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Serge Ibaka: la esencia africana

  • Un camino plagado de éxitos desde sus inicios hasta la actualidad

6 de agosto de 2006, sale el sol en Durban, una importante ciudad costera encuadrada al noreste de Sudáfrica. Aquí se está disputando el campeonato africano de baloncesto sub-18, un torneo donde se espera ver a las mejores promesas del "continente negro", y donde se han reunido para la ocasión numerosos scouts y agentes provenientes de las más diversas ligas, divisiones o categorías.

En todos sus cuadernos hay subrayado en color fosforito un nombre: Serge Ibaka.

El joven de 17 años, y de imponentes condiciones físicas, está liderando a su país, la República del Congo, en la complicada misión de alzarse con una medalla. Situación difícil dada la, a priori, escasa competitividad que ofrecen los congoleños frente a las tradicionales potencias del baloncesto africano como son Angola o Nigeria, entre otras.

Ese día, el 6 de agosto, se juega la semifinal ante los nigerianos, probablemente la gran favorita según la mayoría de expertos. El combinado congoleño sufre una sonrojante derrota, 57-87, que aún provoca chasquidos en el alma competitiva de nuestro protagonista. A pesar de todo, Ibaka acaba siendo galardonado con el trofeo de MVP del evento merced a sus escandalosos 18.6 puntos, 13.8 rebotes y 4.4 tapones en apenas 35 minutos por partido.

Desde ese punto en adelante, ni uno solo de los presentes olvidará al chico.

Nacido en Brazzaville en 1989, la infancia de Serge es dura, muy dura, y transcurre como la de la mayoría de los chicos congoleños, condenados a un infierno prolongado donde el calvario y la aflicción que producen el hambre, la guerra y la enfermedad constituyen el pan de cada día. Incluso podríamos decir que el caso de Ibaka es algo más afortunado, si por "afortunado" entendemos no morir por desnutrición, sida, ébola, malaria, o en el mejor de los casos, ser raptado por un señor de la guerra.

Brazzaville es una permanente zona cero en los años 90, debido a las dos guerras del Congo, a menudo apodada la "Guerra Mundial Africana", que se cobra la vida de aproximadamente 4 millones de personas, y otras tantas afectadas por consecuencias derivadas del conflicto tales como la enfermedad, violaciones, éxodo forzado, etc. Es un enfrentamiento en el que llegan a participar hasta diez naciones distintas con sus respectivas e infinitas facciones y milicias. Junto al delirante y salvaje tema recurrente de la rivalidad étnica entre hutus y tutsis, se esconden otros motivos encubiertos como son el de la conquista del poder, la influencia de naciones extranjeras occidentales, y sobre todo, el interés económico que suscita un preciado recurso natural como es el coltán. La suma de los ingredientes elabora la receta perfecta para un cóctel explosivo.

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La devastadora segunda guerra del Congo

Frente al panorama, la familia de Ibaka decide que lo más aconsejable es enviar al chico con su abuela, lejos del foco de las hostilidades, a la aldea norteña de Ouesso donde pasará cuatro años. La huida le pondrá a salvo, aunque sus progenitores no tendrán tanta fortuna al morir la madre y ser detenido el padre. Escapando de aquella herida que nunca ha terminado de cerrarse, el joven congoleño se refugia en el deporte de la canasta. Una cancha, una pelota, unos aros. Es ahí donde se siente libre, donde encuentra un anhelado desasosiego. El precario estado de las pistas y la abundancia de grietas que encarnan el peligro de provocar lesiones, o botes sospechosos, es lo de menos. Lo importante siempre fue jugar.

Sus condiciones son innatas para la práctica de este deporte, y tras lo mostrado en el campeonato de Durban (y un brevísimo paso por   Francia), el club Basquet L`Hospitalet, situado en la LEB Oro, decide concederle un billete de avión para España. Es el inicio de una aventura que no tendrá retorno. El agente que le descubrió, Pere Gallego, llegaría a declarar lo siguiente sobre la joven promesa:

"He estado en doce países africanos distintos, analizando a cientos de jugadores, y jamás he visto algo así. Después de verle jugar, me di cuenta de cómo era su actitud y su personalidad. Era un luchador, un ganador, un líder. Y después de hablar con él me impresionaron su mente y su determinación. Era un trabajador duro dispuesto a llevar a cabo los sacrificios necesarios para alcanzar sus sueños".

Al pisar tierra firme le recibe con los brazos abiertos Anicet Lavodrama, otra leyenda africana de nuestro baloncesto, y que militó en diversos clubes como Ferrol, Valladolid o Joventut de Badalona. Se encargará de ser su mentor y le pondrá bajo su protección.

