El CSKA será el rival del Maccabi Tel Aviv en la final de la máxima competición europea, tras batir al Winterthur FC Barcelona, con un engañoso resultado de 75-84, en un partido en el que el trío arbitral castigó con excesiva dureza al equipo del Palau. El equipo moscovita logra romper el “maleficio” que le perseguía en las últimas Final Four, curiosamente contra el equipo que lo inició en el año 2003.

Los moscovitas no cayeron en vicios pasados, y está vez si que fueron capaces de controlar la ansiedad y la presión, algo con lo que el Barcelona no pudo, ya que después de 27 minutos llevando la iniciativa en el luminoso, con rentas que llegaron hasta los trece puntos, se vinieron abajo, en parte por la desconcentración causada en los jugadores blaugrana por los árbitros, algo que afectó también a Dusko Ivanovic, que en los segundos finales se negó a jugar con cinco hombres, y que en rueda de prensa cargó contra los árbitros, cuya actuación la considera como “una lástima para el baloncesto”.

Gregor Fucka habla de los árbitros en términos más apocalípticos, diciendo que para él lo acontecido está noche en el Sazka Arena es “un escándalo”. Sentimiento generalizado en toda la expedición blaugrana, que se sienten “impotentes”. Algunos como Kakiouzis habla del CSKA como un equipo que “no se dedicó a jugar al baloncesto, sino que básicamente se dedicaron a practicar su tiro de tres”.

El CSKA llevó a su terreno el inicio del partido, a la defensa, pero curiosamente no le salió bien, ya que a pesar de que el Barça no conseguía anotar con fluidez, los moscovitas tenían más problemas para ver el aro. Prueba de ello es que tuvieron que pasar casi cinco minutos para que Smodis inaugurara el marcador del equipo de la armada. Pero Messina se guardaba un as en la manga, un as, sobradamente conocido por todos, Theodoros Papaloukas, que fue el héroe del CSKA, y del que Dusko Ivanovic dice que “ha demostrado que es un jugador capaz de levantar a un equipo”.

Un Messina que se mostraba enfadado en rueda de prensa con el técnico montenegrino, ya que considera que no respetó a su equipo y al que dice que “tiene que respetar más a los ganadores y a los perdedores”. Messina cree que en Barcelona han cambiado al Dusko Ivanovic del Tau, que desde el primer balón en juego “hablaba de complot contra su equipo”.

Hasta el tercer cuarto, el equipo de Ivanovic llevaba el partido con comodidad, rondando ventajas de 7-8 puntos durante la amplia mayoría del mismo, pero entonces es cuando todos los elementos se conjuraron en contra del Barcelona.

Una técnica que cambia el devenir del partido

El Barcelona ganaba por ocho puntos transcurrido el ecuador del tercer cuarto cuando Fucka comete una falta, y le es señalada una técnica que supuso un claro punto de inflexión. Parcial de 0-11, que mete al CSKA en el partido, y que saca a los catalanes del mismo. A partir de ahí el CSKA supo controlar el partido en todo momento, gracias al buen hacer del backcourt del CSKA con Theos Papaloukas y JR Holden, un hombre acostumbrado a jugar a un gran nivel en las Final Four, que anotó 5 de los 7 triples que intento, y los buenos minutos ofrecidos en la parte final por el esloveno Matjaz Smodis.

A partir de aquí, todo quedó en manos de un Williams que al final del partido se dirigía a la grada mostrándose orgulloso de vestir la elástica blaugrana. Williams fue capaz de lo mejor y de lo peor, capaz de anotar importantes triples y un 2+1 en la recta final, pero también de cometer errores en momentos clave.