
Partido extraño el vivido en Moscú con un Real Madrid que mostró dos caras muy diferentes en el encuentro. Un triple de Campazzo inauguraba el marcador a los seis segundos de partido. Un espejismo en el primer periodo. El CSKA puso la directa desde el inicio y firmó un parcial 24-3 en los primeros siete minutos de partido que dejaba el partido roto tras el primer cuarto (33-11). Hines, Sergio y Clyburn marcaban el ritmo ofensivo ante un Real Madrid desorientado.
En el segundo periodo el CSKA bajaba el ritmo y Doncic anotaba su primera canasta del partido. El Real Madrid recuperaba el pulso pero no conseguía reducir las rentas. Carroll, con siete puntos en el tramo final del segundo cuarto dejaba la desventaja en 23 tantos (54-31).
Tras el descanso el conjunto madridista mejoraba porcentajes y se encontraba más cómodo en ataque. Doncic y Campazzo anotaban y la renta se reducía (66-52). Intercambio de triples y anotación elevada que llevaba el marcador hasta el 78-60 al final del tercer periodo.
Cuando todo presagiaba un plácido triunfo del CSKA el Real Madrid arrancaba el periodo definitivo con un parcial 0-10 que apretaba el partido y que parecía que podía meter al conjunto madridista en la lucha por el partido. Con 78-70 y con un CSKA atascado en ataque el conjunto madridista desaprovechó algún tiro y el CSKA jugaba alargando posesiones y gestionando bien la renta adquirida ante los infructuosos intentos del Real Madrid por acercarse.
Decimoséptima victoria en Euroleague de un CSKA que marcó el triunfo con su gran primer cuarto.
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