Tras ser uno de los jugadores más destacados de la Mountain West conference durante su último año universitario Sanders se enfrentó a una disyuntiva decisiva en la vida de un joven de 21 años… debía emigrar a un nuevo continente para trabajar en lo que realmente sabía hacer. Tenía la clase y la capacidad atlética suficiente para vivir del Baloncesto a cualquier nivel, pero la NBA lo había desterrado y no lo había acogido como a un hijo. ¿Por qué? Quizás fue una cuestión de mala suerte, ya que otros jugadores con similares o peores perspectivas ha acabado asentándose con un gran contrato, minutos en cancha e incluso algún que otro anillo… pero lo más seguro es que todo se debiera a una simple cuestión de tamaño.
El brasileño Rafael “Baby” Araujo es un caso paralelo en el tiempo al de Aerick pero con una trayectoria muy diferente. El pívot brasileño jugó en la misma conferencia que Sanders con los Cougars de Brigham Young en los dos últimos años de su carrera y las actuaciones defensivas más recordadas del hombre del que trata esta historia llegaron en sus enfrentamientos directos. Por ejemplo la diferencia de tamaño no se notó el 12 de enero de 2004 y Aerick fue capaz de dejar en la peor anotación de lo que llevaba de temporadan a Araujo, que estuvo una mitad entera sin anotar.
La diferencia entre sus números de senior era mínima, echemos un vistazo:
Sanders: 16,1 puntos, 9,8 rebotes, 1,0 asistencias.
Araujo: 18,2 puntos, 10 rebotes, 1,2 asistencias
Sin embargo, “Baby” medía 2,10 y Sanders dos metros reales, los scouts se fijaron en el brasileño, un tipo del que los números decían que podía jugar de pívot y olvidaron en el fondo de sus maletines el informe de Sanders.
Aún así, y tras no conseguir el ansiado sitio tras la Liga de Verano de Long Beach, Aerick hizo su equipaje y partió hacia Izmir, Turquía. Allí tuvo la oportunidad de disputar una competición Europea como la FIBA Europe League, y demostró de lo que era capaz promediando un doble doble (14,1 puntos y 10,1 rebotes) tras disputar 15 partidos.
Tras brillar de esta manera en territorio entre Europa y Asia, el jugador volvió a su país. Ésta era su ocasión de demostrar a la NBA que estaban equivocados, y para intentarlo convenció a los Heat para que le hicieran un hueco en su plantilla. Sin embargo, las mejores palabras de os entrenadores y ojeadores no eran suficientes: “Nos gusta, es un tío barato que puede darnos entrenamientos de calidad y quizás minutos como duodécimo a décimotercer hombre“… una evaluación demasiado pobre para encontrar trabajo estable en la NBA.
Con esta perspectiva, Sanders hizo de nuevo su equipaje y se volvió al Baloncesto FIBA. “De alguna manera, jugar allí es como estar exiliado, pero no tengo ningún problema, la experiencia del año pasado me convirtió en una persona más lista“, decía con la vista puesta en una nueva ciudad Europea por forma de vida y asiática por ubicación: Tel Aviv, donde el Hapoel se interesó por él, aunque la oferta no se llegó a concretar y en Octubre estaba sin equipo.
Mientras tanto, en Huelva, la vida transcurría ajena al pasado y los problemas de Aerick Sanders. Cuando lo intentaban todo para poder disfrutar un año más del juego del orondo John Williams sometiéndolo a un estricto control en la báscula el jugador llegó al límite y fue cortado. El inicio de la temporada se acercaba peligrosamente ya la misma noche que Williams fue cortado llegaban dos refuerzos interiores: Isma Torres y Aerick Sanders.
En la liga LEB Sanders demostró de nuevo sus mejores cualidades. La comparación con Ugonna Onyekwe, que el año anterior había hecho las delicias del público onubense fue inevitable, pero Aerick se ganaba el respeto y la admiración de la afición jornada a jornada. De nuevo se acercó al doble doble de promedio y dio lo mejor de si mismo en los partidos más importantes: el playoff de descenso contra el Aguas de Calpe, tres partidos en los que firmó 17+11, 16+11 y 30+8 en el partido definitivo, explosión final para acabar con 37 de valoración.
Aceptó el reto y se enroló en la escuadra entrenada por Enric Girard. Ahora es titular y el tercer jugador que más minutos disputa en cada partido. Definitivamente, ha conseguido hacer buenos números sin dejar de ayudar en esas labores oscuras que no se contabilizan. “Se que tengo que manejar los números“, se resigna Sanders. En Francia se acerca peligrosamente al doble doble en cada partido, y de nuevo ha empezado a dar lo mejor de sí mismo cuando realmente se juegan cosas importantes, por ejemplo su mejor pareja de partidos consecutivos en Uleb Cup ha coincidido con la eliminatoria a ida y vuelta de los octavos de final, en la que derrotaron a los galos del Nancy.
A partir de hoy, les espera el Lietuvos Rytas. Sabiendo que probablemente de su éxito en la Uleb Cup dependan parte de sus opciones de llegar a la NBA de una vez por todas… de nuevo llega la hora de Aerick Sanders, un jugador que ahora sí sabe donde están la mayoría de capitales europeas.