Ya en L`Hospitalet, y aunque no puede evitar el descenso del club catalán a la LEB plata, sus destacadas y precoces actuaciones en la cancha llaman la atención de ojeadores más importantes, situados en las altas esferas del baloncesto mundial. El general manager de los extintos Seattle Supersonics (actuales Oklahoma City Thunder), Sam Presti, siente curiosidad por el chico, ha visto algo en él, y decide seleccionarle en la posición 24 del draft de 2008.

No obstante, y aconsejado por el propio Lavodrama y otras personas de su entorno, Ibaka toma conciencia de que aún es demasiado pronto para cruzar el charco. Tal vez sea mejor probarse durante un año entero en una competición de más nivel como es la ACB, para ganar experiencia e ir puliendo su todavía feroz e indomado juego. Bajo ese razonamiento, decide aceptar una oferta del Ricoh Manresa que en principio iba a ser por tres años. El día de la presentación se le observa a medio camino entre emocionado y reflexivo:

"Jugar en la ACB es un sueño hecho realidad para mí. Pero sé que ahora tengo que trabajar para ganarme los minutos en una liga tan competitiva".

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Serge Ibaka con directivos de su nuevo club
Serge Ibaka con directivos de su nuevo club

Para la temporada siguiente, ya en la 2008/2009, todos los aficionados patrios empiezan a saber de sobra quién es Serge Ibaka, y su imponente, a la par que óptimamente estilizado físico, se pasea por todas las canchas de la geografía española impartiendo lecciones de intimidación defensiva y voracidad reboteadora. Incluso llegaría a ganar el concurso de mates ACB en septiembre, venciendo a contrincantes como Victor Claver, Pablo Aguilar y Pops Mensah-Bonsu. Para la posteridad nos regaló dos piezas de exuberancia atlética elevadas a la categoría de arte: un mate en carrera a una mano tras impulsarse desde la línea de los libres, y otro tras recoger el balón por detrás del tablero y machacarlo con contundencia. El fenómeno Ibaka comenzaba a crecer, y el run-run de un apodo se cocinaba en los murmulleos del pasional seguidor: "Air Congo, Air Congo, Air Congo…".

SuperCopa ACB Zaragoza 2008 Concurso de Mates

En el verano de 2009 tomaría la decisión más importante de su vida: su particular "sueño americano" no admitía más demora. Ibaka rescindía su contrato de tres años con Manresa y ponía rumbo a la NBA, donde formaría parte de un plantel joven pero atestado de talento: Kevin Durant, Russell Westbrook, James Harden. En la franquicia del trueno muestra chispas de albergar un potencial brutal, que para sorpresa de muchos, se desarrolla a una velocidad mayor de lo previsto. Tal es así, que su andadura rookie ayudaría al equipo a cosechar 50 victorias y ser unánimemente proclamado como la revelación del año.

El nivel de Ibaka iría subiendo enteros en proporción al nivel competitivo de los Thunder como equipo. El ala-pívot de origen congoleño pasaría de ser un físico formidable para la rotación, a principal fuerza defensiva, y finalmente, a tercera opción ofensiva del equipo como se ha visto esta pasada temporada como consecuencia de la marcha, en años anteriores, de James Harden y Kevin Martin.

Por el camino ha ido labrándose un nombre, de considerable fama, en el país de las barras y las estrellas. Los entrenadores le valoran, los jugadores le respetan, y los aficionados le adoran. Grandes iconos del universo NBA, como el vigente campeón y jefe absoluto de San Antonio, Gregg Popovich, afirmaba lo siguiente sobre el jugador:

"Creo que es una persona y un deportista especial. Nos hemos centrado demasiado en sus cualidades defensivas cuando es obvio que también sabe hacer muchas cosas en ataque".

Declaraciones cargadas de loas a las que también se sumaba el escolta argentino Emmanuel Ginobili:

"Es increíble. Cuando lees historias como esa, entiendes lo que adversidad significa realmente. La adversidad no es ir perdiendo 0-2 en unas Finales de Conferencia. La adversidad es el pasado de Ibaka".

Tampoco han faltado ciertos escarceos fruto de la intensidad con la que se emplea el hispano-congoleño en cancha (aunque encarándolo desde un punto de vista noble que no excede la línea de lo moralmente permisible). Encontronazos como el que tuvo con Stephen Jackson, él cual afirmó que "la próxima vez que le vea le daré en la boca, se está pasando, no sabe de que va esta vida". Irónico que esa frase fuera dirigida a un hombre cuyas penurias superan por mil las sufridas en el peor de los barrios marginales norteamericanos.

