Nadie, absolutamente nadie, esperaba un final tan cruel y despiadado para la mejor generación de jugadores de baloncesto que España ha tenido en su historia. Con una Copa del Mundo en casa, a la que se la ha dado bombo y platillo, lo ideal habría sido jugar esa final con Estados Unidos, una  final que, por desgracia, nunca llegará a producirse. Estos cuartos de final van a ser recordados como el lunar más gordo, el traspié más vergonzoso y el fracaso más sonado que jamás hayamos vivido, y es que el Angolazo al lado de esta derrota ante Francia se va a quedar en simple anécdota.

Esto no es el simple final a un campeonato más, es el ocaso casi definitivo a jugadores que nos hicieron tocar el cielo del baloncesto mundial como Pau Gasol, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro o José Manuel Calderón, o tal vez no. El futuro de la selección es una incógnita apenas unas horas después del batacazo, ¿y ahora qué?

Los JJOO de Río, el siguiente paso

España afrontará en el próximo Eurobasket uno de los campeonatos más importantes de los últimos años, ya que tan solo los dos finalistas van a clasificarse de forma directa para estar en Río de Janeiro. Los cuatro siguientes clasificados se verán abocados a pelear su billete en un preolímpico siempre peligroso y complicado, competir por un puesto en la próxima olimpiada es una quimera para los nuestros. Quizás esta Copa del Mundo no haya sido el último gran torneo para Pau Gasol. Viendo las necesidades de la selección y su buen estado de forma hasta los octavos de final, donde unas molestias físicas lo han mermado, no sería descabellado pensar que puede llegar hasta los JJOO.

El de Sant Boi siempre ha sido un jugador totalmente competitivo y voraz; en la derrota ante los franceses fue el único jugador que puso algo de coraje y carácter a un partido que desde el principio olía a podrido y del que nunca conseguimos reaccionar. Pau es un hombre que se ve con fuerzas de seguir en la NBA dando su máximo, y si sus piernas se lo permiten es más que probable que pueda ayudar a España a estar en Río de Janeiro. Él mismo lo comentaba: “Nunca sabes cuándo será tu último partido con la selección”. Es complicado pensar que, conociendo a Pau Gasol, vaya a querer marcharse de la selección de esta forma.

De la misma manera podemos pensar de Navarro o de Felipe Reyes, dos jugadores que lo han sido todo en España y que tampoco van a querer este final para ellos. Aunque, los problemas físicos que ha arrastrado Navarro durante la temporada, y el rol inaceptable que ha tenido Felipe en esta Copa del Mundo, puede ser determinante para que tomen una decisión. Eso sí, una de las premisas para ir a los JJOO debería ser estar presente en el Eurobasket 2015, porque ante todo hay que tener compromiso ante esta situación.

La necesidad del tres alto

Vivimos en un baloncesto moderno y más físico que el de antaño, donde muchos jugadores pueden ocupar más de una posición en la pista y el músculo resulta muy importante. Esta España, estos doce que Orenga convocó para disputar esta cita mundialística, tenía a su tres alto: Víctor Claver. Guste más o guste menos esta decisión, lo que ocurre es que Víctor Claver apenas ha contado con minutos en esta Copa del Mundo, y España necesita un jugador de sus características para enfrentarse, por ejemplo,  a equipos como los ya semifinalistas Francia y Serbia.

Un jugador que pueda ser un tres y un cuatro, que pueda postear y defender con soltura a hombres como Batum. Ante Francia, en los emparejamientos con el alero de los Blazers casi siempre salíamos perdiendo. Claver quizás no es la solución a este problema, pero en España seguimos teniendo jugadores con esa capacidad que a lo mejor habrían tenido un papel más importante y habrían aportado algo más que un Víctor Claver que lleva sin tener una continuidad de minutos desde que desembarcó en la NBA. Carlos Suárez, Álex Mumbrú o Xavi Rabaseda, aunque éste último no haya cuajado su mejor temporada, son ejemplo de ello.

En el futuro habrá que tener en cuenta si merece la pena llevar a un jugador sin minutos y que lleva estacando varios años.

Una autogestión incomprensible

España ha vivido en los últimos años de la autogestión de los buques insignia de la selección, una premisa que ha funcionado y que nos ha dado éxitos importantes, pero no ha durado para siempre. A Aíto García Reneses se le respetaba muchísimo, Scariolo tuvo sus más y sus menos, pero Orenga ha quedado retratado tras esta derrota como una simple marioneta en mano de los jugadores. Un entrenador sin experiencia y sin haber demostrado nada no puede ser seleccionador español, pero es lo que los jugadores y la FEB han querido.

El talento no es suficiente para poder ganar partidos, hay que saber gestionarlo y tratarlo para sacarle el mayor brillo posible. La figura del entrenador debe ser la que termine de acoplar todas las piezas, el que tome las decisiones finales y el que solvente los problemas que vayan sucediendo durante un partido. Los franceses estudiaron el guión a la perfección, bien designado por un Vicent Collet que le dio un baño táctico a Orenga del que no supo reponerse.

Los jugadores no deben caer más en la trampa, tienen que olvidar eso de que solos van a llegar a buen puerto, para ganar un campeonato hace falta algo más que talento, hace falta un entrenador que imponga su criterio y que se adapte, también, a lo que tiene.

Rudy Fernández tiene que dejar su lado secundario

Rudy va a ser uno de los líderes de España cuando la generación de 1980 decida poner punto y final a su carrera, o al menos deberían. Ha estado al amparo de Pau Gasol y Navarro durante la mayor parte de su carrera en la selección, algo que le ha dejado en un segundo plano donde se ha encontrado más cómodo siendo pieza indispensable para España y sus éxitos deportivos, pero nunca siendo primer espada. Sin embargo, ya es momento de que dé un paso al frente que le termine de colocar como referencia.

Los problemas físicos de Juan Carlos Navarro han de hacen que la figura de Rudy Fernández sea  imprescindible para la selección, es una cuestión de selección natural, pero el jugador mallorquín no termina de hacer lo que se le lleva pidiendo desde hace tiempo: Ser un líder. Tirar del carro y poner algo más de carácter, ser el foco de atención ofensivo y asumir responsabilidades, algo que Rudy nunca ha asumido luciendo la elástica de la selección. Un jugador de su talento debe de saber que España le necesita, y que ya no debe dejarle todo el peso a sus compañeros.

Es hora de que Rudy desplegué su talento en la selección.

El futuro de España

La realidad es que es muy complicado que España vuelva a vivir otra generación de oro, eso parece bastante claro, pero el futuro no es tan negro como parece. Por detrás vienen varias generaciones de jugadores que pueden ser importantes en el devenir España en los próximos años. Dani Díez, Willy Hernangómez o Guillem Vives, además de un Álex Abrines que ya parece una realidad, son un ejemplo de que hay vida más allá de los juniors de oro. Estos jugadores han demostrado en competiciones inferiores que tienen muy buena pinta y que pueden dar ese relevo que necesitamos.

España tiene una de las mejores canteras de Europa y lo demuestra en cada campeonato al que acude, por lo que podemos estar algo más tranquilos sabiendo que el futuro, a priori, tiene más claros que oscuros. En el futuro España seguirá teniendo algo de importancia en el concierto internacional, pero de ahí a ser un grupo de campeones hay un paso muy largo que dar. Quizás alguno de los que hemos nombrado esté en el próximo Eurobasket o en los próximos JJOO. Tiempo al tiempo y paciencia.

En Solobasket queremos tú opinión: ¿Qué selección llevarías al Eurobasket 2015 con vistas a los JJOO?