Cinco años después, el UBU Tizona vuelve a la LEB Oro tras el anuncio oficial de la suspensión de la competición por parte de la LEB Plata y el ascenso del club burgalés junto a Real Murcia y Basquet Girona.
Esta es la historia de un club que debió estar en Liga Endesa y acabó jugando en Primera Nacional.
Corría el año 2011 cuando el baloncesto en Burgos centraba sus miradas en el Autocid Ford Burgos (conocido como Ford Burgos fuera de la capital burgalesa) y la afición empezaba a soñar con algo más allá de la LEB Oro. Lejos quedaba la temporada 2006/07, la primera del CB Atapuerca en esa categoría, y el equipo era ya de los favoritos al ascenso un año tras otro.
Andreu Casadevall fue la piedra sobre la que se formó aquel proyecto. El hoy director de la cantera masculina de L’Alqueria había conseguido llegar a dos finales y partía como favorito los play-off de ascenso (Iberostar Tenerife ascendió automáticamente como campeón de liga). La derrota ante Cáceres removió algo en el club y la afición. Empezó la escalada hacia la Liga Endesa.
Los tres ascensos
La temporada 2012/13, el club burgalés arrasó en la competición. Copa Príncipe, última jornada contra River Andorra y victoria para el club castellano. Primera plaza y ascenso directo. Al menos, en el campo. Porque los despachos cerraban la puerta a la máxima competición ante unos fuertes requisitos económicos. Comenzaba la historia de un desencuentro que duraría años y que sacudiría los cimientos del baloncesto español.
La siguiente temporada el club compitió bajo el nombre de CB Tizona (aunque con el mismo patrocinador) tras absorber esta entidad, con derechos federativos adquiridos de cara a la Liga Endesa. Segundo en LEB Oro, unos play-off casi impecables y un nuevo ascenso. Otro verano de expectativas, negociaciones y, al final, una temporada más en LEB Oro. Sería la última.
La 2014/15 sería el particular Last Dance del CB Tizona. Un camino de casi una década que veía sus frutos en un grupo veterano, favorito y que cumplió, por tercer año consecutivo, sus objetivos: campeón de liga y ascenso directo. Y un nuevo portazo de la ACB.
La bajada a los infiernos
El verano de 2015, la directiva del Autocid Ford Burgos tomaba una decisión tan drástica como conmocionadora: dejar de competir en el baloncesto profesional, mantener únicamente la categoría de Primera Nacional en activo y trasladar la batalla de las canchas de El Plantío a los tribunales. Fue el momento más duro para el baloncesto burgalés hasta la llegada, casi sobre la bocina, del CB Miraflores, el San Pablo Burgos, hoy en Liga Endesa. Pero esa es otra historia. Todos estos años, por cierto, el segundo entrenador de Andreu Casadevall fue Diego Epifanio, que acabaría siendo el entrenador que materializó el ascenso.
El Tizona sufrió un proceso de reconversión absoluto, dejando de lado la parte profesional y centrándose en ser un equipo de cantera. La reconstrucción vino de la mano de la misma directiva, mientras se buscaba abrir brecha en una Liga Endesa inaccesible: pleitos, reclamaciones, candidatura a la FEB por parte de Miguel Ángel Benavente, presidente del club… A la larga, la lucha del club abriría las puertas de otros clubes, como San Pablo Burgos, pero nunca podrían usar dicha lucha en su propio beneficio.
Y, mientras tanto, lejos de los focos, se comenzó a competir en Liga EBA la temporada 2016/17. Comenzaba una nueva andadura que culminaría en un segundo puesto en el grupo A y un tercero en las fases de ascenso hasta lograr plaza en la LEB Plata, con Ford en la camiseta y el patrocinio de la Universidad de Burgos.
Y, de nuevo, alzar el vuelo
Debut en LEB Plata y primeros del Grupo Oeste. Así de contundente fue la vuelta al baloncesto profesional para el UBU Tizona, que afrontaba la segunda parte de la competición con ilusiones renovadas tras un inicio de curso espectacular. Nadie en la ciudad planteaba otra cosa que la permanencia, pero a mitad de temporada se vio que el ascenso era una oportunidad real.
No todo fue tan fácil. José Luis Cubillo, entrenador del club, dejaba el club en la primera posición cuando fue sustituido por Jorge Elorduy. La destitución fue sorprendente, a pesar de encadenar tres derrotas consecutivas, pero el club la justificó en aras de la profesionalización del club de cara a lo que parecía un ascenso posible.
Elorduy continuó así con el ritmo ganador del equipo y, finalmente, tras la suspensión de la competición, el UBU Tizona volverá a competir en la segunda categoría del baloncesto español.
El futuro se llama baloncesto
Queda por ver qué pasará la temporada que viene. Cómo se jugará, cuándo, y dónde. Pero la situación del baloncesto en Burgos no deja de ser una fantasía de la que la afición no quiere despertar.
Con el San Pablo Burgos creciendo año tras año, a pesar de las dudas que plantea la próxima temporada, y el CB Tizona en LEB Oro, el momento deportivo de la ciudad es excepcional, una circunstancia que también vivirá Murcia con el ascenso del Real Murcia a LEB Oro y la presencia de UCAM Murcia en Liga Endesa.
La oportunidad es enorme para convertir una ciudad tan pequeña en población como Burgos en un referente del baloncesto nacional. El éxito del ‘proyecto Burgos’ dependerá de la respuesta económica de empresas privadas e instituciones tras la crisis de la COVID-19, el entendimiento entre dos clubes muy diferenciados y la respuesta de la afición. El camino queda abierto y el futuro parece ilusionante.
— CBT_Autocid (@CBT_Autocid) May 26, 2020