendo fuerza dentro del club. Quizás si me hubiese enterado de quién mandaba, que no me enteré, hubiese podido evitarlo.
Ricky Rubio está dejando grandes sensaciones en Minnesota. ¿Le sorprende su evolución?
No, porque tengo una gran admiración por él, personal y como jugador. Lo que está consiguiendo me tiene muy contento, pero espero estar todavía más contento porque creo que va a seguir evolucionando hacia un jugador más completo. Así como ahora destaca en la visión de juego, en los pases, en las recuperaciones de balón; va a haber un día en el que destacará más en otros aspectos del juego, como la anotación. Tengo plena confianza en él y creo que si tiene la ilusión, que creo que la tendrá, va a ser cada vez mejor jugador.
¿Ve en él un emblema para el relevo de la Selección Española a partir de 2015?
Sí. También hay que pensar en jugadores como Sergio Rodríguez, que después de un paso por la NBA gris fue capaz de replantearse su futuro y mejorar esos aspectos, como el tiro y la defensa. Lleva el peso, al margen de otros como Rudy, que también está demostrando su talento, y como Marc Gasol. El relevo, creo, va a estar garantizado.
Pasamos al Cajasol y nos encontramos con un jugador que ha sido comparado con Rubio en varias ocasiones por su posición y su edad. Tomas Satoransky, ¿cree que ya está listo para dar el salto a la NBA?
Bueno, eso siempre depende de a qué equipo vas a parar. Es decir, que si vas a la NBA y vas a un equipo flojo y que tiene un hueco claro donde puedes aportar cosas, pues sí que estás preparado. Otra cosa es para hacerlo bien de una forma global, no de una forma particular según el equipo en el que estés. En ese sentido, por ejemplo, a Pau, a Marc y a Ricky les ha ido bien porque han ido a un equipo que iba de acuerdo un poco con las características que ellos tenían en ese momento. Mientras que otros jugadores, por no citar un español, como Petrovic: fue a Portland y no contaba para nada. Sin embargo, luego va a New Jersey Nets, y entonces destaca. Es decir, que generalizar si está preparado para la NBA es mucho decir, y yo lo que creo que tiene que hacer es no precipitarse en la toma de esas decisiones, porque hemos visto muchos que han ido y han vuelto pensando que quizás era mejor no haber estado nunca y haber esperado un momento en el que sus posibilidades de triunfo fueran mayores.
Entonces, más allá de la posibilidad de ocupar un puesto puntual… no estaría preparado.
Sí, pero eso le pasa a todos los jugadores. La madurez es muy difícil alcanzarla a los 22 años. La mayoría de los jugadores que son estrella la alcanzaron a los 26, 27… o 28. No antes.
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¿Qué le motivó para fichar por Cajasol?
Pues que era un club con unas restricciones económicas importantes, pero desde el punto de vista organizativo tenían muy claro dónde tenían que intentar trabajar: tener jóvenes con una cierta proyección de futuro y mejorar con ellos.
¿Qué cambios ha notado al dirigir el banquillo de un equipo modesto o con estas restricciones económicas?
Restricciones económicas, pero es muy importante señalar también que cumpliendo al cien por cien. Porque hay otros que a lo mejor no tienen tantas restricciones económicas, pero no cumplen ni al cincuenta por cien, y ése es uno de los problemas que hemos tratado antes. Yo siempre me identifico con los clubes donde estoy y éste lógicamente no es una excepción. Eso no quita que puedas tener una aspiración de mejorar, y esa misma aspiración de mejorar que tienen los jugadores tiene que tenerla todo el club, y no descartar nada de lo que pueda suceder en el futuro en cuanto a que, si ahora mismo estás generando una serie de recursos, más adelante puedas generar más y tener la ambición de llegar al máximo. Y si no puedes pues, bueno, empezar otra vez con el ciclo.
¿Se nota este cambio en cuanto al respeto arbitral?
