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Vuelve el Supermanager, ese juego del diablo. No cabe duda de su procedencia demoníaca pues nos lleva a cometer todos y cada uno de los siete pecados capitales.

  1. LUJURIA: El primer pecado comienza con la pretemporada, cuando vemos a todos esos nuevos objetos de deseo que llegan año tras año a la Liga Endesa. No los conocemos, no sabemos si podremos tener una relación estable con ellos, pero en cuanto leemos que han hecho una buena estadística en los amistosos, los deseamos. Y son muchos. Nos volvemos promiscuos por la lascivia que nos provocan todos. Un libertinaje que no cesará durante la temporada porque siempre desearemos al que no tenemos.
  2. PEREZA: Después de esa ansia inicial, nos asalta la vagancia. Hemos hecho un montón de equipos para poder tener a todos los jugadores que queremos y aun quedan más de 15 días para empezar la competición. Sabemos que deberíamos revisar los equipos unos días antes, pero la pereza nos invade. También pecamos durante la temporada en las jornadas en las que no nos apetece hacer cambios.
  3. GULA: No nos saciamos nunca. Acaba la liga y estamos pensando en cuando empezará el Supermanager Olímpico, o el Europeo, o el Mundial, y luego ya el de la nueva temporada. Los hay incluso que pecan a fondo jugando al de la Euroliga, al Jugones o a la Fantasy NBA.
  4. IRA: Es el pecado más común del juego. Hay multitud de situaciones que provocan que desatemos rayos y truenos, que la ira se apodere de nuestra alma de forma incontrolable hasta llevarnos a la perdición. Por eso debemos detenernos un poco más en este pecado concreto. Pongamos varios ejemplos:                                                                                                               – El peor de los casos: ese jugador en el que confiamos durante varias jornadas y no despega en su rendimiento, y, justo cuando lo vendemos pasa de los 30 de valoración. No hay nada que nos encienda más que el hecho de que justo el jugador que vendemos sea el mvp de la jornada.                 – Esos partes de lesiones poco definidas, con esas declaraciones de entrenadores de que sus pupilos no están al cien por cien, que provocan que cambiemos al que tiene el aviso por parte médico…y que luego sea el más valorado de la jornada. Hay quien dice que Sito Alonso es el Anticristo en estos temas, venido a la Liga Endesa para confundirnos a los fieles del juego con su mensaje.                                                                                                    – Otro gran motivo es ese crack, ese jugón con historial NBA y buenas estadísticas entre los mejores del mundo, que se va a salir si o si, ese Antoine Wright que va a hacer historia…Y vaya si la hace: record histórico de menos 19 de valoración.
  5. ENVIDIA: Siempre pecamos de esto. Cada vez que no ganamos, cada vez que vemos el equipo ganador y comprobamos que nosotros podríamos tener a esos jugadores. O peor, cuando no podemos tenerlos porque nuestro broker no ha subido lo suficiente. Envidiamos vilmente la pasta de los equipos de otros pecadores.
  6. AVARICIA: Y motivados por lo anterior  queremos acumular dinero y más dinero. Fichamos en función de sus posibles subidas de bróker aunque sepamos que hay otros que nos puntuarían más. Subimos dinero pero hacemos una valoración que vuelve a desatar nuestra ira.
  7. SOBERBIA: Somos los que más sabemos, los mas listos. Nuestros conocimientos superiores nos llevan a fichar a ese jugador al que nadie conoce o hacer apuestas firmes por jugadores que sabemos, por lo inteligentes que somos, que se van a acabar saliendo. Pensamos que el resto no sabe tanto como nosotros. Pero lo único cierto que sabemos es como suelen acabar ese tipo de pensamientos basados en el orgullo…

Y por si fuera poco el hecho de no saltarnos ni uno de los pecados capitales, también faltamos a nuestros votos sagrados. Nos volvemos infieles. Es prácticamente inevitable que fichemos a jugadores de nuestro equipo rival, seamos del equipo que seamos.Y no hay nada peor que esa sensación pecaminosa que sentimos al desear que gane nuestro eterno enemigo solo por arañar ese 15% de la victoria en sus jugadores. Nunca nos había pasado, siempre habíamos deseado la derrota de nuestro encarnizado rival jugara contra quien jugara. Pero este juego del diablo lo ha cambiado todo y nos lleva a ser poseidos por todos los demonios.

Así que si queréis pecar aquí, en esta nuestra página, apuntaros a nuestra liga privada.

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