Invicto en el Palacio de los Deportes en competición europea desde el abril del año pasado, el Madrid recibe mañana al Olympiacos en un duelo con tintes épicos. Los blancos disfrutan de un derecho, el de poder decidir quién viaja hasta Milán en casa, ganado a pulso después de un trayecto en la Euroliga prácticamente inmaculado. Pero el pasado no marca el futuro. Después de conseguir dos claras victorias en casa ante el conjunto griego la serie vuelve a Madrid con sensaciones opuestas. Por un lado, el vigente campeón llega lleno de confianza y, por el otro, la gran apuesta de técnicos y aficionados lo hace con deberes pendientes.
“Hemos tratado de superarles individualmente, pero no ha sido posible” declaraba Pablo Laso una vez finalizado el cuarto partido en el Pabellón de la Paz y la Amistad. “Los jugadores hacen el equipo, pero no pueden ganar títulos solos. Olympiacos ha jugado como un equipo” añadía el técnico vasco, mostrando públicamente las debilidades del Madrid en el último enfrentamiento, que bien podrían valer para explicar las diferencias entre ambos conjuntos en el anterior encuentro, jugado también en Grecia. El Olympiacos estaba contra las cuerdas y allí es donde más cómodo se encuentra el equipo del Pireo, apretando desde atrás, bloqueando al rival, obligándole a practicar un juego desconocido, forzando pérdidas. Llevándolo a su terreno. Y el Madrid cayó en la trampa.
Pero toda trampa tiene su escape. Como si de la caja de un mago se tratase, echamos un ojo al baúl de los recuerdos para descubrir el pasado reciente del Real Madrid en la Euroliga, buscando precedentes de los blancos en las series de Playoffs de la competición continental.
A primera vista destaca el hecho que desde que la Euroliga adoptó el formato actual hace 13 años, en la temporada 2000/01, el Madrid ha alcanzado la Final Four en dos ocasiones: en Barcelona (2010/11) y en Londres (2012/13); y en otras cuatro participaciones ha frenado su andadura en los playoffs. Luego, para encontrar los casos más parecidos a la eliminatoria actual debemos retroceder hasta la temporada 2008/09 cuando el conjunto entrenado por Plaza se las vió contra el mismo rival, el Olympiacos. De aquel playoff, que el Madrid afrontó con el factor pista en contra y que acabó perdiendo por 3-1, se acordarán Mirotic, Reyes, Llull y Bourousis. El primero fue convocado en todos los partidos pero no jugó; el capitán blanco y el escolta balear sí estuvieron en pista, con una mayor incidencia del jugador interior; mientras el pívot griego defendía en aquellos tiempos los intereses del Olympiacos. Precisamente fue Bourousis el mejor jugador del cuarto y decisivo partido.
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Si buscamos precedentes en los que el Madrid haya llegado a los playoffs de la Euroliga con pista a favor, los resultados son optimistas para el cuadro de la capital. Dos veces han alcanzado dicha fase con el hipotético quinto partido en casa y en las dos ocasiones la han superado. La primera fue ante el Valencia de Pesic (2010/11) en la que cedieron una derrota en la Caja Mágica y requirieron del decisivo quinto choque; la segunda tuvo lugar la temporada pasada delante del Maccabi, solventada con un contundente 3-0, ganando los dos primeros en el Palacio de los Deportes y llevándose el tercero en la Mano de Elías. Sin necesidad de alargar la serie.
A punto de cerrar el baúl, otro repaso estadístico que nos acerca un poco más a la puerta de escape que busca el Madrid. Contundente. En las nueve ocasiones en las que un equipo ha empezado la serie de playoff con un 2-0, ganando los primeros dos partidos en su casa, éste ha alcanzado la Final Four. Eso sí, solo Olympiacos, el rival de los blancos, ha necesitado un quinto partido de desempate. Fue en la anterior campaña, contra Efes, paso previo a la consecución del segundo título consecutivo.
Más allá de las estadísticas y los precedentes, es evidente que el Madrid deberá mejorar si quiere superar a su rival. En los dos primeros partidos los blancos fueron superiores, pero tanto el lunes como el miércoles se vieron acaparados por la intensidad griega que forzó malas decisiones de los jugadores del Madrid. "Equipo y compañerismo, más que el valor individual de cada jugador". Esto es lo que espera Pablo Laso de los suyos y a lo que apela para llegar a la tan ansiada Final Four. "Debemos mejorar muchas cosas, como recuperar la energía que nos dejamos en casa", apunta Llull.