Los catalanes recibían a un rival que en la ida les ganó por 16 puntos y sin uno de sus mejores jugadores (De Colo). El CSKA venía a Barcelona oliendo la sangre, y no lo desaprovecharía.

HUMILLACIÓN HISTÓRICA EN EL PRIMER CUARTO

Los rusos abrieron el partido con un parcial de 0-9, el Barça empezó bastante descentrado. Tan solo habían pasado unos minutos y De Colo ya estaba dominando a sus rivales. El tiempo muerto de Bartzokas no serviría de mucho, puesto que el ataque del Barça siguió errado. Tomic sería el encargado de romper el hielo para los blaugranas. Transcurridos 6 minutos, el Barça tan solo había anotado 2 puntos e iban abajo 2-14. No le entraba nada a los catalanes.

La situación seguía agravándose y es que el partido empezó como un auténtico drama para los locales, con el CSKA dominando 4-23 a falta de un minuto para el final del cuarto. La defensa de los rusos había descolocado absolutamente a sus rivales, que prácticamente tan solo tiraban triples presionados (fallándolos todos).  El cuarto iba a acabar con un 3+1 de Milos Teodosic. Los primeros diez minutos se saldarían con un 4-29. El panorama en el Palau era desolador.

NADA SALE BIEN PARA EL BARÇA

El equipo de Bartzokas empezaría este cuarto con ganas de demostrar que al menos sabían jugar a esto, tras una buena acción de Rice se ponían 9-31. Transcurridos 15 minutos de partido, el resultado estaba en 13-35. De Colo llevaba solo dos puntos menos que el conjunto de sus rivales.

Ninguna de las fórmulas que utilizaba Bartzokas servían de nada. La defensa a Tomic estaba dejando sin posibilidades al croata, mientras que ningún jugador exterior blaugrana conseguía entrar en racha. Tras un airball de Munford, los catalanes pedían tiempo muerto. El marcador estaba en 15-40. Tras el parón, los locales reaccionaron bien en ataque y tras un triple de Munford se ponían 24-46. El cuarto acabaría con otra canasta fácil del CSKA bajo los aros (24-48).

LOS RUSOS SE DEJAN LLEVAR

El Barça inició la segunda parte con una buena jugada:  gracias a la circulación de balón Rice se quedaría solo para sumar una suspensión de dos puntos. Pero esto tan solo sería un espejismo, la dinámica de ataque caótico y defensa ficticia se mantendría en los blaugranas. Los jugadores de Bartzokas estaban absolutamente desquiciados, superados absolutamente por los acontecimientos. Si los rusos no hacían aún más grande la brecha en el marcador era por puro desinterés

Un triple de Claver rompería la barrera de los 20 puntos, dejando el marcador en 38-56. La grada era crítica con su equipo, con la excepción de Diagne, al cual apoyaban incondicionalmente. El africano siempre lo da todo, y a pesar de sus limitaciones, nunca baja los brazos. Eso el aficionado lo nota y lo aprecia, como se podía ver en el Palau. El tercer cuarto acabaría 47-66. La remontada no iba a llegar, ni se esperaba que lo hiciese.

EL BARÇA NI SIQUIERA INTENTA REMONTAR

La dinámica se mantenía en los inicios del cuarto: ningún equipo subía de marcha (unos no sabían y otros no querían) y el partido era un intercambio de puntos.  Tras una canasta de Claver tras finta, el marcador indicaba 52-74. Lo que quedaba iba a ser un simple trámite, con los jugadores de ambos conjuntos pensando más en irse a la ducha que en jugar. La excepción fue Diagne, que le pondría muchas ganas y protagonizó varias jugadas llamativas, destacando sobre todo un potentísimo mate.

Higgins pondría la máxima diferencia en el marcador tras una buena acción ofensiva (+26). El ridículo del Barça provocaba vergüenza ajena. El partido acabó con un triple de Vezenkov (61-85). Cuando ni se quiere ni se puede, pasan estas cosas, que llega un equipo serio y te humilla en tu propia casa.

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