El partido definitivo de las Finales de la Eurocup ha traído consigo un premio especial. El premio a un jugador especial que ha basado su éxito en el trabajo; el premio a un fenómeno que encontró la manera de brillar desde la sombra.
Alberto Díaz es un jugador hecho a sí mismo, construido sobre una constante que describió a las mil maravillas Steve Nash “La verdadera prueba del carácter de un hombre es lo que hace cuando nadie le está observando”. Y, desde esa máxima, Alberto Díaz ha fraguado un jugador de baloncesto con un carácter y un alma especiales, que le han convertido en una pieza fundamental del Unicaja campeón.
El joven canterano ha ido ganando en importancia progresivamente, en silencio, permitiendo que fuesen otros los que se llevaban los méritos. Él, mientras, se encargaba de ganarse el corazón del Carpena, su incansable trabajo defensivo, su coraje y valentía han conseguido enfervorecer, una y mil veces, a la Marea Verde.
Desde su debut, Alberto ha mejorado en todas las facetas de su juego, a su espíritu de perro de presa, su instinto y velocidad de manos en defensa, el base ha ido sumando otras muchas virtudes; su lectura de juego es notablemente mejor, ha afianzado su toma de decisiones y además su acierto de cara al aro ha aumentado considerablemente. Su progresión no frena, y sigue sumando habilidades a la lista.
La mejora en sus cualidades le han hecho ganarse un puesto fijo en el juego del Unicaja, y Joan Plaza ha jugado un papel fundamental en ello. El entrenador catalán le ha dado confianza ciega y le ha procurado escenarios en los que poder crecer y mejorar, y Alberto ha respondido a su confianza siempre.
Su seguridad en el juego transmite confianza al resto, su coraje contagia a sus compañeros y a sus aficionados, su desparpajo asombra a rivales y su confianza le ha convertido, a sus 22 años, en uno de los jugadores más determinantes del Unicaja campeón de la Eurocup. Que se dice pronto.
El futuro se abre ante Alberto Díaz, se ha encargado de derribar todas las puertas que le han puesto por delante, y su nombre ya se vincula con la Selección Española de Baloncesto. Sus 3 partidos en la final de la Eurocup han sido brillantes, se ha convertido en el alma de los verdes y en el generador de todo lo positivo de los de Joan Plaza.
El premio de MVP es el primer gran reconocimiento a su figura, pero viendo crecer a Alberto, es difícil pensar que vaya a ser el último.
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