Aumento de ritmo
Con Pepe Sánchez (el base titular) sobre la cancha, el reloj de 24 segundos pierde sentido para esta nueva selección argentina. El ritmo que se impone es frenético, y Pepe dirige la orquesta albiceleste a toda velocidad, las posesiones son muy cortas y la calidad del quinteto permite encontrar rápidamente una buena opción de tiro.
Compañeros inseparables
Luis Scola por fin cuenta con el base que le surte balones durante toda la temporada, Pablo Prigioni. El segundo base de la selección es el contrapunto a la cara veloz de Sánchez y el encargado de llevar la manija del juego en estático de la selección, jugadas que buscan meter el balón en la zona con pases diagonales a los pívots y liberar a los aleros para ametrallar el aro desde la esquina son la especialidad de la casa además de, por supuesto, el bloqueo y continuación.
Sólo es un torneo de preparación, pero el carácter ganador de los argentinos ya ha aflorado en Madrid. Protestas, enfados, balones al aire y gestos de rabia fueron reacciones de los argentinos durante el ajustado final del partido. Carlos Delfino, el Chapu Nocioni y Manu Ginobili llevaron en volandas a su selección para igualar un partido que estaba complicado y demostraron que los campeones olímpicos todavía tienen hambre.
La industria pesada
Tanto lituanos como argentinos plantearon minutos de juego con gente muy alta en los quintetos. Un equipo con Carlos Delfino y Walter Herrmann en las alas y el ‘Colorado’ Wolkowisky junto a Oberto en la pintura fue el más voluminoso de los sudamericanos, pero Lituania no se quedaba atrás con Jasaitis como escolta y un dúo interior formado por Javtokas y Ksistov Lavrinovic -el bueno de los dos gemelos-.
La zona lituana, infranqueable
En el apartado anterior hablábamos del poderío interior lituano, y este factor fue clave en la defensa zonal 2-3 impuesta por Antanas Sireika que dejó a los argentinos bloqueados durante buena parte del partido. Javtokas como center asegura intimidación que disuada a posibles kamikaces de entrar en la zona, mientras que un Lavrinovic que en ocasiones estaba un poco dormido consigue por momentos inutilizar uno de los flancos del ataque rival. Esto unido a la rapidez del base y de Jasaitis en la parte de arriba y a la atención colectiva a todas las líneas de pase hacen de esta defensa un obstáculo temible.
Tras las dudas acerca de su participación en el Mundobasket, el Baloncesto está de enhorabuena porque por fin hemos vuelto a ver al gran jugador que temíamos haber perdido alguna vez en América. A pesar de acusar su falta de ritmo tras un año sin contar en los Hornets, ‘Mache’ sacó lo mejor de si mismo en los primeros cinco minutos del tercer cuarto, anotando 12 puntos de manera consecutiva y convirtiéndose en la principal referencia de su selección. La parte mala es que le encomendaron el tiro final y no pudo llegar ni a lanzar.
Delfino, protagonista
Viendo jugar a Carlos Delfino se hace evidente por qué el Barça y otros equipos europeos quieren pujar fuerte por su fichaje. Capacidad para robar el balón y culminar el contraataque con un potente mate, acierto en los tiros de tres, poderío reboteador… cualidades que hacen perdonables otros defectos -como cierta tendencia a no ver a compañeros en mejor posición- y que sitúan a Delfino como el primer recambio en la rotación exterior argentina.
Su nombre suena menos que el de otros compañeros, pero Darius Songaila y Linas Kleiza son dos pesazo de jugadores que tienen bastante importancia ne esta selección, Kleiza ha sido titular y en los primeros minutos ha lelvado el peso ofenivo de su selección , mientras que Songaila ha asumido a la perfección el rol de primer recambio interior y con su versatilidad ofensiva y repertorio de ganchos ha dañado la muralla albiceleste. Faltan Siskauskas, Saras y Kaukenas, pero los que ganan protagonismo con su ausencia no son mancos.
Scola, a tu ataque sólo le falta esto
Fue el primero en salir a la cancha, junto con un miembro del cuerpo técnico argentino, y comenzó a practicar una suerte que podría convertirlo en mejor jugador –sí, aún mejor-. Scola recorrió todo el perímetro lanzando tiros desde 5 o 6 metros y consiguiendo unos porcentajes muy altos. Si Scola consigue añadir este arma a su repertorio –el año pasado ya mejoró mucho su tiro, pero no desde tan lejos-, el capitán del TAU se convertirá en un jugador prácticamente imparable en ataque.