
Anotó la primera Fabian Causeur tras un tremendo tapón de Tavares a Granger. Sin embargo, era Baskonia el claro dominador en los primeros compases, ahogando al Real Madrid en las líneas de pase y no dejando pensar en lado contrario. Una contra de Beaubois ponía el 6-12 tras 6 minutos de juego. Solo Tavares, desde la defensa equilibraba a un Real Madrid que no encontraba su sitio. Salió entonces Luka Doncic para cambiar el ritmo del partido. En 3 minutos y 15 segundos, anotó 7 puntos y dio dos asistencias (14 de valoración) para comandar un parcial de 12-5. Como un relámpago, el esloveno se recorría toda la cancha para poner al Madrid por delante sobre la bocina 18-17.
Beaubouis seguía campando a sus anchas y el Madrid volvía a verse superado por un sólido Baskonia. Dos triples de Luca Vildoza – grandes minutos saliendo desde el banquillo – devolvían la ventaja a los suyos (20-25) mientras en el otro aro, Felipe Reyes se batía con Poirier para mantener las distancias. Los blancos – con Doncic una vez más a la cabeza – se desquiciaban con los árbitros por el listón de las faltas en los contactos defensivos y los vitorianos aprovechaban para marcharse (26-31). Sin embargo, jugadores como Campazzo, Maciulis y un Rudy Fernández que sigue de dulce (8 puntos y 2/2 en triples en la primera mitad), tiraban de los suyos y conseguían empatar el partido al descanso (34-34).
Cinco puntos consecutivos de Timma daban el primer golpe en la reanudación. También Beaubouis, letal desde fuera, se sumaba a la fiesta para distanciar a los suyos (40-45). El Madrid se encomendaba al talento de Campazzo, que penetraba y dividía a las esquinas compulsivamente para que Causeur (11 puntos en el tercer cuarto) encendiera al Wizink Center. Por primera vez en todo el partido, parecía que era el Real Madrid quien llevaba las riendas, en parte gracias al gran trabajo de Tavares bajo aros. Después de muchos minutos de tira y afloja por parte de los dos equipos, fue Voigtmann quien desequilibró la balanza para los suyos, por la mínima (59-61).
Después de dos minutos de despropósitos constantes, fue Janning quien abrió el marcador. Baskonia volvía una vez más a salir más fuerte y dejaba al Madrid sin anotar una canasta en juego en los primeros cuarto minutos del último cuarto (61-68). El partido volvía a su tono espectacular: si Carroll clavaba un triplazo sin espacios, enfrente respondía Vildoza en el que fue, probablemente, su partido más serio de la temporada (64-72). Entraba en escena Pablo Laso con una zona 2-3 que desequilibró el partido. El Madrid volvió a carburar y gracias a los tiros libres conseguía empatar a 73 a 1:20 para el final. Después de una serie terrible de errores por parte de ambos equipos, con 13 segundos, el balón fue a parar a manos de Doncic que, inteligentemente se la sirvió a Rudy Fernández. Finta de tiro, un bote lateral y game-winner. El balear, en su mejor momento en años, revienta un partido que su equipo tuvo muerto durante muchos minutos. Por su parte, Baskonia no anotó una canasta en juego en los últimos 5:10 de partido (un tiro libre de Beaubouis) y volvió a dejar escapar la victoria de Madrid una vez más.
ICE-COLD @rudy5fernandez wins it at the end#7DAYSMagicMoment pic.twitter.com/TOZndM1T4B
— EuroLeague (@EuroLeague) 17 de enero de 2018

Baskonia acabó cediendo después de tener el control durante todo el partido. Los vitorianos fueron superiores durante gran parte del partido y pudieron romperlo en algún tramo, último cuarto inclusive (61-68). Un partido correcto de Granger y una gran sorpresa del argentino Vildoza desde el banco bastaron para que las riendas estuvieran en manos de los de Pedro Martínez. Sin embargo, cuando mejor estaban las cosas para ellos, sufrieron una desconexión por las alternancias en defensa del Madrid y no volvieron a ver aro, a pesar de contar con hasta 4 rebotes ofensivos en el último minuto, de los que debieron sacar algo más.
El efecto Pablo Laso. No fue un partido fácil para ninguno de los dos entrenadores. Un encuentro en el que los árbitros pusieron el listón muy alto en cuanto a la señalización de faltas en contactos, cosa que desquició a unos y a otros durante diferentes tramos del encuentro. Pero, yendo por debajo en el marcador, dos decisiones de Laso pudieron salvar al Real Madrid. La primera y menos evidente fue sentar a Luka Doncic nada más comenzar el segundo cuarto. A pesar de que el esloveno había vuelto a dar un recital en apenas 3 minutos del primer periodo, Laso fue consciente de que Luka había vuelto a desconectarse del partido y no dudó. Banquillo y a esperar el momento.
La segunda fue esa zona 2-3 que puso en el último periodo con 7 abajo en el marcador. Baskonia estaba teniendo un porcentaje de triples correcto (11/23) y, a pesar de ello, el plan salió a la perfección. Dos ataques seguidos sin acierto de los vitorianos provocaron un tiempo muerto de Martínez para remediar la situación. Cual fue la sorpresa cuando, en la reanudación, Laso había ordenado quitar la zona. Baskonia no volvió a encontrar sus ideas.
Rudy Fernández, el oficio como profesión. Está viviendo su mejor momento baloncestístico en años y hoy puso la guinda con una canasta ganadora. Más allá de eso, que será con lo que se quede todo el mundo, el trabajo de Rudy en las ayudas, su fuerza por coger cada rebote y, sobre todo, la facilidad que tiene para entender lo mejor en cada momento (decidió no tirar de tres en la canasta final, a pesar de que está acertado. Asegurando desde más cerca) es lo que le ha vuelto a convertir en uno de los imprescindibles de este equipo.


