A mediados del pasado mes de marzo, llegaban desde el continente americano unas impactantes imágenes del homenaje que los Cleveland Cavaliers realizaban al que fuera su center durante varios años, el lituano Zydrunas Ilgauskas, en la retirada de su camiseta. En tales circunstancias, el club había realizado el habitual vídeo homenaje con los principales momentos destacados de la carrera del jugador protagonista. Nada fuera de lo normal, salvo por una cosa: la propia pista de basket donde se jugaba el partido se convertía en la pantalla sobre la que se proyectaban las imágenes.
La empresa que llevó a cabo la novedosa experiencia era Quince Imaging, la misma responsable de haber realizado un acto similar en el American Airlines Arena a principio de la temporada, para celebrar el anillo de campeón de la NBA conseguido por los Miami Heat. En esa ocasión, los alucinados espectadores podían contemplar secuencias de la serie final de su equipo contra San Antonio Spurs, especialmente, el célebre sexto partido con el triple histórico de Ray Allen. Y la misma empresa que también sorprendió a los aficionados que asistían al Jordan Brand Classic, en el Barclays Center de Nueva York.
En los casos anteriores, estamos ante lo que en el mundo anglosajón se llama 3D Projection Show o 3D Basketball Court Projection, es decir, la proyección de imágenes en 3D sobre la pista de baloncesto, que queda convertida en una enorme pantalla ante los ojos de los espectadores. Así, la denominación de "gran pantalla" aplicada al cine, queda automáticamente obsoleta y, de esta manera, se da un salto cualitativo inesperado, dejando ya anticuados los hasta ahora espectaculares videomarcadores de techo.
Los mencionados vídeos de Cleveland y Miami
Para lograr el efecto que podemos ver en los vídeos anteriores, es necesaria una infraestructura compleja y cara. La visión de imágenes sobre la pista requiere de la tecnología de vídeo de ultra alta resolución (UHDV), que actualmente alcanza resoluciones de entre 4K (3840 x 2160 píxeles) y 8K (7680 × 4320 píxeles), así como un conjunto de leds y de entre 8 y 12 proyectores de alta potencia, estratégicamente situados en las vigas del techo, de forma tal que puedan proyectarse, sobre unos elementos de referencia, los vídeos y animaciones desarrollados en un modelo de la pista en 3D en el ordenador. Es fácil imaginar, además, el potencial que esta tecnología tiene para la emisión de publicidad durante los partidos y en las pausas de los mismos (descansos y tiempos muertos).
En Europa ya se habían llevado a cabo anteriormente iniciativas parecidas, aunque menos ambiciosas y con un resultado mucho menos impactante. Un ejemplo de ello es lo que se pudo ver en el Abdi Ipekci de Estambul el 26 de enero de 2012, en un partido de Euroliga que enfrentaba al Galatasaray con el Olympiacos.
Pero el pasado martes en Francia, en el primer partido del Playoff de ascenso a ProA, la JL Bourg, el equipo de la localidad de Bourg-en-Bresse, presentaba a sus jugadores con un espectáculo de esta naturaleza, más próximo a los de Estados Unidos en su aspecto formal, que al de Turquía.
Aunque tanto el club como la empresa DSFI Group hayan sostenido que se trata del primer espectáculo de 3D Mapping en una pista de baloncesto de Europa, la afirmación no es cierta, ya que en la Final a 8 de la Euroliga Femenina de 2013, disputada en Ekaterimburgo, se proyectó lo siguiente:
Después de haber visto muchas de estos espectáculos, si tenemos que quedarnos con una presentación, elegimos la que realizó Oklahoma State University en el inicio de la temporada, ya que ideó una secuencia en el que estaban involucrados sus propios espectadores, pues se les habían repartido pulseras que interactuaban y se iluminaban en determinados momentos del show.
¿Veremos pronto algo así en la Liga Endesa? ¿Podría ser esta una solución imaginativa al descenso de espectadores en los pabellones de la ACB? Los responsables de las empresas involucradas en el desarrollo de esta tecnología defienden esta postura -como no podía ser de otra manera, claro- tal y como señalaba el director de operaciones de DSFI Group, la empresa francesa: "El evento deportivo ya no es suficiente en la actualidad para llenar un pabellón. Nosotros propondremos para el próximo martes (Nota del redactor: la entrevista es anterior al partido) mappings 3D a lo largo de toda la velada. Pequeñas secuencias animarán determinados momentos del partido. La presentación de los jugadores se hará como la que hizo Cleveland hace poco en la NBA, con fotos de jugadores. Habrá animaciones nunca vistas, más intensas y más largas, y se proyectarán durante el descanso y al final del partido, para provocar un efecto Wow".
El asunto parece atractivo, pero todavía falta un elemento clave que seguro que está en la mente de muchos lectores: ¿pero cuánto cuesta todo este tinglado? ¿Podrá un equipo de nuestra liga costearlo?
Podríamos decir que los costes no son asumibles para un evento puntual, al menos, por el momento. Uno de los responsables de la empresa estadounidense Quince Imaging, realizaba una estimación aproximada, asegurando que los clubes sólo deben alquilar el equipamiento a la empresa. Pero entre los carísimos proyectores; los cables de fibra óptica, y los servidores de datos, además de las horas de trabajo para construir el modelo 3D en el ordenador y las diversas animaciones, en torno a 500 horas para el espectáculo de Cleveland, el precio final podría rondar el millón de dólares para un espectáculo único.
Con este precio prohibitivo, la estrategia podría ir hacia dos direcciones: o bien buscar una serie de playoffs o un evento que permita reducir costes a los equipos, por utilizar el espectáculo en varias ocasiones; o buscar la implicación directa de la empresa que realiza el espectáculo, como en el caso de Francia, que presumiblemente puede obtener publicidad y nuevos contratos por su exposición en los medios de comunicación.
¿Quién creéis que será el primer club de nuestra competición que se convierta en pionero y aplique esta tecnología para deleitar a sus aficionados, convirtiendo su pista en la megapantalla ideal? ¿Lo veremos pronto por aquí?