Málaga brilló. Sí, no sólo Unicaja, si no Málaga, como en aquellas tardes de gloria que Unicaja no dudó en recordar para calentar el ambiente de este partido contra Maccabi. Era algo más que un partido: era un mensaje, directo y claro, a la Euroliga, con protesta incluida de la afición. Por el camino, se cobraron una víctima, un Maccabi que queda herido de muerte y ve más de cerca la Eurocup que el Top 16. Will Thomas fue el héroe local, con un último cuarto excelso, donde anotó 11 puntos, y se marchó con 20 tantos y 24 de valoración. No estuvo solo: Nedovic brilló en el primer tiempo, Markovic controló el ritmo y Hendrix dominó en la zona (otro a destacar con 11 puntos y 12 rebotes). Maccabi fue un juguete roto a manos de los de Plaza, y se hunden en esta Euroliga, tras perder por 82 a 68.

Málaga rugía antes de iniciarse el encuentro con el himno de la Euroliga, muy pitado por su afición que también mostraba diversas pancartas contra Bertomeu y la Euroliga, a la vez que los leds que adornan el pabellón mostraban los distintos logros del club malagueño. Y serviría ese empuje inicial para que los pupilos de Plaza fueran a por todas de inicio.

Más activos que en jornadas anteriores, aunque no demasiado acertados de inicio, Unicaja abría el marcador con canasta de Kuzminskas. Maccabi presionaba a todo campo desde el primer minuto, y la igualdad se adueñaba del marcador, con empate a cinco en los primeros dos minutos de juego. Farmar era el nombre propio en este inicio de encuentro, con dos triples, pero los pupilos de Plaza no se amedrentaban y también anotaban desde el perímetro, manteniendo la igualdad.

Si Maccabi anotaba, Unicaja respondía sin demora, y si Farmar asumía el mando en un lado, Kuzminskas lo hacía en el otro. El conjunto malagueño lograba mantenerse con ventaja en el marcador gracias a una gran defensa, hasta que un dos más uno de Rochestie que volvía a igualar el partido a menos de cinco minutos para el final del primer cuarto.

Unicaja mostraba su mejor versión defensiva, pero no estaba nada acertado en ataque, evitando que la diferencia malagueña aumentara. La falta de acierto, unido a un desastroso porcentaje en el tiro libre, mantenían a Maccabi con vida, a pesar de no ver aro. Los de Plaza sólo necesitaban dar un paso más en ataque para noquear al Maccabi, y Nedovic se ocuparía de ello para colocar el 23 a 15 a falta de 1:20 para el final del primer cuarto. Maccabi intentaría reaccionar, con cinco puntos consecutivos, pero Nedovic, esta vez desde el perímetro, anotaría para colocar el 26 a 20 con el que finalizaría el primer cuarto.

Sería precisamente el tiro libre, suplicio malagueño en el comienzo de partido, el que abriría brecha, gracias a que Suárez logró sacar una falta al lanzar de tres. Nedovic era demasiado para el Maccabi, que veía cómo una marea verde les pasaba por encima, con una canasta que lograba Dani Diez tras rebote ofensivo, colocando a Unicaja con 13 de ventaja. El Carpena aprovechaba el momento para cantar “Málaga es de Euroliga”, y Nedovic, desatado, anotaba de nuevo desde el perímetro.

La síntonía era única, perfecta, adecuada al momento y al lugar, con el todo y nada ara el conjunto que dirige Tabak. Si faltaba algo, era que lo diesen todo en defensa, y lo hicieron, con Nedovic colocando un espectacular tapón a tabla al que seguiría otro de Hendrix. Maccabi no lograba anotar en cinco minutos, y Unicaja sólo tenía que hacer su trabajo para seguir aumentando la diferencia. La veintena de puntos la superaba Jackson, con un triple, el quinto de Unicaja, y la ansiedad de apoderaba de Maccabi, que aun teniendo posiciones cómodas de tiro no conseguía anotar.