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Ibaka y Marc conversan (Foto: Lafargue)
Ibaka y Marc conversan (Foto: Lafargue)

Entre medias de tantas nuevas experiencias, Ibaka se dejaba seducir por los cantos de sirena provenientes de la federación española de baloncesto, que mostraba un interés mayúsculo por nacionalizarle, en un proceso arduo y dificultoso en el que tuvo que intervenir hasta el Consejo de Ministros para concederle la carta de naturaleza. En julio de 2011 el ala-pívot de Brazzaville juraba la Constitución y aparecía en el Boletín Oficial del Estado como uno más. A los pocos días, se concentraba con el combinado español para preparar los el Eurobasket de 2011. Competición en la que los nuestros cosecharon la medalla de oro aplastando en la final a la Francia de Tony Parker.

Afortunadamente para nosotros, sus contemporáneos, el dulce camino del jugador se sigue escribiendo en la actualidad. En estos momentos, a fecha septiembre de 2014 y con el Mundobasket disputándose en territorio nacional, nos estamos convirtiendo en testigos privilegiados de un "Air Congo" que, por el momento, está ofreciendo un nivel de juego espectacular en línea con el del resto del equipo.

Ibaka ya no es ese imberbe chico salido de las calles de Brazzaville que soñaba con abrirse paso en un mundo tan aterradoramente complicado como el del continente africano. Ahora estamos ante un Ibaka mucho más maduro. Fruto de una ética de trabajo envidiable alabada una y otra vez por su entrenador en Oklahoma, Scott Brooks, el ala-pívot ha ido puliendo su juego con una maestría artesanal forjada a base de sacrificio y repetición. A su privilegiada anatomía (posiblemente estemos ante uno de los atletas más impresionantes del mundo) ha unido un tiro de media distancia histéricamente efectivo, a la altura de los mejores que se pueden ver en la NBA. Incluso sigue añadiendo recursos a tan fresco repertorio como son el tiro de tres, y algún que otro movimiento al poste.

Saliendo desde el banquillo, y completando el mejor juego interior de la competición mundial junto a los hermanos Gasol y Felipe Reyes, Ibaka sorprende y aniquila a los rivales con ese salto y esa fuerza poderosa que arrancan de cuajo el espíritu del contrincante. Con Ibaka en pista somos más fieros, más sólidos, más imparables.

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Sergei Ibaka culmina una contra ante Egipto (Foto: FIBA.com)

Una muestra de lo que digo es el reciente partido de grupos disputado ante Egipto. En un choque que dominaba España a su antojo, pero en el cual se había perdido cierta chispa de intensidad y concentración, la salida de Serge resultó ser el antídoto perfecto para recuperar el ritmo y elevar las dosis de espectáculo. 18 puntos, 8 rebotes y hasta ¡6 mates! en apenas 21 minutos de juego. Demoledor. Sencillamente, transmitió la sensación de que a su lado, los egipcios parecían inocentes alevines tratando de contener a un adulto. Así comentaba el propio protagonista su actuación en el encuentro:

"Primero voy a dar las gracias a la afición por apoyarme así, me da mucha confianza en mi trabajo para el equipo. Tenía muchas ganas de jugar y muy contento de poder estar bien para el partido de mañana. Cuando juegas contra un equipo como Egipto puede pasar que pierdas concentración, pero es algo normal, nada preocupante".

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Serge Ibaka (Foto: Antonio Magán)
Serge Ibaka (Foto: Antonio Magán)
Ese es el sino de Ibaka, su papel en esta maravillosa selección. Su importancia se tornará clave conforme vayan pasando los encuentros y el desgaste por contacto se convierta en norma. Podría ser crucial en un hipotético enfrentamiento con USA al ser de los pocos jugadores españoles (tal vez el único) capaces de medirse de tú a tú, incluso superar, el espectacular poderío fisico de los americanos.

Mientras tanto, y a pesar de lo que ocurra, tenemos Ibaka para rato. Deleitémonos con este concepto de jugador único. Un extraño contraste entre salvaje impulso defensivo y depurada técnica de tiro. Y lo más importante: con la cabeza y el corazón en su sitio.

Esa es la verdadera esencia africana.

 

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Comentarios

Enhorabuena por el artículo, muestra a la perfección el aterrizaje de Ibaka en nuestra liga y en la selección. Lo único que he echado de menos es aquel segundo cuarto contra Francia en 2011 donde colocó, creo recordar, 5 tapones, quizás 6, y creo que desde entonces ningún equipo ha visto un aro tan pequeño.

Es cierto jorgesanse, se me fue totalmente el santo al cielo con lo de su debut en 2012. Ya está corregido. Gracias por el aviso y un saludo!

Deberías corregir el artículo pues Ibaka, no se nacionaliza en 2012 para los juegos sino un año antes en 2011 debutando en el Eurobasket de Lituania