Sergio Scariolo volvió al WiZink Center con un equipo que se presupone en rodaje, que se encuentra, todavía, cogiendo ritmo en la máxima competición continental. Un equipo que hasta esta jornada, registraba un balance negativo de 1-3. Sin embargo, el técnico volvió a demostrar que el juego colectivo prevalece sobre las actuaciones individuales, sobre todo si estas se presentan de forma intermitente y espontánea.
El Real Madrid comenzó mandando en el marcador y se fue al descanso con una pequeña ventaja en el resultado (45-41). La floja defensa de los locales y el empeño coral de los de Scariolo le dio la vuelta a la situación. La Virtus viajó a Madrid siendo el ataque más pobre de la competición, con 64.7 puntos anotados de media. Salió del WiZink con 95 tantos -54 en la segunda mitad- y habiendo dejado al Madrid pasmado en su pista.
La actuación de Gabriel Deck no fue suficiente para darle la victoria al Madrid. El argentino cuajó una de sus mejores actuaciones en Euroliga con su mejor anotación y marca de valoración hasta ahora en Europa, con 28 puntos y 34 de PIR. Otros de los pocos jugadores que se ‘salvaron’ fueron Mario Hezonja, con 18 puntos en 15 minutos y Edy Tavares, con un 13-10-3. El resto de jugadores, desaparecidos –Dzanan Musa, en ocasiones, no-. Por parte del combinado italiano, Bako (16 puntos y 4 rebotes), Lundberg (18 tantos) y Teodosic (14+4) fueron los mayores artífices de la victoria.
Adam Hanga regreso tras su lesión como titular, jugando de base y teniendo que dirigir al equipo ante una zona defensiva que tampoco dio problemas exagerados. Musa y Deck hicieron su función y, sobre todo, Tavares y su impacto en la pintura fue clave para aguantar en el arranque. del encuentro.
El Bolonia jugó mejor y eso se vio en su ataque, llevando al Madrid al límite en un final de más que movido. Gran toma y daca en anotación por parte de los dos equipos que dejaba abierto el partido en los últimos instantes. Un 2+1 de Yabusele y un triple de Hezonja a falta de 14 segundos pusieron a los blancos a tan solo dos puntos (91-93). A Teodosic estas situaciones no le pillan de nuevas y dirigió para que Mickey y Cordinier pusieran la puntilla para la victoria italiana (92-95).