Farmar sería el encargado de cortar el parcial, que era de 17 a 0, y sumar los dos primeros puntos de Maccabi en el segundo cuarto cuando restaban algo menos de cuatro minutos para el descanso. El poderío interior de Hendrix se hizo patente en defensa, donde hacía la vida imposible a Maccabi, que intentaba sin mucho éxito subir la velocidad del choque.

La diferencia, situaba entorno a los veinte puntos, era un escollo para Maccabi, donde sólo asumía galones Landesberg, con cierto éxito, pues lograron, tras una decisión arbitral muy extraña – Unicaja tenía el balón, uno de los colegiados paró el encuentro, y asumiendo su error, pitó lucha y balón para Macabi – lograron cerrar el marcador al descanso con 48 a 31 para Unicaja.

Kuzminskas abría el marcador tras el descanso con un gancho al poste bajo, al que seguiría un triple de Suárez para volver a superar los 20 puntos de diferencia. Maccabi seguía sin tener las ideas claras en ataque, aunque estaban algo más centrados en defensa. Aún así, la ventaja malagueña aumentaba a poco que el equipo de Plaza subía la intensidad, y con Kuzminskas pletórico, colocaban el 59 a 34 en el marcador a falta de 6:16.

La desconcentración de Maccabi era total, llegando a no saber cuánto les restaba de posesión tras un tiempo muerto. Devin Smith era el único con ganas de remontar el encuentro, siendo el único ofrecía soluciones a su equipo desde el perímetro, llegando a recortar la diferencia hasta los 18 puntos. A Unicaja le faltaba fluidez en ataque, con Maccabi despertando de un letargo que había durado casi tres cuartos.

Maccabi se colocaba en zona para buscar recortar aún más la diferencia, pero un ataque con paciencia y con sentido de Unicaja, que desembocaba en un tiro cómodo de Thomas volvía a dar aire al conjunto de Plaza, que necesitaba dar algo más para confirmar la victoria. Farmar y Rochestie asumían responsabilidades, y Maccabi se colocaba a sólo 14 puntos para el último cuarto, 63 a 49.

Unicaja sólo necesitó dar un mejor nivel en defensa para volver al buen camino. Intensos y sin dar un balón por perdido, Maccabi tiraba de uno contra uno para intentar entrar en el partido, mientras que Unicaja alimentaba a Hendrix con el pick'n'roll. Pnini volvería, con un triple, a colocar a los suyos a 13 puntos, y Devin Smith, con otro triple, sembraría la duda en Unicaja. Con el partido en sólo 10 puntos, Plaza solicitaba tiempo muerto.

Mbakwe recortaría la diferencia hasta los nueve puntos, la diferencia oscilaría algunas posesiones, hasta que Landesberg, con otro triple, colocaba el partido en ocho puntos. Mas apareció el de siempre, Will Thomas, para dejar muy tocado a Maccabi tras anotar un magnífico fade away. Suyos serían los siguientes dos puntos, que permitían al conjunto de Plaza respirar aliviados.

¿Más madera? Sin problema. No diga clutch, diga Will Thomas. El americano, dueño y señor del último cuarto, anotó un triple, su punto número 18, que hizo estallar a la afición malagueña que abarrotaba el Martín Carpena. Con 78 a 63 en el electrónico, todo parecía visto para sentencia, y Málaga era una fiesta. El cántico de “Málaga es de Euroliga” se repetía, mientras Will Thomas anotaba, de nuevo, un fade away. Plaza le daría un merecido descanso, y se marcharía al banquillo a grito de MVP.

No había más historia, salvo la de maquillar el resultado para el Maccabi, o seguir aumentando la renta para Unicaja. Con un partido donde el equipo de Plaza brilló en defensa, asfixió a Maccabi y lo sentenció de muerte en esta Euroleague, se despedía el partido con 82 a 68 y pitada al himno, pase al Top 16 matemático y un mensaje claro: Málaga es de Euroliga.

youtube://v/toHVzPbHgRQ