Pívot bajo, 2.03 y 23 años, muy atlético, tremendamente espectacular. Muy activo en defensa; su ataque, más limitado, aunque es muy difícil de parar cuando está en buena disposición de asegurar los dos puntos…preferiblemente con un mate y a ser posible, haciendo temblar el soporte. Patrón de jugador ideal para la Serie A.
El New Basket Brindisi ha sido uno de los equipos que se ha movido más rápido en un mercado italiano muy vertiginoso hasta la fecha. Hace dos temporadas descendió a Legadue y la llegada de Jonathan Gibson -más la aportación de un buen grupo donde destacaban Renfroe o Borovnjak -les aupó a conseguir el billete de vuelta. Este verano están haciendo los deberes. Se han asegurado la renovación de Jonathan Gibson -aunque se guarda una opción de vuelta a la NBA-, le han buscado un buen backup en Robert Fulz; han reforzado el lanzamiento exterior con Jeff Viggiano y han contratado a una pareja interior interesante: Antywane Robinson (2.03 y 12 puntos, 6 rebotes y 1 tapón en el Erdemir turco) y Jerai Grant.
"Adoro los canguros y los koalas".
Aunque suene a broma, este amor por estos simpáticos representantes de la fauna de Oceanía tuvo un peso importante en el hecho de que optara por la liga australiana. Jerai Grant reconocía en una entrevista al diario The Telegraph que había contado con suculentas ofertas en Europa que había rechazado por probar la aventura aussie en los Sidney Kings. Fue una apuesta valiente ya que sólo hacia menos de dos meses que había nacido su retoño y la posibilidad de la NBA rondaba por su mente a pesar del lockout. El huracán Irene se encargó de alargar hasta 21 horas el vuelo Washington DC-Sidney, pero el jugador llegó a Australia con buen semblante pese a ser un recién estrenado padre. No tuvo problemas de daptación y se integró rápidamente en el way of life. Cuando propietarios y sindicatos acordaron el fin de las hostilidades, este ala-pívot formado en Clemson decidió quedarse en Sidney. Más cuando su mujer, Jessica, se enamoró de su nuevo hogar.
Como decíamos, la temporada pasada la disputó entera con los Sidney Kings,entrenados por el ex de los T-Wolves y Spurs, Shane Heal. En su año rookie promedió 12 puntos, 8 rebotes y 1.4 tapones. Más allá de unos buenos números, su impacto fue reconocido no sólo por los aficionados de los Kings sino por los medios especializados.
-¿Y por qué hablamos de este desconcocido?- deben preguntarse nuestros lectores.
Empezamos por el tío. Basketball-reference, uno de los mejores contribuyentes a enriquecer el baloncesto nos dice que sólo ha habido tres jugadores en la NBA (y uno en la NBDL) llamados Horace. No hace falta más pistas. Ni para los que empezaron a degustar el baloncesto NBA a mediados de los 80 ni para los que se engancharon con la sociedad Bryant-O’Neal. Los primeros recordaran al tercer jugador más conocido de los Bulls, tras Jordan y Pippen, también tercero en el ranking de jugadores con gafas protectoras, después de los laguneros Abdul Jabbar y James Worthy. Ala pívot sobrio, productivo en ataque y muy sólido en defesa, clave en los tres primeros anillos de los Bulls que decidió tener más protagonismo en unos Magic -como lo hiciera su predecesor Oakley con los Knicks– que rozaron el éxito con O’Neal y Hardaway com abanderados. Conseguiría un cuarto anillo con los Lakers,siendo todavía un jugador importante para O’Neal y Bryant. Por cierto, jugador formado en Clemson, como su sobrino.
Como Harvey, por nombre, tan sólo nos salen 4 jugadores, Nos referimos ahora al padre. Tal vez menos conocido en el terreno profesional que su gemelo Horace, pero con un impacto mayor en el baloncesto universitario. Fue miembro de aquellos Oklahoma Sooners -aunque había estado un curso en Clemson con su hermano- que hubieran ganado el el título universitario del 88 de no ser por un enorme Danny Manning (Kansas), jugador de otra galaxia en aquellos ámbitos. Grant formaba con Stacey King la mejor pareja de interiores de la liga universitaria y el tercero en discordia fue Mookie Blaylock, quien haría más carrera en la NBA que sus rutilantes compañeros. Grant, 2.06, jugó sus primeros años en los Washington Bullets, acompañandoa Pervis Ellison en el juego interior, y llegó a ganar el trofeo al jugador con mayor progresión después de doblar su producción anotadora y (casi) reboteadora en su tercer año como pross. Jugador con más talento ofensivo que su hermano aunque padecía del síndrome de ‘manos blandas’. Jugó varias temporadas en unos Trail Blazers en plena reconstrucción, pero su producción fue decreciendo hasta retirarse en los Sixers a los 33 años.
Con este ADN, aunque con otro tipo de juego, mucho más explosivo, y con algún centímetro de menos, Jerai Grant debe confirmar la importante apuesta hecha por un club que tiene como objetivo asegurar la permanencia.