Lógicamente. El respeto arbitral te lo ganas cuando vas mejorando. He tenido esa experiencia en todos los equipos. La tuve en mi primer equipo en primera división, que era el Cotonificio de Badalona. Al principio no nos respetaban como nos respetaron cinco, seis, siete u ocho años después, porque ya has ido haciendo una serie de cosas. También me pasó en la segunda etapa del Joventut, que empezamos desde abajo, y llegó un momento en el que nos fueron respetando un poco más. No lo suficiente, como pasó el último año, pero seguro que de haber seguido Pau (Ribas), Ricky, Rudy y compañía, en el equipo hubiésemos tenido al año siguiente más respeto y al otro más respeto. El respeto te lo ganas y no puedes pensar en tenerlo de un día para el día siguiente.
¿Qué futuro cree que le aguarda a este equipo?
Si son capaces de mantener la ambición y la humildad, uno mucho mejor del que tienen hasta ahora. Y para eso es imprescindible seguir pensando: “he subido tres escalones, ¿pero por qué no voy a subir cinco más?”. Y tener la humildad para hacerlo y el trabajo para conseguirlo. Prever el futuro es un poco difícil pero es fundamental que mantengan estas dos condiciones.
Y apuntando un caso puntual, ¿hasta dónde cree que puede llegar Porzingis?
Pues depende de eso. Es cierto que cuando lo vi en el Torneo Junior de Hospitalet me gustó mucho, y luego en estos dos años está ofreciendo una progresión que le permite unas condiciones físicas cada vez mejores, y tendrá que seguir mejorando esas condiciones físicas; y luego su cabeza, que también es buena y espero que siga siendo cada vez mejor.
Otra promesa que llegó el año pasado para pasar al filial, y estos últimos partidos hemos podido verlo funcionar en la Liga Endesa, Nikola Radicevic. ¿Qué le ha faltado hasta ahora?
Es un caso parecido, aunque son diferentes jugadores pero en este sentido tienen puntos en común, al de Pau Ribas. Mientras Rudy en el Joventut tuvo su explosión el primer año que pasó del junior al primer equipo, ya en la pretemporada, y Ricky también tuvo una explosión que, no digamos a los 14 años cuando debutó pero casi, y luego a los 16 ya había explotado; hay otros jugadores que tardan un poquito más. Algunos cuando tardan más pierden un poco la ilusión, por decir “bueno, yo no puedo, ya me vale con este nivel”. Y ése es el caso de Pau Ribas y en cierto modo el de Nikola Radicevic: en principio no pueden porque les falta algunas cosas, como por ejemplo defender mejor, pero no se decepcionan al cabo de poco tiempo por no conseguir un mejor resultado, sino que siguen trabajando meses y meses y meses hasta que lo consiguen. Pau Ribas lo consiguió después no de pasar directamente del junior al primer equipo del Joventut, sino quedándose en el vinculado, trabajando, viniendo a veces con el primer equipo, volviendo otra vez al vinculado… Él sabía qué era lo que tenía que hacer, ponerse fuerte, defender, y ser un jugador más que solamente un tirador, que es lo que podía ser al principio. Nikola tiene muy buena capacidad de pase y muy buena lectura, pero tiene que mejorar todas las otras cosas. Pero ese primer paso lo ha dado hasta ahora, y tiene que dar el segundo, y el tercero… que es mejorar esa defensa. Todo este tiempo que ha estado, el año pasado y estos meses de temporada, ha seguido trabajando y ya está en un nivel mejor. Para algunos es llegar y besar el santo, y para otros es llegar y tener la paciencia y el interés de seguir trabajando meses, meses y meses, porque si trabajas llega el momento.
¿Tiene ya planes de futuro a corto-medio plazo?
No. Cuando tenía treinta y tantos años sí que podía estar pensando en lo que iba a hacer los próximos cinco años. Ahora no estoy pensando en lo que voy a hacer los próximos cinco años, como mucho los próximos dos o tres meses (risas). Mientras tanto, lo que sí hago es pensar como si fuese a seguir en el Cajasol, que no quiere decir que vaya a seguir, pero mi filosofía es: ya que estoy en el Cajasol, vamos a ver todo lo posible para que el club esté mejor, continúe yo o no continúe en adelante.
¿Pero ligado al baloncesto?
No lo tengo pensado pero es muy probable, porque alguna vez cuando he parado de entrenar, en algún momento puntual, he pensado en hacer otra cosa y lo veo muy difícil. La experiencia que tienes en el baloncesto, tirarla por la borda… no parece conveniente cuando en otros sitios tienes que empezar de cero.